La primera candidata de Juntos por el Cambio (JxC) para la Cámara de Diputados por la Ciudad, María Eugenia Vidal, cuestionó una vez más al Gobierno, al que consideró "roto, quebrado y sin plan", y se mostró este jueves en campaña junto a Mauricio Macri en medio del conflicto judicial que el expresidente enfrenta en la causa por el presunto espionaje ilegal a los familiares de las víctimas del ARA San Juan.
De acuerdo a la agencia NA, la visita del fundador del PRO a la charla que compartió junto a la exgobernadora bonaerense con militantes en el coqueto Museo Fernández Blanco, ubicado en el barrio de Retiro, no estaba prevista en la agenda de Vidal y se trató de una participación “inesperada”, algo poco habitual en el laboratorio electoral amarillo.
En el encuentro, Macri y Vidal alentaron a los voluntarios y las voluntarias a fiscalizar en las elecciones legislativas del 14 de noviembre y a convocar a quienes no fueron a votar en las primarias. Al finalizar la actividad, se tomaron una foto con las manos abiertas en alto, en referencia a la campaña de JxC para lograr sumar cinco bancas en el Senado, y que tuvo como iniciadora a la titular del PRO, Patricia Bullrich.
Al finaliza la actividad proselitista, Vidal cuestionó en declaraciones a Radio Rivadavia la “constante improvisación” de la administración de Alberto Fernández. “Hay un Gobierno roto, quebrado y sin plan", dijo Vidal.
En la misma línea, criticó al Frente de Todos a través de la intervención de su postulante bonaerense Victoria Tolosa Paz en el debate televisivo realizado este miércoles. "Cuando alguien ve un debate pretende que le digan cómo le van a resolver los problemas y Tolosa Paz tiene un serio problema que refleja un problema del Gobierno, y es que no hay plan", disparó.
Macri ya había participado con Vidal de una actividad proselitista en el mismo museo hace justamente dos meses. En aquella ocasión, la reaparición en la campaña del expresidente implicó un giro para la estrategia electoral inicial diseñada para el AMBA por el alcalde Horacio Rodríguez Larreta, que inicialmente le deparaba a Macri un rol secundario y distante.