A las 12 de este martes, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, tocaba el gong para recibir las propuestas finales de las grandes alimenticias y firmas de consumo masivo. El congelamiento de precios, retroactivo al 1 de octubre y hasta el 7 de enero, tendrá al final unos 1650 productos, distribuidos por el país. Anoche, el Gobierno entregó a las empresas un listado con precios de referencia y aceptaba observaciones hasta este mediodía.
Las compañías trabajaron anoche y esta mañana a distinto ritmo. Según fuentes oficiales, algunas entregaron sus listas durante la mañana. En una firma grande manifestaron, temprano, su desorientación ante la consulta de Letra P. "Hay una cantidad gigante de productos y a precios que estamos chequeando para ver qué nivel de razonabilidad o irrazonabilidad tiene lo que envió la Secretaría", relató uno de los negociadores del sector privado. Los listados retrotraen aumentos que había convalidado la exsecretaria Paula Español en los primeros días del mes, o incluso a mitad de año. "Hay productos con valores a junio o julio, un 25% por debajo de lo que cuestan ahora", indicaron en otra gran compañía que buscaba negociar cambios.
Anoche, Comercio Interior comunicó que, finalmente, el congelamiento abarcará a 1650 productos. Se suman los 650 de Precios Cuidados, otra tanda que integra el programa Súper Cerca (productos de segundas marcas con etiquetado de fábrica que se comercializan en negocios de cercanía) y unos 800 ítems adicionales que armó Comercio Interior. "Hay vocación de acuerdo, pero firmeza en la necesidad de concretarlo porque la aceleración de los precios de la canasta básica es un tema que preocupa sumamente al gobierno nacional. Entre el 1 y el 18 de octubre, la canasta del supermercado aumentó 2,2%, con productos que registraron aumentos de entre 10 al 25%”, dijo Feletti en un comunicado.
“Hay 47 empresas que ofertan más de 10 productos cada una y tienen el 72% de la lista. No parece un esfuerzo tan grande acordar por 90 días, sabemos que no estamos afectando la rentabilidad de nadie", agregó el funcionario. El acuerdo, entonces, se concentrará en las grandes empresas. Paradójicamente, el Gobierno intenta, al mismo tiempo, ampliar el universo pyme en los supermercados con la ley de Góndolas.
Las empresas manifestaron su voluntad de negociar pero están pendientes del peso de la canasta en la facturación. "Nosotros queremos poner el hombro con productos que tengan presencia en góndola, pero que no nos pongan algo que atente contra la salud financiera de la compañía", indicaron en una firma de las grandes. En dos compañías sostuvieron que los productos que Feletti reclamó congelar tienen mucho peso en los números finales del negocio. "Feletti nos dijo en las dos reuniones que si el congelamiento incidía mucho en el balance de la compañía, podíamos revisarlo", agregó la fuente del sector alimenticio. Buscaban avanzar con reuniones mano a mano en las que cada empresa pueda afinar qué incluye en el congelamiento. La puja, en algunos casos, pasa por liberar las marcas premium y congelar otras primeras o segundas marcas más económicas. Las compañías tampoco tenían precisiones sobre cupos: qué cantidad de producto debían asegurar en cada canal de comercialización. Muchas cosas en el aire para un programa que busca anunciarse con cuenta regresiva.
Feletti advirtió además que, si no había acuerdo, implementaría una resolución de congelamiento similar a la de Precios Máximos, el programa que congeló todos los precios en grandes superficies al inicio de la pandemia y que luego se fue derritiendo en los comercios de cercanía. La norma le permitiría, después, aplicar las sanciones de la Ley de Abastecimiento, pero no solucionaría el problema original de los controles de precios hasta ahora: la falta de fiscalización en comercios de barrio y, sobre todo, en sus proveedores. Los comercios denuncian que las grandes empresas les bajan a ellos los incrementos que no pueden aplicar en los grandes supermercados, donde el ida y vuelta con el Gobierno es permanente. El secretario necesita involucrar en las fiscalizaciones a los municipios.
Con todo, las empresas notan que, por celeridad o falta de transición ordenada, la Secretaría improvisa. El primer listado, de 1250 productos, tenía ítems que habían sido discontinuados y otros que no podían concebirse dentro de una canasta básica, como el champán. Feletti y su subsecretaria Débora Giorgi pidieron a las firmas y a los supermercados información que las compañías acercan regularmente a los despachos oficiales, con sistemas ya establecidos y aceitados. El listado que se negocia desde arriba, además, incluye precios finales, en comercios, pero faltan detalles sobre las otras instancias de las cadenas. Por ejemplo, ¿a qué valor tiene que entregar el proveedor al supermercado para que el precio final sea el estipulado?
Para la tarde de este martes estaba pautada una reunión entre Feletti y el titular de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL), Daniel Funes de Rioja. Poco antes del encuentro, la entidad emitió un comunicado en el que expresó la "voluntad de arribar a un acuerdo en materia de estabilización de precios" por parte de la industria de alimentos y bebidas, pero reclamó "un diálogo genuino en lugar de instancias de definición unilateral" y denunció "la falta de voluntad por parte de las autoridades para realizar un acuerdo con el sector".
"Frente a diversos encuentros con la Secretaría de Comercio Interior, la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios de Argentina (COPAL) ratifica una vez más su voluntad de colaboración y diálogo para el acuerdo. Sin embargo, advierte que en la convocatoria recibida no están garantizadas las condiciones
para conciliar las posibilidades de los sectores frente al pedido de estabilización de precios", lanzó el nucleamiento empresario.