El desafío lanzado por tres de las cuatro patas de la Mesa de Enlace al cierre del registro de exportaciones de maíz hasta el 1 de marzo, que se traducirá entre el lunes y el miércoles de la semana que viene en un cese de comercialización, generó una inesperada tensión en el gabinete. Quien salió a cruzar a las entidades no fue, como se suponía, el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, sino su par de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. Dado el modo en el que se maneja la comunicación oficial, resulta impensable que eso haya sido producto del azar sino, más bien, de una decisión del presidente Alberto Fernández, que se reserva un manejo personal de esa área.
Basterra, quien se sabe apuntado desde hace tiempo por lo que en el entorno presidencial se define como una gestión liviana y que se ha mostrado incapaz de contener los conflictos del sector, manifestó esa molestia a sus allegados, según supo Letra P.
De hecho, la incursión mediática de Katopodis en un tema que, en principio, le es ajeno, llamó la atención.
"Una vez los sectores agroexportadores tienen que pensar en los argentinos (…) Si hacen un lockout, el Gobierno no se va a mover un centímetro" de su posición en torno al cierre de las exportaciones de maíz, que, como la soja, atraviesa una coyuntura de precios internacionales muy elevados, advirtió.
Para el Gobierno es una prioridad evitar que eso, positivo en términos de exportaciones y flujo de dólares, impacte en la inflación en el nuevo año, en especial la que sufren los sectores más postergados de la sociedad, que vuelcan a la compra de alimentos el grueso de sus ingresos.
Los dichos de Katopodis, realizados el martes a El Destape Radio, apuntaron específicamente a "estos sectores sojeros que tuvieron ganancias extraordinarias" en los últimos meses de precios internacionales elevados.
Fernández respaldó este miércoles los dichos de su ministro de Obras Públicas.
"El mundo demanda alimentos y los precios suben, pero los productores argentinos producen en pesos y hace años que no tienen aumentos de luz, gas, tuvieron bajos aumentos en combustibles, tuvieron ayuda de la ATP… Entiendo que el maíz creció mucho y que es una gran oportunidad para exportar, pero no entiendo por qué quieren cobrarle al argentino al mismo precio que paga el mundo", dijo el mandatario en declaraciones a Radio con Vos.
El Ministerio de Agricultura suspendió el miércoles de la semana pasada por 60 días el registro de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior para el maíz. "Esta decisión se basa en la necesidad de asegurar el abastecimiento del grano para los sectores que lo utilizan como materia prima en sus procesos de transformación, básicamente la producción de proteína animal como carne de cerdo, pollo, huevos, leche y feedlot, donde el cereal representa un componente significativo de sus costos de producción", justificó esa cartera.
Ante eso, la Sociedad Rural (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y la Federación Agraria (FAA) resolvieron un cese de comercialización. Los cooperativistas de Coninagro decidieron no sumarse, pero respaldaron el comunicado de la Mesa de Enlace que dio cuenta de su "rechazo" a la medida por considerarlo "absolutamente perjudicial para el campo y para la Argentina en su conjunto, como hemos venido sosteniendo desde su anuncio".