“Insistir con el diálogo y la búsqueda de consensos y no quedarse solo en la crítica, sino avanzar sobre la propuesta”. Con ese concepto, el referente bonaerense de Coninagro, Mario Raiteri, defendió la decisión de la entidad que integra de no sumarse al lockout que el resto de las instituciones de la Mesa de Enlace iniciaron este lunes y que ratificaron a pesar de la decisión del Gobierno de levantar el cierre de exportaciones de maíz por dos meses y habilitar un cupo de 30 mil toneladas. En diálogo con Letra P, valoró esa rectificación gubernamental: “Es producto de escucharnos”, dijo, aunque aseveró que las medidas “no son suficientes”.
También vice de la Federación Nacional de Productores de Papa, Raiteri analizó que intervenciones de ese tenor pueden llegar a acentuar un perfil productivo orientado al monocultivo de soja, “porque termina siendo más viable que el maíz”. Además, sostuvo que, en vísperas del comienzo de la cosecha en las provincias del norte, “en estos dos meses sobra la cantidad que hay en el mercado”.
“Esto hay que hacerle entender al Gobierno a través del diálogo”, destacó el dirigente ruralista, para añadir que “tienen que profundizarse” los canales de comunicación con el Ejecutivo nacional. Como modelo a seguir, hizo hincapié en la articulación con la administración bonaerense: “Tenemos mucha fluidez en el diálogo con el ministro (de Desarrollo Agrario bonaerense, Javier) Rodríguez a través de las mesas agropecuarias. Hay que generar los distintos ámbitos para esas discusiones, confrontar visiones si las hubiera pero alcanzar consensos mínimos que redunden en políticas de mediano y largo plazo que saque esta visión permanente del sector como la caja de las administraciones”.
En ese punto, bregó por una política que contemple el rol social del sector y que haga el negocio sustentable “no solo para los grandes productores, sino para medianos y pequeños”.
El dirigente bonaerense de Coninagro subrayó que, no acompañar en esta oportunidad al resto de la Mesa de Enlace “no quita que en algún momento podamos llegar a endurecer nuestras posiciones”. Pero aclaró: “Lo que no podemos es arrancar con una decisión de máxima”. Además, consideró que el cese de comercialización perjudica “sobre todo” a los medianos y pequeños productores “que nos quejamos que no podemos vender el maíz. Entonces ¿vamos a protestar no vendiendo el resto de las producciones de cereales? Es una contradicción”, lanzó.
Raiteri bregó por una Mesa de Enlace que, desde las diferencias propias de cada entidad, apueste al ejercicio de buscar las cuestiones comunes para proponer. Y ahondó: “La mesa de enlace es un lugar donde participamos las cuatro entidades. Ninguna es más que otra. No sumamos si nos amontonamos, perdiendo nuestra identidad y necesidades. Tiene que existir en la medida que sirva para potenciar lo que necesitamos en el conjunto, pero sin perder la identidad y agenda de origen”.
Con ese cometido, al imaginar la articulación futura de la mesa que nuclea a las cuatro entidades ruralistas, el dirigente bonaerense de Coninagro bregó por una relación de consensos, considerando las diferencias, que las propuestas que salgan de ahí contengan a todos para poder accionar en conjunto. “Si no –dijo-, van a ocurrir estas cosas que no son las más deseables”.