La fuerte erosión del músculo productivo a raíz de la pandemia se reflejó con nitidez en un rubro como el textil, que venía de un derrotero deficitario agudo, fundamentalmente a partir de la apertura indiscriminada de importaciones dispuesta durante la era Cambiemos. “Esta pandemia a las pymes nos tomó con las defensas bajas tras los cuatro años de gobierno de Macri”, sentenció en diálogo con Letra P el dirigente pyme bonaerense y titular del Centro Estratégico para el Crecimiento y Desarrollo Argentino (Cecreda), Mauro González, quien, como empresario textil, dio cuenta del escenario crítico que el sector que integra exhibe en el contexto de aislamiento pero que, de todos modos, no lo hace análogo al pasado reciente: “El macrismo fue peor que la pandemia”, sostuvo.
Exsecretario de Relaciones Institucionales de CAME, González es crítico de la actual conducción de la cámara empresaria, a la que machacó por “ser cómplice con el silencio” durante el gobierno anterior y a la cual acusó de ser desvinculado en ese periodo “por no compartir ideales”, razón por la cual se escindió de esa estructura para articular en CAME Unida, espacio interno opositor que –afirma– nuclea a más de 150 entidades empresariales. Bajo ese paraguas, González viene manteniendo encuentros con diversos funcionarios nacionales y bonaerenses para abordar y proponer políticas tendientes a sobrevivir a la pandemia. “Hay un diálogo más fluido, que no tuvimos con el gobierno de Macri”, subraya.
De reuniones como las mantenidas con el ministro de Defensa, Agustín Rossi, el empresario textil recalcó “acciones concretas” con “un desarrollo de la cadena de proveedores, desde lo metalmecánico hasta lo textil”. En su rubro, hizo foco en un proyecto para inyectar nueve mil millones de pesos.
Amén de esto, el también titular de la Cámara de Comercio de Burzaco admitió que el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) dictado desde el 20 de marzo “generó un quiebre dramático” en la actividad. Y ahondó: “Algunas empresas estuvieron cerradas hasta el mes pasado. No es solo la confección, teníamos stock para confeccionar por 60 días pero nos encontramos con que muchas empresas, tanto tejedurías como tintorerías, estaban cerradas, con lo cual existe una situación donde el insumo principal para la industria textil de confección, la tela, está siendo un cuello de botella, con la cantidad de pedidos que tiene pendiente, y eso reduce la capacidad productiva, que está al 50%”.
Tras ponderar medidas del Gobierno como el IFE, “tendientes a sostener el consumo”, González cuestionó el “cuello de botella inicial para acceder a los créditos” por parte del sistema bancario, y que complicó la cadena de pagos y los compromisos con el personal. De todos modos, aclaró que, en su caso, “no se hizo recorte de personal; tomamos el ATP durante el primer mes. Estuvimos cerrados 25 días, volvimos a abrir para desarrollar insumos médicos y hospitalarios, camisolines para médicos y enfermeros. De ahí en más, empezamos a trabajar directamente con nuestros clientes en el suministro de indumentaria laboral para empresas dedicadas a limpieza y alimenticias”.
Actualmente, su empresa funciona al 50% de la capacidad productiva: “No hay mucha demanda, algunas empresas estuvieron cerradas hasta hace pocas semanas, ni hablar del sector comercial, algunos siguen cerrados”, describió.
Más allá de esto, aseveró que “no se compara” con la crisis textil reciente: “El macrismo fue peor que la pandemia para el sector textil. Nosotros salimos en 2015 en una situación excepcional, con una capacidad productiva de casi el 80%. De ahí en más, comenzó un declive que no paró hasta fin de 2019. A principios de 2020 empezó a repuntar hasta marzo y ahí se estancó nuevamente por la pandemia”.
En ese sentido, destacó la política de sustitución de importaciones que se viene impulsando “muy fuerte” desde la cartera de Desarrollo Productivo, a cargo de Matías Kulfas. “Se están preparando proyectos de inversión con compra de maquinaria de primer nivel para empezar a ponerse en marcha”, ponderó, para también recalcar que “es muy buena la relación con el ministro de Producción Augusto Costa. La Provincia replica políticas de fomento y sostenimiento de empleo de la Nación”.
Sin embargo, el empresario textil no deja de hacer peticiones para la pospandemia: “Entendemos que el proceso en lo inmediato requiere una reforma tributaria más explicativa y dos variables indispensables: el financiamiento del capital de trabajo para inyectar de materia prima la producción y, paralelamente, debe habilitarse una línea de crédito al consumo, porque necesitamos reactivar la economía”.
“Si logramos obtener los recursos para producir pero no tenemos un mercado interno del que depende nuestro sector en un 95%, estamos en una situación nuevamente compleja, ¿producir para que compre quién? Reactivar el consumo tiene que ir en paralelo”, estimó. Y cerró: “La única forma de reactivar la economía es poniendo a las pymes en marcha”.