A punta de controles draconianos, el Banco Central logró hacer bajar los tipos de cambio paralelos pero legales, cuyo empinamiento hasta hace poco más de un mes ampliaba la brecha con el dólar oficial, incrementaba la sensación de un atraso de su cotización y generaba especulaciones sobre una eventual devaluación. Sin embargo, el remedio tiene contraindicaciones, sobre todo porque inhibe la inversión y canaliza la demanda de divisas hacia el mercado ilegal del blue, por lo que un desmonte cauteloso de ese andamiaje regulatorio ya está en la mira del ministro de Economía, Martín Guzmán, como tarea si el cierre de la negociación de la deuda se concreta de modo positivo.
El 11 de mayo, le brecha entre el dólar contado con liquidación (CCL) y el dólar bolsa (o MEP, Mercado Electrónico de Pagos) con el oficial mayorista se hizo máxima: 80 y 74%, respectivamente.
Fuente: Rava Bursátil.
Antes y después entraron en vigor una serie de regulaciones que limitaron severamente el acceso de ahorristas y empresas a esos mercados, redujeron su operatoria y bajaron aquellas cotizaciones. En paralelo, el dólar del cepo de alineó más con la inflación, todo lo cual redundó en una caída de esas brechas a 57 y 54%, respectivamente, de acuerdo con las cotizaciones de este martes a mitad de rueda, mucho más moderadas y menos lesivas para las expectativas de una nueva devaluación.
Fuente: Rava Bursátil.
Cabe recordar que el dólar CCL y MEP surgen de la compra en pesos de títulos que se pueden vender luego en dólares, operatoria de la que surge una cotización, con la diferencia de que el primero de ellos deja el dinero depositado en el exterior y el segundo, en el país. Por tratarse de operaciones entre privados, ninguna de ellas implica pérdida de reservas para el Banco Central.
Lucía Pezzarini, analista de Ecolatina, repasó en diálogo con Letra P algunas de esas decisiones regulatorias. “Hubo controles desde todos los frentes, desde inhibir al comprador minorista, al que se hizo optar entre comprar los 200 dólares mensuales (dentro del cepo) o adquirir MEP o contado con liquidación, hasta el importador, al que se obligó a usar los dólares comprados en el mercado paralelo en vez de acceder al Mercado Único y Libre de Cambios. Además, se limitó el acceso de quienes hayan participado en esos mercados a los préstamos a tasa subsidiada (en la pandemia), etcétera”.
En particular influyó la resolución 7030 del Banco Central del 28 de mayo, que cerró el acceso al mercado oficial mayorista a las compañías que hubiesen realizado compras en esos mercados paralelos en los 90 días anteriores o que tuvieren divisas depositadas en el exterior. La misma, que generó problemas y reclamos, fue más tarde moderada, pero aún supone una limitación fuerte.
“Si se segmenta tanto el mercado de cambios entre aquellos que pueden acceder al tipo de cambio oficial y aquellos que no pueden, ya sea por tener dólares líquidos o por haber accedido al MEP o al contado con liquidación, en teoría podría haber un impacto en precios vía mayores costos de reposición”, advirtió la economista de Ecolatina. Eso, por el momento, no se reflejó en el índice de precios en el actual contexto de fuerte recesión debido a la pandemia.
¿Hasta qué punto el Banco Central tiene amarradas las cotizaciones paralelas?
El analista financiero Christian Buteler le dijo a Letra P que las autoridades “pueden mantener este estado de cosas y seguir trabando la operatoria. El acceso a esos tipos de cambios sería en ese caso cada vez para menos personas, lo que haría que perdieran relevancia y dejaran de ser un dólar de referencia”.
“En la medida en que esos controles persistan, no se ve cómo podrían repuntar los tipos de cambio paralelos”, dijo, por su parte, Pezzarini.
Con todo, a pesar de las regulaciones, el tipo de conclusión de la negociación de la deuda puede meter ruido.
“Un supuesto evento muy negativo podría hacer que toda la incertidumbre se canalizara hacia esos mercados”, advirtió. En el caso de un cierre satisfactorio, en cambio, “si el Gobierno se animara a acelerar un poco la devaluación del tipo de cambio oficial para que no se atrase, se podría cerrar más la brecha, indicó.
Nada es gratis. De acuerdo con Buteler, “la esencia del dólar MEP y del contado con liquidación es que son libres, en blanco y sin intervenciones del Banco Central; antes se podía negociar cualquier monto y el precio surgía de la oferta y la demanda. Cuantas más trabas y regulaciones se les pongan para limitar la operatoria, esa esencia se pierde”.
“Lo que quedaría, en ese caso, es lo que ocurría en 2015, cuando el dólar de referencia era el blue. Que la referencia deje de ser un mercado libre y en blanco, de mayor volumen, para pasar a uno más oscuro del y que nadie sabe qué montos maneja ni cómo se determina el precio, es contraproducente”, agregó.
De hecho, este martes, el blue cotizaba a $127, marcando una brecha con el oficial mayorista superior al 78%.
Si el cepo es hijo de la falta de dólares, la brecha, a su vez, es producto de aquel. “El objetivo debería pasar por tener una política económica más sana, sin tantas restricciones”, explicó Buteler.
Tanto Guzmán como el presidente Alberto Fernández son concientes de los problemas que genera el cepo, desde la brecha –y sus consecuencias, las expectativas de devaluación del tipo de cambio oficial, la presión sobre las reservas del Banco Central, la retención de exportaciones y el anticipo de importaciones–, hasta el desaliento de eventuales inversiones. Su aligeramiento está en agenda, pero no para el corto plazo. De entrada, las condiciones para eso serían un cierre exitoso de la negociación con los acreedores externos y un proceso de acumulación de reservas superior al reciente, que apenas permitió recuperar 829 millones de dólares desde el 28 de mayo.
"A lo largo de nuestro gobierno apuntamos a que haya modificaciones en la regulación de la cuenta de capital, lo que llaman el cepo, pero no se puede hacer de un día para el otro sin generar resiliencia y robustez. ¿Cómo se construye? Pudiendo acumular reservas. Sería imprudente tomar medidas muy rápidas", dijo Guzmán en una reciente entrevista con La Nación.
Sin cautela y con una actividad normalizada cuando finalice la cuarentena, la economía podría perder sus precarios equilibrios actuales.