La inauguración de un moderno puerto en Timbúes, cerca de Rosario, por parte de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA) tras una inversión de más de 140 millones de dólares, dio el marco perfecto para exponer a la cerealera Vicentin, que sigue peleando por no ceder su administración al Estado. No hicieron falta discursos ácidos o cuestionamientos por parte del presidente Alberto Fernández, que dio el presente de modo virtual desde Olivos, sólo elogios finamente dirigidos hacia el campo y a la anfitriona, una protagonista nada menor en la novela que templó la política nacional.
Fue inevitable el contraste entre la saludable cooperativa que logra el sueño del puerto y hasta se hizo cargo de las acreencias de sus asociados con Vicentin, y la cerealera caída en desgracia que debe 1.400 millones de dólares y es acusada de un entramado societario sospechoso. El yin y el yang, lo pasivo y lo activo en una historia de desmanejos financieros.
Fernández, desde Olivos, repartió elogios para el campo
En resumen, el modelo cooperativista por sobre el depredador de los Vicentin-Nardelli. Sobre esto giró un moderado Fernández, quien también aprovechó el acto para acercar posiciones con el sector agropecuario al elogiar la potencialidad de los “hombres del campo”. “Soy un enorme admirador de la economía cooperativista, una forma muy genuina de desarrollo capitalista (...) con criterio de compromiso y solidaridad que es el que uno más reclama que esté presente en el capitalismo que vive”, dijo.
Finalizó su discurso calificando de “capitalismo mucho más humano” al cooperativismo, justo en el día en que el fiscal Gerardo Pollicita avanzó con un duro dictamen y pruebas que revelan irregulares préstamos del directorio del Banco Nación durante el macrismo a Vicentin y calificó la situación como “estafa al Estado”.
La puntada del contraste parece haberla dado indirectamente el gobernador Omar Perotti luego de intervenir la semana pasada un puerto fantasma donde la concesionaria es Vicentin y este miércoles se sentó a celebrar rozagante la inauguración de un puerto moderno de sus cercanos cooperativistas. “Mi Rafaela es la capital del cooperativismo”, sacó pecho el gobernador en el acto.
Perotti se mostró como en su casa, junto al presidente de ACA, Claudio Soumoulou, con quien tiene un vínculo estrecho desde hace tiempo. Tildó de “satisfacción y orgullo” el logro de la gigante cooperativa de 150 asociados, un actor nada secundario en la causa Vicentin. Primero, por ser el acreedor comercial más grande con 4.900 millones de pesos, pero también por coquetear para los planes de una nueva empresa mixta una vez que finalice la aún planchada intervención provincial. Al menos en la cabeza de Perotti así funciona.
“Es un protagonista muy importante, tiene confianza, genera confianza”, calificaron desde el área agroindustrial del gobernador. En total, el moderno puerto de ACA Timbúes tendrá almacenaje de 200 mil toneladas con planes de duplicarlas. No tienen por el momentos proyectos de procesamiento de granos, pero sí el terreno suficiente como para avanzar en un futuro.