LA ECONOMÍA POSPANDEMIA

El deshielo pendiente y una medida polémica definen el futuro de la inflación

Dispersión de privados por el índice de mayo. ¿Cuándo levantará anclas el Gobierno? El impacto del cierre del mercado cambiario oficial a importadores.

La falta de actividad en rubros clave impuesta por la cuarentena en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) sigue complicando la recolección de precios, lo que explica que las proyecciones privadas de inflación de mayo difieran entre un piso de 1,3% y un techo de 2,1%. La tendencia a partir de este mes, en tanto, se dirimirá entre motivos de fondo y medidas cambiarias que deberían llevar a una cierta aceleración, pero la insistencia del Gobierno en usar como ancla las tarifas de servicios públicos, el dólar oficial, valores máximos para alimentos de primera necesidad y, más recientemente, el costo de la telefonía y la TV por cable introduce un elemento de incertidumbre. ¿Cuándo se normalizará la economía? ¿Cuándo ordenará el presidente, Alberto Fernández, iniciar el descongelamiento y el sinceramiento de esos precios sensibles?

 

“La inflación de mayo nos dio 1,3%, lo que se explica por el congelamiento de tarifas, la evolución del dólar oficial, la recesión y los recientes recortes de salarios”, le dijo a Letra P Federico Furiase, director de la consultora Eco Go y profesor en la Maestría de Finanzas en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

 

Esa proyección, que apunta a un índice inferior al 1,5% registrado en abril por el INDEC, marca el piso de las proyecciones privadas recogidas por este medio en una ronda de consultas.

 


En tanto, Gabriel Zelpo, socio de Seido, indicó que sus mediciones de mayo "dieron 1,6%" y que "el índice se aceleró al final del mes a un ritmo de inflación semanal del 1%, lo que nos lleva a pensar que el promedio de junio podría llegar al 3%”. “Esto se debe a la apertura de la cuarentena y una mayor circulación de dinero que impulsaría la demanda, además de las medidas restrictivas en el mercado de cambios que están haciendo más relevante al cambio paralelo”, añadió. Se volverá sobre este punto.

 

Julia Segoviano, economista de la consultora LCG, habló de una inflación del 2% en mayo. “Vimos una leve aceleración con respecto a abril, pero siguen operando varias anclas, como las tarifas de servicios públicos y los precios máximos en alimentos y, más recientemente, los costos de telefonía fija y móvil y de la televisión por cable, que fueron congelados”, recordó.

 

Si el confinamiento comenzara a ceder, especialmente donde sigue siendo fuerte, esto es en el área metropolitana, a partir de este mes varios factores podrían conjugarse para que el índice de precios volviera a empinarse.

Por otra parte, Victoria Giarrizzo, directora de la consultora CERX, calculó para el mes pasado 2,1%. “Los precios de alimentos y bebidas se aceleraron en los últimos diez días. En el resto del período fueron registrándose aumentos en la medida en que se iba reponiendo mercadería”, explicó.

 

Si el confinamiento comenzara a ceder, especialmente donde sigue siendo fuerte, esto es en el área metropolitana, a partir de este mes varios factores podrían conjugarse para que el índice de precios volviera a empinarse.

 

“Junio podría estar en torno al 2,8%”, anticipó Giarrizzo. “Hay presión acumulada”, agregó Zelpo.

 

“Para que pueda evitarse un rebrote inflacionario, debería haber un arreglo exitoso de la deuda con baja en la brecha cambiaria, lo que daría una señal positiva para los dólares comerciales. Además, un programa económico creíble sobre cómo se va a corregir el déficit fiscal y el excedente monetario poscuarentena”, estimó Furiase.

 

Segoviano señaló, por su parte, que “en junio estamos en la misma sintonía, aunque podría haber otra leve aceleración dada la incertidumbre cambiaria”. “Hay que ver si el Banco Central incrementa las microdevaluaciones o mantiene planchado al dólar”, dijo y anticipó uno de los principales motivos de duda de los analistas.

 

 

Fuente: Rava Bursátil.

 

 

“En realidad, las expectativas de mayor inflación se concentran en el segundo semestre, aunque eso va a seguir dependiendo de lo que el Gobierno haga con las anclas nominales, si es que se decide a levantarlas”, amplió.

 

Un elemento crucial para el futuro será el efecto de la reciente decisión del Banco Central de impedir el acceso de los importadores al mercado oficial del dólar mientras tengan divisas declaradas en el exterior, un modo de quitarle presión al tipo de cambio del cepo pero que puede impactar sobre los costos de todos los sectores dependientes de insumos producidos fuera del país. El sector agrícola ya hizo sentir su queja y hay advertencias sobre la posibilidad de un aumento mayor de los alimentos. 

 

 

 

“Va a ser clave monitorear ese tema desde este mes”, anticipó Furiase.

 

De acuerdo con Segoviano, “la del Central no es una medida que atraiga a quienes tienen sus dólares afuera. Lo que va a pasar es que los importadores van a incumplirla, se va a reducir la producción (de bienes que requieren insumos importados) o va a haber un traslado a precios”.

 

“El costo de reposición de los importadores que no puedan acceder al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) va a pasar por el dólar contado con liquidación. Ese puede ser un canal de transmisión a precios, aunque no es lo mismo que una devaluación completa, porque hay importadores que van a seguir accediendo al MULC”, agregó.

 

Giarrizzo advirtió que la medida de la autoridad monetaria “podría generar presiones de precios por faltantes o por los mayores costos que significan las restricciones”. Sin embargo, matizó el impacto de la decisión al señalar que “dependerá también de la reacción de la oferta nacional de esos productos importados. Ese tipo de restricciones tendría que ir muy pegado a un apoyo a la industria local, sobre todo, de bienes intermedios e insumos”.

 

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Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia

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