La compleja tarea del gobierno que encabeza Axel Kicillof por descomprimir la pesada mochila de deuda heredada en moneda extranjera presenta dos frentes: aquel que refiere a compromisos en dólares bajo ley nacional y, el más complejo, el que alude al proceso de reestructuración vigente con tenedores de bonos bajo legislación extranjera. En lo que refiere al primer lote, este jueves se registró el segundo vencimiento del paquete de títulos de deuda en dólares que el gobierno de María Eugenia Vidal emitió en 2018 para financiarse vía ANSES, además de los intereses por un tercer bono bajo ese acuerdo. En total, el monto que se tenía que cancelar era de casi 275 millones de dólares.
Sin embargo, según pudo saber Letra P de voces de la cartera de Hacienda, el gobierno bonaerense “está trabajando para refinanciar” esta deuda con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS)-Anses, tal como se hizo en enero pasado con el primer vencimiento de este paquete, por USD 265 millones.
Diferente es el panorama con el frente externo. Atada a la estrategia nacional, la falta de entendimiento entre el equipo de Martín Guzmán y los grupos de acreedores externos abre interrogantes también sobre el avance de las negociaciones en el orden bonaerense, donde no se descarta la posibilidad de extender nuevamente los plazos de negociación, al igual que lo hace la Nación.
Amén de esto, al filo de expirar la última extensión del plazo del vencimiento de la oferta del canje de deuda –fijada para este viernes 19-, en el Ejecutivo mantienen un estricto hermetismo sobre el cuadro de situación en lo que refiere a la posición de los bonistas ante la intención bonaerense de reestructurar más de 7 mil millones de dólares con una propuesta que, inicialmente, contempló un periodo de gracia de tres años, más una quita del 7% en capital y 55% en intereses.
“La reducción tiene que ser importante y el cambio de plazo tiene que ser importante, eso está comprendido. Los acreedores están comprometidos, han comprendido mejor cuál es la situación real”, dijo Kicillof a Letra P.
Mientras persiste la negociación con los bonistas, el Estado bonaerense acumula títulos impagos por más de 715 millones de dólares. El último compromiso en moneda extranjera que pagó la gestión Kicillof fue en los umbrales del inicio del aislamiento, el 16 de marzo: poco más de 57 millones de dólares en concepto de intereses por uno de los primeros bonos emitidos por la administración vidalista.
LETRAS. Este viernes, el gobierno bonaerense avanzará en la única herramienta para hacerse de recursos en el mercado local: la emisión de Letras del Tesoro. Según se desprende de los resultados de la última licitación, las propuestas superaron los $ 7.200 millones, mientras que la Provincia decidió adjudicar más de $ 6.760 millones. En Letras a 41 días (con una tasa del 26,5%) se adjudicaron $ 2.711.511.078. En Letras a 70 días (con una tasa del 31%), se adjudicaron $ 2.844.374.808, y en Letras a 161 días, con cupón de interés variable, se adjudicaron $ 1.205.073.299.
A partir de ahí, con la discusión por el canje a la vista, no se cumplió con el pago de renta del bono BP28 el 18 de abril pasado (por más de 19 millones de dólares); tampoco con los dos bonos par medio (uno en euros y otro en dólares) que expiraban en su vencimiento a principios de mayo (ambos por más de 110 millones de dólares). En tanto, el 15 de mayo no se cancelaron intereses por dos bonos par largo por más de USD 20 millones.
Ya en junio, no se afrontó el compromiso más pesado del año, que estaba pautado para el pasado martes 9: casi 495 millones de dólares en concepto del primer tramo de amortización del bono PBJ21, emitido por el sciolismo en junio de 2015. Si se consideran los diez días de gracia para el pago, la fecha límite es este viernes.
Finalmente, el pasado lunes figuraba en el calendario de pagos casi 69 millones de dólares por intereses de los títulos PBJ27 emitidos en junio de 2016 por la gestión Vidal. El servicio de renta por este bono tampoco fue cancelado por el Ejecutivo, por lo que la calificadora de riesgo global Standard and Poor's bajó estos títulos del grado CC (alta probabilidad de impago) a D (default).