En el marco de la gestión del coronavirus, los gobiernos de Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof cruzan acusaciones por la circulación dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La provincia de Buenos Aires advierte que falta control, mientras que la Ciudad lo admite pero sostiene que el problema radica en las estaciones terminales que están del otro lado del Riachuelo y la General Paz y que, además, la circulación es "mínima".
Tanto Kicillof como el presidente Alberto Fernández pusieron reparos a la medida de Rodríguez Larreta de habilitar las salidas deportivas nocturnas, pero desde ambos gobiernos llueven dardos hacia la Ciudad por el flujo de personas que circulan día a día en el AMBA. Específicamente, el punto de conflicto es el traslado de pasajeros en transporte público.
Sin embargo, la administración de Rodríguez Larreta rechaza esas acusaciones y, según sus reportes, se escuda en que el 68% de la circulación en transporte público en el AMBA lo hace dentro del Gran Buenos Aires y sin llegar a la Ciudad. Solo el 11% de los bonaerenses que ingresan a la Ciudad lo hacen por transporte público, así sea a través de colectivos interurbanos o de los servicios de tren.
De ese total, aproximadamente el 75% lo hace en colectivo y el 25% restante en ferrocarrill. Según la Ciudad, esa diferencia es clave porque en el colectivo es más fácil que los agentes de tránsito puedan verificar si cada pasajero cuanta con la aplicación Cuidar actualizada y si los datos cargados son veraces, además de asegurar que no viaje nadie parado. La polémica en cuanto al tren ya es pública: los gobiernos de Kicillof y Rodríguez Larreta reparten culpas por la vigilancia en este servicio.
"Si queremos restringir la circulación, tenemos que poner más controles", enfatizó el secretario de Obras y Transporte, Juan José Méndez. "Se ha visto que el aumento de la circulación social a partir de la apertura de comercios o industrias ha redundado en un aumento de los casos. Por eso estamos analizando si se puede continuar de esta forma, o si tendremos que dar un paso atrás para resguardar la salud de los bonaerenses", sostuvo el jefe de Gabinete provincial, Carlos Bianco, en una entrevista con el diario La Capital de Mar del Plata.
Actualmente, el control de tránsito es tripartito en la Ciudad: las conexiones terrestres con el AMBA y las estaciones de subte las cubren la Policía de la Ciudad, la circulación de colectivos que se mueven dentro del perímetro porteño corre por cuenta de los agentes de tránsito, pero la presencia porteña en los estaciones de tren ubicadas dentro de la Ciudad es casi testimonial porque la jurisdicción es de la Policía Federal (PFA). Esto equivaldría para la Provincia, por lo cual el control lo debería ejercer el gobierno nacional a través del Ministerio de Seguridad.
Ese 11% de bonaerenses que arriba a la Ciudad por transporte público equivaldría a 135.000 personas. Mientras tanto, los ingreso en automóvil se estiman en 300 mil "pasadas" diarias. De todas formas, según los registros del Gobierno de la Ciudad, la cantidad de autos que entra a la Ciudad está en un 50% si se lo compara con los índices previos a la pandemia.
"La circulación en autos está en el 51%, en colectivos 28%, subte 12% y trenes 6%", puntualizó Méndez durante una entrevista con FutuRock.
Los cruces entre ambos gobiernos escalaron durante el fin de semana hasta que en la mesa de coordinación sanitaria metropolitana se intentó bajar la tensión. El bonaerense Daniel Gollán y Fernán Quirós se reunieron el lunes por la noche, con Ginés González García como árbitro. En buenos términos, cada uno reafirmó su posición y defendió el grado de apertura del aislamiento en cada distrito, al tiempo que suscribieron cinco puntos en común para determinar cómo seguir la gestión del coronavirus.
Entre esos elementos, se destaca la velocidad de crecimiento, el número de casos, la capacidad instalada de infraestructura y "los indicadores de circulación y transporte".