Luego de una jornada intensa con errores comunicacionales, choques con la empresa, conflictos en Santa Fe y diferencias internas, el Gobierno parece haberle bajado un cambio a la contienda por la expropiación de Vicentin. Tanto que ahora las partes exploran una salida que no necesariamente terminaría en la estatización. Un esquema de consorcio mixto, con YPF, el sector cooperativo y alguna participación accionaria minoritaria de la aceitera.
La clave del destrabe fue la conversación que mantuvo el presidente Alberto Fernández con Sergio Nardelli, el jefe de la aceitera, el martes por la noche. En paralelo, hubo una gestión del subinterventor, Luciano Zarich, en el juzgado del concurso, lo que permitirá que a primera hora del jueves el magistrado le dé curso al ingreso de la intervención de la Nación.
“Mirá, Sergio, tenemos que salir de esto sin lio”, le dijo Fernández al líder de Vicentin el martes a la noche. En cuestión de horas, la empresa respondió con un gesto de paz.
En el posible acuerdo y la reducción de las tensiones hubo otras dos manos que salieron a jugar: el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, acercó posiciones y fue uno de los gestores del segundo encuentro en Fernández y Nardelli, previsto para este jueves por la tarde en la residencia de Olivos. En paralelo, trabajaron cuadros de la Unión Industrial Argentina (UIA).
“Mirá, Sergio, tenemos que salir de esto sin lio”, le dijo Fernández al líder de Vicentin el martes a la noche. En cuestión de horas, la empresa respondió con un gesto de paz. Emitió un comunicando aceptando la intervención.
Gobierno y Vicentin tienen un denominador común en la disputa: comparten la autoría de los errores del proceso. En la Casa Rosada hubo cierto malestar por haber tapado con Vicentin un tema caliente en la agenda como el espionaje de Cambiemos a propios y ajenos, justo en el día en que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, se presentó como querellante en la causa. Y por no haber interpretado la realidad del interior en un tema sensible. Por el lado de Vicentin, en el debe quedó la sobreactuación y victimización, cuando ya la empresa venía trabajando en esquemas de salvataje, admitiendo que la empresa está quebrada y sin salida.
Como en el acercamiento de Nardelli y Fernández, en la propuesta que se está elaborando como alternativa también hay varias manos. La amenaza de renuncia del ministro de la Producción de Santa Fe ante la idea de expropiar se sustenta en que la provincia quería un esquema que contuviera a las cooperativas en el salvataje.
Algo parecido se habló en el entorno del exministro Roberto Lavagna. La consideración de este último no es menor porque, de ir al Congreso el tema, su bloque es clave en la votación. Lavagna y su círculo cercano creen que hay que incluir a las cooperativas y productores que ya son acreedores de Vicentin, con lo que el Estado se ahorraría pagarles y contaría con un capital que conoce el trabajo diario. La pata cooperativa es la llave política para que Fernández consiga el apoyo a una solución intermedia, que también incluirá a YPF Agro. Según supo Letra P, el propio Nardelli admitió que la división agro de la petrolera es un valor.
Perotti jugó por las cooperativas.
El hecho más concreto que deja detalles de esta alternativa es una reunión que mantuvieron en el Congreso el titular de Diputados, Sergio Massa, el interventor Gabriel Delgado y representantes de la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA). Allí se abordó una variante: como YPF está imposibilitada de financiar capital de trabajo para Vicentin en el marco de la crisis, podría armarse un consorcio entre la petrolera y las cooperativas, en el cual la aceitera cedería sus acciones y se quedaría con una participación menor.