Cuentan que la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, conjuga preocupación y bronca por las derivaciones internas de la investigación que su gestión inició sobre un grupo de cuentas sin declarar de argentinos en el exterior. Es que mientras el fiscal Federico Delgado envía la causa a sorteo, la jefa de los sabuesos ordenó una auditoría interna para “deslindar responsabilidades”.
Entre 2017 y 2018, la AFIP que comandaba Alberto Abad recibió de 88 países información de 300 mil cuentas de argentinos, en el marco de un acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Desde entonces, y hasta el cambio de Gobierno, ese material ni siquiera había sido reportado como existente. Por eso, en la AFIP quieren saber si la administración de Mauricio Macri incurrió en “ausencia de fiscalización” y “manejo inadecuado de la información”. Dicho de otro modo: quieren saber si se obvió investigar por razones políticas y económicas y si esos datos fueron cajoneados intencionalmente.
Marcó del Pont ordenó una auditoría interna.
En paralelo, con la notificación a los titulares de las 950 cuentas ya realizada, surgió un dato interesante: de ese pelotón, casi todas son cuentas de más de un millón de dólares que están radicadas en Uruguay, país que alberga buena parte de los dineros exteriorizados por las fortunas locales, algunas de las cuales o tienen doble nacionalidad o propiedades en ese país. Ese grupo totalizaría unos 2.600 millones de dólares. Son, básicamente, argentinos que no declararon Bienes Personales, que no anotaron bienes en el exterior o bien declararon menos de lo que realmente tienen.
Luego de sondear las cuentas uruguayas, se avanzará en el resto del paquete, que tiene cajas radicas en la mayor parte de los países relacionados, de un modo u otro, con paraísos fiscales o locaciones de grandes bancos de inversión. El único país del que no se tiene información y se sospecha que tiene mucho dinero de argentinos es los Estados Unidos.
De todos modos, por detalles a los que accedió Letra P, muchas de las cuentas que se revisarán luego de las 950 son sueldos de argentinos que trabajan y cobran en países como Italia o España, y de jubilados que viven en esas zonas.