Esta semana, Claudio Tapia cumplió tres años como presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), hecho que quedó tatuado en su pectoral derecho tras hacerse con el sillón de Julio Grondona. Aunque "Chiqui" tenía el apoyo del ascenso, el Consejo Federal y los dos clubes de Avellaneda, necesitaba a un club grande más. San Lorenzo y River le dijeron que no y ahí apareció Daniel Angelici que le garantizaba a Boca y una línea directa con el gobierno de Mauricio Macri. Una de las exigencias del "Tano" era que contrataran un gerente para profesionalizar la gestión. Ahí surgió un nombre que aún perdura. El de Edgardo León.
Cuando el binguero y operador judicial del macrismo puso esa condición, contrataron a Egon Zehnder, una consultora suiza con oficinas en Buenos Aires para altos ejecutivos, para que buscara a alguien que se adaptara al perfil. El elegido fue León, cuyo nombre llamó fuertemente la atención. De larga trayectoria en el sector empresarial y financiero, era desde 2016 Jefe de Gabinete del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) cambiemita que lideraba Miguel De Godoy, ex secretario de medios del PRO y ex vocero de Fernando De la Rúa. Es por él, con quien son amigos desde hace 40 años, y no por Macri por quien entra a la gestión, más allá que al expresidente lo conoce desde los años ochenta, de verse en la cancha cuando jugaba Boca. León también fue de los primeros socios del Buenos Aires Golf, el club que Franco Macri fundó en 1994.
Cuando De Godoy asumió, lo eligió por su capacidad financiera, para que maneje la caja del organismo, que era importante. Abogado, recibido en la UBA, tiene un máster en administración de negocios en la Universidad de Chicago y fue profesor en las universidades Torcuato Di Tella y CEMA.
Inicialmente las miradas hacia León en AFA no fueron amistosas. “Lo miraban pintado de amarillo”, recrea un dirigente que lo conoce. Por su rol en el Enacom y porque su cargo haya sido creado a pedido de Angelici y, más allá que Tapia tenía buena relación con el entonces presidente, temían que accionara como una suerte de infiltrado, cosa que se desactivó rápido. Para ello ayudó José Beraldi, ex dirigente de Boca durante la gestión de Macri y empresario del transporte. La compañía familiar, Transportes Beraldi, tiene 600 camiones, filiales en Chile y España, transporta combustibles y trabaja con el Ceamse, la empresa estatal de la que Tapia es vicepresidente desde 2015 y de la que antes fue director. Un par de llamados descomprimieron las reticencias iniciales. Se conocieron hace años viendo a Boca, cuando el director ejecutivo dejaba su auto en los galpones de la empresa en la calle Pinzón, a dos cuadras de la Bombonera.
León fue CEO de Lehman Brothers Argentina, fundó dos fondos de inversión en Argentina y Colombia y trabajó doce años en el Citigroup, a donde llegó a ser vicepresidente senior. Ahí tuvo un primer vínculo, sin saberlo, con Macri, ya que Franco le pidió al presidente de la empresa, el ex puma Ricardo Handley, que tomara a Mauricio, que tuvo un paso breve y poco exitoso. León y Herbert, el hijo Handley, fueron socios en los años 2000 cuando tuvieron la licencia de Umbro. Otro miembro de la sociedad era Rómulo Zemborain, dirigente de Boca en la época de Macri y uno de sus mejores amigos. Zemborain fue candidato a vicepresidente de Boca en 2015 como compañero de Beraldi y lo acompañó en la lista de vocales en la del año pasado.
La AFA, se sabe, es presidencialista y la dirección ejecutiva, más allá de León, la ejerce el Comité Ejecutivo, que ejecuta las decisiones de peso. Pero quienes concentran el poder son Tapia y su secretario ejecutivo, Pablo Toviggino, desde sus oficinas en el tercer piso. Con Chiqui se conocieron a los pocos días de asumir para delinear el objetivo de su trabajo. Hay dirigentes que sostienen que Tapia le marcó la cancha y otros que León logró desactivar el prejuicio. Desde entonces se encarga de asesorar en materia financiera para poder generar más ingresos. Participó de la renegociación de los contratos, como el de Adidas, y también de la llegada de los sponsors chinos presentados en 2018.
León llegó a la AFA por una exigencia de Angelici a "Chiqui" Tapia.
Su cercanía al mundo del fútbol viene desde chico, ya que hizo inferiores en San Lorenzo. En los años setenta jugó dos años en el ascenso, para Ituzaingó, y fue parte del equipo universitario cuando estudió en Estados Unidos. Por su amistad con Daniel Bertoni montaron una agencia de representantes y comenzaron a comprar los pases de juveniles como Alejandro “Chori” Dominguez, Roberto “Pampa” Sosa, Mauro Navas o el “Yaya” Rubén Rossi.
A principio de la década del noventa, Juan Navarro creó el Exxel Group, un fondo de inversión en modo pulpo que empezó a comprar empresas como las que pertenecieron a Alfredo Yabrán, Galeno, Argencard, Supermercados Norte, Freddo, Fargo, Havanna o Musimundo. Pero le faltaba algo y León, compañero de Navarro en el Citi, le sugirió que apunte al fútbol.
En abril de 2000 firmaron un contrato para gerenciar Quilmes por diez años, pero a mediados año siguiente se retiraron. León, que fue Gerente de Desarrolló futbolístico de Exxel, le dijo al diario La Nación en 2001 que "el grupo llegó a Quilmes con la intención de provocar un cambio en el fútbol argentino, pero el ente rector, la AFA, en forma negligente no cumplió ni con lo pactado en la famosa reunión realizada en Ezeiza con todos los dirigentes ni con lo que estipula el estatuto, que contempla sanciones a aquellas entidades que tienen déficit". "Quilmes está al día, sin deudas, y jugó en los últimos dos años seis finales con equipos que tienen sus cuentas en rojo. No es una competencia justa. Esto no nos pasa ni en Deportivo Maldonado, de Uruguay, ni en Vitoria, de Brasil, que son los otros dos equipos que gerenciamos. Los que deben dinero, están en primera; y los que cumplen, en la B. Esto debe cambiar, si no el fútbol se muere", cerró.
Dentro de AFA aseguran que a él Macri nunca le pidió nada y que la única foto pública que tienen data de 2018, cuando el expresidente recibió a Tapia en la Casa Rosada, donde estuvo León como eslabón entre ambos. Participó de la charla sobre la candidatura par el Mundial 2030, “un proyecto más de Macri que de AFA”, cosa que repiten como un mantra distintos directivos. Con la caída de Cambiemos nadie le pidió su renuncia porque, además, siempre cultivó un perfil bajísimo. Como reza el dicho anglosajón, high profile doesn´t pay off, el alto perfil no conviene. Y el negocio de Gerardo León pasa por otro lado.