La legisladora bonaerense por el Frente de Izquierda Mercedes Trimarchi cumple al pie de la letra el aislamiento que decretó el Presidente. Antes de atender a Letra P tuvo una videollamada con sus amigas más cercanas. Algunas de ellas, profesionales de la salud que le proveen información sobre la crítica situación en algunos hospitales. Su trabajo legislativo está prácticamente en pausa, por lo que comenta el desafío de seguir el minuto a minuto a través de la plataforma Zoom y la militancia digital. Además, se refirió a la crisis económica global y una salida a la crisis por la vía socialista. “La foto de la antigrieta no sirve para enfrentar la pandemia”, dispara, a contramano de lo que expresa todo el resto del arco político, incluidos oficialistas y opositores.
BIO. Nació en Tandil. Tiene 38 años. Es licenciada en Comunicación Social (UBA), militante de la Izquierda Socialista y activista feminista; integra la agrupación de mujeres Isadora. Actualmente, ocupa la banca rotativa en la Cámara de Diputados bonaerense que el FIT obtuvo en 2017. Como miembro de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, fue expositora en el Congreso Nacional durante el debate parlamentario por la legalización del aborto.
-¿Cómo se combate esta crisis, en este contexto económico y sanitario?
-Esta pandemia va a provocar una recesión muy fuerte. La economía a nivel mundial va a caer y la Argentina no va a quedar exenta de eso. Proponemos fortalecer los derechos de los trabajadores y trabajadoras.
- ¿Cuáles son las propuestas de la izquierda?
-Es fundamental que la crisis la paguen los empresarios. Más ahora que se conoció, por ejemplo, que Techint despidió trabajadores y trabajadoras. Por eso es importante que se le cobren impuestos tanto a estos grandes empresarios como a las grandes fortunas del país con la idea de tener una mayor recaudación que ayude a combatir la pandemia. Necesitamos una inyección importantísima de dinero a todo el sistema de salud. Desde pagar mejor a los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud en general, hasta invertir en infraestructura, camas y atención. Los bonos de cinco mil pesos no alcanzan. En el verano vimos cómo le pagaron 200 mil millones a los bonistas y esa plata se fue de la provincia y no está en los hospitales. Por eso también proponemos que la plata no vaya al FMI y el sistema financiero sino a la salud pública.
-Imagino que depende de la aprobación del Presupuesto 2020, que por obvias razones aún no pudieron tratar.
-Hay que reforzar todo el presupuesto en la salud, eso es clave. Y todo lo demás deberá quedar en segundo plano. La provincia de Buenos Aires está trabajando con el presupuesto de salud más bajo de la historia, hablamos del presupuesto que se trabajó con (Mauricio) Macri. Y esto lo viene denunciando desde hace mucho también la CICOP.
-¿Ve la suspensión de despidos como un avance?
-La izquierda viene presentando proyectos de ley desde que existe el Frente de Izquierda, porque creemos que siempre en épocas de crisis todo lo pagan los trabajadores: los aumentos, los despidos, la inflación, y las empresas tienen la mejor coartada. La suspensión me pareció bien pero hay que ver el lado B de esta realidad. Las empresas quedan eximidas de pagar contribuciones patronales, y a la vez el Estado va a pagar sueldos de esas empresas. Entonces, en esa ronda de dinero los empresarios van a seguir ganando lo mismo que antes de la pandemia. Siempre se benefician esos sectores.
“La provincia de Buenos Aires está trabajando con el presupuesto de salud más bajo de la historia, hablamos del presupuesto que se trabajó con (Mauricio) Macri.”
-¿Acompañan alguna otra medida del Gobierno?
-Deberíamos ver cada una en concreto. Por ejemplo, el subsidio de $ 10.000 es insuficiente y deberán esperar hasta mediados de abril para cobrarlo. ¿Mientras tanto, qué? No sólo porque sólo lo cobra uno de los integrantes del grupo familiar, sino porque para cubrir la canasta básica se necesitan unos 63 mil pesos. Y eso lo dice el INDEC, sin tener en cuenta impuestos o alquileres. El bono tiene que alcanzar para vivir y cubrir todas las necesidades. También para trabajadores informales. Por eso le exigimos al Gobierno un bono por una suma mayor, de $ 63.000.
-¿En este contexto de crisis, la izquierda se suma al fin de la grieta?
-Para nosotros no sirven esas fotos y el título de la unidad nacional y que todos saltaron la grieta. La foto de la antigrieta no sirve para enfrentar la pandemia, lo que sí es eficiente para esta crisis que estamos padeciendo son medidas concretas. Si las medidas son subsidios que no alcanzan, un aislamiento obligatorio que no todos lo pueden hacer, hospitales que no están para atender como debe ser la pandemia, esa foto no la compartimos.
-¿Qué pueden aportar desde la Legislatura en esta crisis o incluso desde la militancia de izquierda?
-Respetamos el aislamiento y seguimos trabajando de manera virtual. Las propuestas las comunicamos a través de redes sociales y también hacemos reuniones por Zoom. Particularmente sigo con nuestro periódico digital que sale todas las semanas y en contacto con compañeros y compañeras de otros lugares. Hay que seguir avanzando con las denuncias de este sistema. Este virus no apareció de la nada, viene de la pobreza y marginalidad de China. El verdadero punto a atacar es el capitalismo que nos trajo una pandemia que se está expandiendo y los gobiernos, incluido el de (Alberto) Fernández, apoyan políticas de vaciamiento de la salud pública. Es un sistema perverso de mantener ganancias de un grupo minoritario, de ricos y empresarios, que siempre descarga la crisis sobre las mayorías.
“La foto de la antigrieta no sirve para enfrentar la pandemia, lo que sí es eficiente para esta crisis son medidas concretas”.
-¿Cómo proyecta el post aislamiento?
-Tenemos que sacar una conclusión. La pandemia va a terminar y hay que reflexionar cómo nos vendieron un modelo capitalista imperialista que supuestamente era el futuro y el avance y no fue así. En cambio, hoy vemos un virus que se expande a nivel global y eso nos permitió ver también el negocio de las corporaciones y laboratorios y el lucro sobre la salud de las personas. La conclusión es pensar un modelo de sociedad distinta: el socialismo.