El registro de casos positivos en un Sanatorio de Cipolletti puso en alerta a los gobiernos de Río Negro y Neuquén, que activaron un plan coordinado para contener el brote del virus en la región de la confluencia, la más poblada del sur argentino. Con ese propósito, los gobernadores de ambos márgenes del río realizaron una teleconferencia para interiorizarse sobre lo que sucede en sus territorios, además de crear una Comisión Interprovincial de Monitoreo sobre el avance del COVID-19. La mayor preocupación, según pudo saber este medio, se da del lado neuquino, porque observan de la provincia lindante una falta de pautas concretas que posibiliten el control estricto y compartir información.
Algo similar sucede en la región andina, donde se registraron varios casos y autoridades de Villa La Angostura decidieron que los vecinos provenientes de San Carlos de Bariloche deben estar confinados 14 días. Esto produjo otro cortocircuito entre neuquinos y rionegrinos.
El domingo, las autoridades de salud pública clausuraron una institución médica privada cipoleña por la ola de contagios de trabajadores. La novedad generó suspicacias sobre la capacidad de control del lado rionegrino, que tiene una notable relación con la capital de Neuquén. Entre los planteos, se estableció la circulación de vehículos por número de patente debido al gran flujo de autos que la frontera tiene a diario.
De la forma que lo establece el decreto que firmó Omar Gutiérrez, que rige desde este martes, vehículos de patentes con número par y que terminan en 0 podrán circular lunes, miércoles y viernes. Los impares, sólo martes, jueves y sábados. Los domingos no se podrá circular.
“Estamos trabajando para contener la situación, por eso necesitamos que los vecinos se queden en sus casas”, indicó a Letra P el intendente de Cipolletti, Claudio Di Tella. Si bien el ministro de Salud de Río Negro, Fabián Zgaib, puso a disposición todo lo que tiene al alcance en la pelea contra el coronavirus, los casos en dependencias de salud privada abrieron un interrogante sobre cuál es la capacidad real en medio de la pandemia.
“Ser una ciudad de seguimiento por mayor de circulación del virus nos obliga a realizar un mayor esfuerzo. Implementamos que la gente salga a la calle por su DNI. Eso se suma a otras medidas que provoca una menor circulación”, contó Di Tella.
Con la amenaza de que los casos se reproduzcan, se ideó un plan colaborativo entre las áreas de epidemiología de las dos provincias para aceitar la investigación de contactos estrechos. El diálogo se dará entre la Jefatura de gabinete de Gutiérrez y el Ministerio de Gobierno y Comunidad, a cargo de Rodrigo Buteler.
CASOS. Otra de las preocupaciones que surgieron en las últimas horas, es lo que se vive en Choele Choel. En esta pequeña localidad del valle medio rionegrino, por el registro de casos en los últimos días, se tomó la dura decisión de blindar los accesos con un fuerte cordón policial. Según fuentes de la provincia, la determinación será por una semana hasta que vuelva a analizarse los datos.
El intendente Diego Ramello (Juntos Somos Río Negro), agradeció la gestión del gobierno provincial y ratificó que les caerá todo “el peso de la ley” porque “estamos por encima de la media nacional y provincial”. Al igual que Cipolletti, Bariloche, y Catriel, Choele Choel fue incluida como ciudad de contagio comunitario encendiendo las alarmas en las dependencias de salud.
Otro intendente, el barilochense Gustavo Gennuso, se quejó de la decisión de las autoridades de Villa La Angostura, del lado neuquino del lago Nahuel Huapi, de aislar por dos semanas a cualquier persona que lleguen de su municipio. “Parece que nosotros somos los zombis”, lanzó apenas se enteró de la resolución.