NUEVO CICLO | LA OPOSICIÓN

Vamos a volver: el PRO enciende motores para borrar la huella Peña

“Tenemos que ser gobierno para volver a darle libertad a la gente”, dijo la presidenta Bullrich. Primera reunión formal para cicatrizar heridas y “federalizar” el sello amarillo.

Clausurada la etapa de aflicciones y pases de facturas, el PRO empieza a moverse con miras a los próximos desafíos electorales. La decisión de Mauricio Macri de imponer a Patricia Bullrich en la conducción del partido que fundó generó un rosario de críticas, pero la exministra de Seguridad avanza firme en su afán de ponerle su propio sello a la agrupación macrista, aunque lleva únicamente dos años de residencia en el ecosistema amarillo.

 

Decidida a "cambiarle la cara" al partido y borrar de un plumazo la gestión de Marcos Peña, Bullrich encabezó la primera reunión formal y dejó dos definiciones: quiere robustecer el armado político en el interior y "abrir" las reuniones del Consejo Directivo.

 

Para Bullrich, "abrir" el partido implica invitar a cada reunión formal del PRO hasta "al último militante". Usualmente, las reuniones son cerradas y nunca está claro quiénes pueden participar. De todas formas, seguirá existiendo un espacio de discusión privada para la cúpula y los 24 presidentes de distrito. Al mismo tiempo, la flamante presidenta resaltó el "desafío" de "volver al gobierno" para "devolverle la libertad a la gente, el crecimiento y el federalismo". Fiel a su estilo, graficó la complejidad del armado político opositor. "No es joda construir en cuatro años la vuelta al gobierno", advirtió.

 

 

También, hizo hincapié en "federalizar" el partido para que tenga candidatos propios en cada distrito. En esa faena, juega en tándem con Horacio Rodríguez Larreta, único sobreviviente de la tragedia electoral de 2019. El jefe de Gobierno porteño cerró el encuentro y bregó por "construir una oferta electoral en todos lados". El "vamos a volver" de Bullrich tiene una lógica doble: construir para establecer una oferta electoral opositora que pueda competir con el peronismo en 2023 y también implica regresar a recorrer las provincias, especialmente, visitar a aquellos referentes territoriales heridos. Un dardo por elevación al peñismo.

 

Buena parte de la dirigencia macrista se pregunta el porqué de la obstinación de Macri al imponer a Bullrich: ¿Un intento por radicalizar el espacio? ¿Una custodia leal que garantice la supervivencia de su figura tras la derrota? Los interrogantes flotan hacia el interior del PRO, que este viernes tuvo su primera reunión formal de 2020: allí debutaron las nuevas autoridades del partido y de la Fundación Pensar, al tiempo que se trazó un borrador del plan de acción.

 

 

 

Bullrich continúa con un mensaje confrontativo con el peronismo más cercano a expresiones de extrema derecha que al discurso que la nueva oposición quiere enarbolar para discutir con el Frente de Todos. Pese a esas ríspideces, prosigue y toma la jefatura con mano firme.

 

Sus detractores marcan su reciente incorporación -formal- al PRO, pero también destacan su trayectoria política. A diferencia de buena parte de la feligresía amarilla, Bullrich conoció la derrota política en varias oportunidades y logró reinventarse.

 

El PRO tiene en el horizonte un desafío que desconoce: mantener la unidad y construir desde la derrota. Bajo esa lógica, la figura de Bullrich aporta ese músculo político de trinchera que no abunda en las tropas amarillas. Es, por estas horas, la interpretación que los afligidos encuentran para explicar la entronización de Patricia en la cúspide PRO, un reconocimiento que pocos celebran y muchos menos aceptan.

 

 

 

Bullrich estará flanqueada por dos dirigentes PRO del interior: el santafesino Federico Angelini será vicepresidente primero y la cordobesa Laura Rodríguez Machado asumirá como vicepresidenta tercera. Rodríguez Larreta se quedó con la Secretaría General, que regula la vida partidaria en todas las provincias y busca candidatos amarillos. El cargo será ejercido por Eduardo Macchiavelli, actual secretario de Ambiente porteño y hombre de confianza del alcalde.

 

También, estuvo la nueva tropa de vocales del PRO: el jefe del bloque PRO en Diputados, Cristian Ritondo; el exministro de Transporte Guillermo Dietrich, que también tendrá a su cargo el área de Movilización y Voluntariado del partido; el senador nacional Esteban Bullrich; el exsecretario general de la Presidencia y hombre del riñón íntimo de Macri Fernando De Andreis, el mendocino Omar De Marchi, el rionegrino Sergio Wisky, la expresidenta de la Juventud PRO y actual diputada nacional Camila Crescimbeni ; el senador Alfredo De Angeli la diputada del PRO, oriunda de Vicente López y del riñón de Jorge Macri, Verónica Barbieri, y el presidente del PRO de Corrientes y ministro de Producción de esa provincia, Raúl Schiavi, entre otros.

 

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