Mientras persiste el bramido de sectores del radicalismo pro Cambiemos que buscan su expulsión del partido tras su designación como embajador en España del gobierno de Alberto Fernández, Ricardo Alfonsín y su tropa bonaerense definirán en los próximos días los movimientos a futuro, fundamentalmente en lo que refiere a la interna partidaria en un año de elecciones para renovar autoridades en la provincia de Buenos Aires. Jugar con Posse, mirar desde afuera o sembrar una Convención que rompa con cambiemos, entre las opciones que se barajan.
Según detallaron a Letra P voces del alfonsinismo, el próximo miércoles será probablemente el último encuentro de este sector previo a la partida de Alfonsín a España, que se dará luego del 12 de marzo, día en que encabezará un homenaje a su padre Raúl en Recoleta, al cumplirse 93 años del nacimiento del expresidente.
Este tipo de encuentros se venían desarrollando periódicamente en las oficinas que dan a la esquina porteña de Esmeralda y Paraguay. El miércoles 4 intentarán aceitar posicionamientos a futuro, como el que mantendrán en la discusión interna bonaerense del partido centenario y de qué manera moverse “con Ricardo a 12 mil kilómetros”.
Como comentó en reserva a este medio un intendente alineado a la actual conducción partidaria (encabezada por el ex vicegobernador Daniel Salvador), “Alfonsín puede estar afuera, pero su gente queda adentro” -máxima que también aplican a los afiliados que reportan a Leopoldo Moreau. Ese es un factor que desde el oficialismo partidario miran con atención, sobre todo teniendo en consideración el tono crítico que ha mantenido en los últimos tiempos alguien que se perfila como posible competidor interno del salvadorismo, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse.
Cerca de Alfonsín admiten que el respaldo a una hipotética cruzada possista es una de las cartas que se pondrán sobre la mesa en el mitin previsto para el miércoles próximo con la presencia del flamante embajador designado, quien este viernes participará de una actividad en Mar del Plata con dirigentes del socialismo y ex margaritos de la que también será parte la ministra de Desarrollo de la Comunidad, Fernanda Raverta.
Pero también se manejan otras opciones, desde la libertad de acción en la contienda bonaerense boina blanca hasta explorar el fortalecimiento del ala crítica sin la necesidad de alinearse detrás de la figura del sanisidrense. “Hay posiciones distintas, todavía no está definido”, admiten.
Algunos dirigentes cercanos a Alfonsín miran de reojo un eventual respaldo a Posse en la pelea por la presidencia del comité. “Ha sido un tanto zigzagueante en sus posiciones”, deslizan. Aunque reconocen que en los últimos tiempos mantuvo posiciones tendientes a “tener autonomía en las decisiones y no hacer seguidismo absoluto del PRO”, como le endilgan a la actual conducción salvadorista. Otros advierten que las recientes apariciones críticas del possismo sobre Cambiemos son impulsadas a partir de un entendimiento con otro sector crítico de la UCR bonaerense que se referencia con Federico Storani.
Quienes hacen foco en la necesidad de romper con Cambiemos, observan que Posse, más allá del matiz crítico, no deja de ser una opción dentro del frente en sociedad con el PRO. Así, hay quienes buscan explorar una “opción superadora” al intendente de San Isidro. Sin el camino bonaerense definido, aseguran que se apuntará a impulsar candidaturas en las internas distritales (que podrían asentarse bajo distintas alas en una hipotética contienda provincial) y en apuntalar figuras del espacio, ya sin el referente central en el país, o al menos con desembarcos cada tres meses.
Sea como fuere, el factor determinante para el alfonsinismo es que quien dé la pelea por la UCR bonaerense plantee públicamente disidencias, “si no se reduce a una disputa de espacios cuando lo que tiene que haber es una disputa ideológica en el partido”, enfatizan. Y exigen “un debate” interno que haga “una autocrítica” sobre el rol del radicalismo durante los cuatro años de gobierno cambiemita para, luego, definir dónde jugar a futuro.
En esa línea, detallaron que fuera de los límites de la provincia de Buenos Aires ya hay muchos sectores que empiezan a manifestar que no quieren continuar con la alianza con el PRO. “En Entre Ríos, orgánicamente el radicalismo decidió salir de Cambiemos, entonces hay un debate muy fuerte”, ejemplificaron.
Con ese análisis de cómo se viene bosquejando la cuestión nacional, cerca del embajador designado en España consideraron que “hay un condimento” en la próxima elección de la UCR bonaerense que no escapa al interés del sector por romper con Juntos por el Cambio: la elección de convencionales nacionales por la provincia de Buenos Aires. “Quedarte afuera de esa pelea es desertar de la discusión real del partido dentro de tres años, que es una nueva convención que defina la cuestión electoral”, subrayaron quienes apuestan por mantenerse en la estructura partidaria para sembrar una convención nacional que eche por tierra lo decidido en Gualeguaychú en 2015: “Si querés dar la pelea, tenés que estar adentro y meter convencionales ahora”, puntualizaron.