El ministro de Infraestructura de la provincia de Buenos Aires, Agustín Simone, recibe a Letra P en su despacho del quinto piso del ministerio. Sobre el escritorio principal hay mapas de la cuenca del Salado, una notebook encendida con un documento excel abierto en el que repasa números con detalles de ejecución de obra según los años. Otros mapas hechos cuadros colgados de las paredes, una mesa de reuniones y unos sillones por donde suelen pasar los intendentes oficialistas y opositores. “Ya llevo 90 reuniones con oficialistas y opositores”, dice. Una de sus múltiples tareas es consensuar –acaso contentar- a los jefes comunales que desfilan por el histórico edificio de calle 7 en La Plata. Por el momento, no tuvo mayores reclamos, asegura. De todos modos, Simone se sincera. “Hay un ministerio con un ajuste presupuestario y eso llevó a una baja de obra pública”. Sostiene que salir de esa situación no será fácil. A lo largo de la charla con Letra P, el economista, que integra desde hace años el equipo de Axel Kicillof, repasa las dificultades con las que se encontró y qué obras intentará reactivar; le baja el volumen a la ejecución que hizo la gestión de María Eugenia Vidal y anuncia que revisará la boleta de luz, incluida la tarifa social. "El sistema es injusto en algunos casos", advierte.
BIO. 41 años. Licenciado en Administración recibido en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Antes de asumir como ministro era jefe de Departamento de Control de Gestión de la Administración Central de la Auditoría General de la Nación. Entre 2016 y 2017 fue secretario de Economía y Hacienda del municipio de Mercedes. Es profesor adjunto en Economía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES). Formó parte del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (CENDA), una usina de pensamiento económico que creó Kicillof.
-¿Con qué situación se encontraron al llegar al ministerio?
-El ministerio y casi toda la Provincia habían dejado de pagar a proveedores a partir de agosto, es decir, después de las PASO. Hay una cantidad de pagos pendientes tanto para obras como en convenios con municipios. Muchos municipios pagaron con recursos propios lo que no pagó la Provincia. Hay una cantidad de obras paralizadas o neutralizadas por un monto del orden de los 11.000 millones de pesos entre los dos conceptos.
-¿Tiene un número de las obras paradas?
-La gestión anterior paralizó 255 obras, algunas más grandes, otras más chicas. Una obra puede ser una casa o una ruta. El otro tema es un ajuste presupuestario muy grande en 2018 y 2019 en bienes de uso. En 2017, este ministerio tuvo inversiones por 18.000 millones de pesos, en 2018 por 14.000 millones de pesos, en 2019 por 14.000 millones. En términos reales, la inversión bajó abruptamente. El problema de eso es que las obras, con la caída del presupuesto, empezaron a ejecutarse a una velocidad muy lenta, si es que no se cancelaron. Hay que sumarle el aumento de la inflación, que lleva a redeterminaciones mensuales. Encontramos unas 700 redeterminaciones pendientes. El ajuste presupuestario llevó a una baja de obra pública en 2018 y 2019 y a una absoluta subejecución de toda la obra financiada con recursos externos. Entre todos los créditos de la Provincia, el promedio de ejecución es del 7%. Nada. No ejecutaron los préstamos de organismos internacionales.
-¿Cambiemos hizo obras que le cambiaron la vida a la gente, como dijo en la campaña?
-Hubo obras por el Fondo de Infraestructura Municipal (FIM)... eso fue a obras para los municipios: eso es así. El FIM fue una herramienta que le impuso la Legislatura al Ejecutivo, pero se implementó y los municipios ejecutaron. En gran parte de 2017, las obras se hicieron con ese instrumento. Y después hubo, sobre todo en Vialidad en 2017, reparación de rutas. No mucho más. Se instaló un relato.
-¿Qué hizo Vidal con el plan estratégico hidráulico de las cuencas que anunció en abril de 2016?
-El Río Luján está en cero. La ejecución no llega al 5%. Yo era parte del municipio de Mercedes. El Matanza-Riachuelo es una obra de la Nación. Se avanzó un poco con el préstamo del Banco Mundial. En 2018-2019 se pisó bastante por el tema presupuestario. La cuenca del Reconquista está al 30%, pero el gobierno anterior la tomó al 15%. Avanzó muy poco. En el Areco se hizo algo. El de La Plata estaba avanzado y lo terminaron. Pero acá lo que no se hizo era un financiamiento para la planta de agua potable. Se hicieron obras chicas. Pero la obra pesada, no.
¿Contempla incluir un Fondo de Infraestructura Municipal en el Presupuesto 2020?
-En 2016 y 2017 Vidal accedió a nivel de financiamiento altísimo que estamos pagando ahora. El problema es que tenemos un ministerio totalmente desfinanciado. No está mal el mecanismo del FIM o el de los convenios. Soy más partidario de los convenios porque hay obras que deben hacer los municipios.
-¿Qué le están pidiendo los intendentes?
-Llevo 90 reuniones. Piden obras lógicas. Pero la Provincia no tiene presupuesto por un agotamiento de endeudamiento que la llevó a una situación de vencimientos asfixiantes. Y otro tema perjudicial para este ministerio fue la transferencia de los subsidios. La tarifa social y el transporte.
-¿Cuánto implica hacerse cargo del transporte?
-Para este año van a ser 50.000 millones de pesos. Es mucha plata. La Nación nos dijo que hay una alta chance de que lo absorba. Nosotros no tenemos esos fondos.
- ¿Volvería al anterior esquema entonces?
-Sí. La transferencia de fondos del conurbano fue falsa: entraron fondos por un lado y salieron por los subsidios.
-¿Sigue la discusión por la conformación del Ente Metropolitano del Servicio Eléctrico?
-No ahora. Se habló y se volvió al Ente Nacional de Regulación Energética (ENRE). Cuando Cambiemos vio que perdía la provincia se apuró a armar el ente con la Ciudad y darle todas las autoridades. El planteo es por la elección de autoridades, porque nosotros tenemos el 70% de los usuarios de luz. No estamos en contra de un ente.
-¿Debería constituirse el EMSE?
-Sí, con la incorporación de la Nación.
-¿En la Ciudad qué opinan de que la Provincia presida el ente?
-No tienen problema.
-¿Se va a discutir una nueva composición de la tarifa de luz después de los 180 días de congelamiento?
-En estos 180 días hay que ver en qué invirtieron las empresas. Esa información no está por falla de la Provincia. Hay son declaraciones juradas por valores monetarios, pero para controlar una obra hay que controlar avance físico y económico. Da la impresión de que, como mínimo, no avanzaron fueron a la velocidad que deberían haber avanzado. De ahora en adelante hay que ver tarifas y plan de inversiones. Congelar la tarifa eternamente y cortar las inversiones no es una salida. Plantear un esquema de inversiones que requiera una tarifa impagable, tampoco. El otro tema es la tarifa social. Hoy el sistema es injusto en algunos casos. Castiga a alguna gente por consumo y otra, de sectores bajos, consume más por el sistema para calefaccionar que tiene. Y hay gente que tiene tarifa social y no la necesita. Hay que avanzar con un esquema más justo.
-¿El calendario de pagos de deuda extranjera que tiene la Provincia compica el financiamiento externo para obras?
-Con organismos multilaterales no hay problemas. Pero asumimos un gobierno que tiene cortado el financiamiento privado desde hace dos años y eso no es fácil de revertir.
-Vidal decía que tomo deuda para hacer obras.
-En 2017 hubo más obras que en otros años, pero con un nivel de endeudamiento mucho más grande en relación a las obras que hubo. El FIM, que fue lo que más se ejecutó, llegó al 18%. ¿Y el resto dónde está?
-¿Se van a hacer los peajes en la Ruta 6?
-Hay que incorporarla a Aubasa y tiene que haber peaje. Hay ciertas vías para explorar para generar fondos, como cobrar peaje. Los recursos se obtienen de los usuarios de la autopista o de un impuesto que paga todo el mundo.
-¿Cómo está Aubasa?
-Sin un centavo. Sin fondos para obras. Se sustenta, pero sólo puede hacer obras muy chicas. Las grandes debe hacerlas Vialidad, pero no tiene presupuesto. Tenemos un problema de financiamiento. Hay muchas alternativas. Una es buscar un esquema en el cual Aubasa se pueda financiar. O que pueda acceder a financiamiento como empresa. Otra, nos ayude Vialidad nacional. Y otra, buscar nosotros una fuente de financiamiento.
-¿Cuál es el estado de la ruta 11, otra que gestiona Aubasa?
-El avance de los últimos tiempos fue nulo. Es un gran desafío. Es una obra grande y hoy no hay fondos para hacerla.
-¿Pensó en hacer una auditoría sobre la herencia que recibió?
-Hay una cuestión de control que uno debe hacer cuando asume. Estamos en eso todavía. Pero si paramos la gestión generamos más recesión. Estamos revisando y mirando. Si hay problemas legales, actuaremos en consecuencia. La prioridad es no parar.