Electo senador bonaerense por la Séptima sección electoral en 2017, Dalton Jáuregui (PRO) tomó licencia de su banca para dar paso a la azuleña Lucrecia Egger, respondiendo a un acuerdo previo en el marco del desembarco a Cambiemos del intendente de Azul, Hernán Bertellys. Con solo dos años en la Cámara alta provincial en los que también se desempeñó dentro del Consejo de la Magistratura, Jauregui admite en diálogo con Letra P: “Uno siempre se queda con ganas de más cuando puede jugar un rol”. Pero esquiva hablar de candidaturas y pone énfasis en la necesidad de unidad “en la diversidad” en Juntos por el Cambio, aspecto que detecta como mensaje prioritario de su referencia central en el espacio, la exgobernadora María Eugenia Vidal.
Dentro de la Séptima, donde la mesa de negociación tiene cuatro patas societarias que el año que viene discutirán por escasos casilleros de privilegio para acceder al Senado, Jáuregui recalca que en el llano de la derrota “es donde uno tiene que estar más unido y en esa unidad tiene que haber diversidad”. Bajo esa tesitura, enfoca los dardos hacia el gobernador Axel Kicillof, a quien considera “capaz de hacer cualquier cosa a la hora de hacer un reparto discrecional” de la obra pública.
-Legisladores de la oposición advirtieron que el presupuesto bonaerense 2021 discrimina a municipios de JxC en el reparto, ¿observa eso en el caso de la Séptima?
-Sí. Lo hablé con José Luis Salomón en Saladillo, un distrito que tiene mucho menos obras que un municipio con menos de cinco mil habitantes. Hoy se requiere madurez política en los roles ejecutivos, entonces, es inviable que algunos municipios, por una pertenencia política, reciban mayor obra pública que otros porque no pertenecen a ese espacio. Con este reparto de la obra pública se desnudó lo que busca esta gestión para el año que viene.
-¿Qué busca?
-Es un año electoral 2021, esto tiene un claro tinte electoral. Veo un Ejecutivo provincial capaz de hacer cualquier cosa a la hora de hacer un reparto discrecional.
-Lo mismo decían intendentes del peronismo durante la gestión Vidal…
-Pero no lo fue, porque se cumplió con la norma. No solo en el reparto de la obra pública, sino en el presupuesto a llevar adelante. Lo vimos cuando repartió en términos iguales el Fondo Educativo, más allá de la pertenencia política. Cuando hablo de madurez, hablo de que tenemos que buscar políticas de largo plazo, más allá de las banderías políticas que detente el gobernador de turno.
“Uno a veces se pierde en el rol de opositor cuando no detenta la gestión provincial, la sintonía fina se pierde.”
-Hace algunos días se reunieron dirigentes de la Séptima con Vidal, ¿qué lineamientos se trazaron?
-María Eugenia Vidal busca que sigamos unidos como oposición, porque en las derrotas es donde uno tiene que estar más unido y en esa unidad tiene que haber diversidad. Nadie discute que puede haber diversidad de opiniones y en los liderazgos en un espacio que está conformado por cuatro grandes partidos y con alguna impronta local y algún vecinalismo en cada uno de los distritos de la Séptima.
-Distintos dirigentes nacionales del PRO se reunieron esta semana para limar asperezas, ¿en la Séptima sección tendría que pasar lo mismo? ¿Hay diálogo entre las diversas líneas internas del PRO?
-Sí, hay diálogo entre todos los dirigentes de la sección, sobre todo tratando de apoyar el rol de los intendentes, que son quienes le ponen el pecho a esta cuestión sanitaria enmarcada en la pandemia, pero veo sano el hecho de que haya diversidad y que podamos discutir, que los legisladores tengan trato directo con intendentes en esto que uno a veces se pierde en el rol de opositor cuando no detenta la gestión provincial, la sintonía fina se pierde. Pero todos jugamos para un mismo lado y tenemos que estar unidos, es lo más importante.
-¿Vidal tendría que ser candidata por la Provincia en 2021?
-Es muy pronto para discutir lugares en las listas. Hay que enfocarse en la ayuda al vecino, en acompañar a quien detente un cargo. Sería mezquino estar pensando en liderazgos, más allá de lo personal que María Eugenia es con quien me formé y tengo como líder en el espacio. Pero entiendo que hay que ser sensato y discutir eso el año que viene.
“Es normal que se discutan liderazgos después de una derrota.”
-¿Hacia qué perfil de oposición tendría que avanzar Juntos por el Cambio?
-Es muy sensato que haya crítica interna, sobre todo después de haber perdido la elección de 2019. Ya entendimos qué es lo que se hizo bien y lo que se hizo mal. María Eugenia nos enseñó que somos servidores públicos. Hay que darle valor a la política y sobre todo, idoneidad.
-Hasta el año pasado, el poder era un factor ordenador de la interna del frente. ¿Cómo se da en el llano de la oposición la articulación con el resto de las fuerzas?
-Es normal que se discutan liderazgos después de una derrota. Veo mucha sensatez en la Séptima con la presencia de esos cuatro grandes espacios; hoy, con la impronta del peronismo, con Hernán Bertellys, con Joaquín de la Torre ayudando, con Cristian Ritondo. Pero es una sección electoral con una fuerte impronta de la UCR, del PRO y de la Coalición. A mí me tocó caminar la sección con Alejandro Cellillo y Carolina Tironi y lo hice con sumo placer porque nos une un objetivo en común.
-Debido a acuerdos previos, en 2019 se tomó licencia y dejó su banca en el Senado, ¿se quedó con ganas de más?
-Uno siempre se queda con ganas de más cuando puede jugar un rol, sobre todo, en el Consejo de la Magistratura. Soy una persona de buena fe que cumple con su palabra y así lo hice. Eso no quita que uno a veces pueda tomar envión para que el salto sea más grande. Esperaremos.
-¿No descarta buscar nuevamente una banca legislativa?
-Si algún día María Eugenia necesita que vuelva a ser legislador, ahí estaré. No le voy a fallar.
-¿Juntos por el Cambio tiene que ampliarse?
-No hay duda de que se va a ampliar el espacio. Buscamos una manera de trabajar y de detentar un rol. Por eso buscamos la unidad en la diversidad. Es sensato que se sume más gente al espacio.