VACUNAPALOOZA

Una carrera de U$S80.000 millones y los corredores de la liga local

El festival global del pinchazo y el capítulo criollo. Un ceo albertista omnipresente y la guerra fría sanitaria. Comprar, comprar, comprar, el lema de Todos.

El lunes 9, horas después de que Pfizer anunciara que la vacuna que desarrolla con BioNTech contra la covid-19 presentó una eficacia superior al 90% en estudios preliminares, Albert Bourla vendió 132.508 acciones de la compañía a U$S41,94 y embolsó U$S5,6 millones. Bourla es el ceo de Pfizer y aprovechó el pico del valor para concretar una operación que, según la compañía, estaba planificada desde el 19 de agosto.

 

La de Bourla es una de las tantas historias que entrega la carrera entre los laboratorios más importantes del mundo para desarrollar la primera vacuna contra el coronavirus. Con un mercado de al menos 2.000 millones de dosis en el hemisferio occidental, la industria farmacéutica se lanzó a buscar la solución para la pandemia, en un negocio que puede alcanzar los 80.000 millones de dólares a un precio de casi U$S20 por dosis. 

 

Existen 211 vacunas en estudio, con distintos grados de avances. La contienda tiene, además, su pata geopolítica, con China realizando una multiplicidad de estudios y Rusia queriendo imponerse como el país que presentó “la primera vacuna registrada”.

 


En el plano local, el Gobierno lleva adelante distintas negociaciones para ubicarse lo más cerca posible de la línea de largada cuando la primera vacuna esté aprobada y lista para distribuir. Algunas charlas causaron revuelo, como las conversaciones con Rusia para adquirir 25 millones de dosis de la Sputnik V que incluyeron el viaje secreto de funcionarios a Moscú.

 

Otras avanzan a paso más lento, como las que se llevan adelante con Pfizer, y otras fueron celebradas, como las concretadas con AstraZeneca, que desarrolla la vacuna de Oxford y promete entregarla al costo.

 

El Gobierno trabajó en procedimientos administrativos para agilizar la contratación de un producto que no se conoce, no se sabe si estará disponible y no tiene precio, algo que choca con cualquier compra que quiera hacer el Estado.

Hasta el momento, el único acuerdo firmado del Estado argentino es con AstraZeneca por 22 millones de dosis. También hay un pacto de palabra con Rusia por la Sputnik V y un preacuerdo con Pfizer. El Gobierno trabajó en procedimientos administrativos para agilizar la contratación de un producto que no se conoce, no se sabe si estará disponible y no tiene precio, algo que choca con cualquier compra que quiera hacer el Estado. En el Ejecutivo estiman que, con excepción de la vacuna de Oxford, el resto de los antídotos costará entre 15 y 20 dólares.

 

SIGMAN. Hay un gran empresario que acapara miradas, aunque busque ubicarse en un rol secundario: Hugo Sigman. Empresas de su grupo Insud están involucradas en dos vacunas: la de AstraZeneca - Oxford (su laboratorio mAbxience será uno de los fabricantes para toda América Latina) y la del gigante chino Sinopharm (Elea comenzó a testear esta solución en 3000 voluntarios del país).

 

Sigman, de todos modos, se corrió de las negociaciones con el Gobierno. “AstraZeneca es quien vende la vacuna. Ni mAbxience ni Liomont (el laboratorio mexicano que terminará de fabricar las dosis) pueden venderla, ni a gobiernos ni a privados”, escribió en su cuenta de Twitter. Según fuentes de Insud, el compromiso de AstraZeneca es hacer esas ventas al costo, a unos cuatro dólares por dosis.

 

En un comunicado, AstraZeneca confirmó que acordó la entrega de 22 millones de dosis a la Argentina durante el primer semestre de 2021, si las pruebas resultaran exitosas. El Estado desembolsaría, así, U$S88 millones para vacunar a 11 millones de personas (se aplican dos dosis).

 

 


El laboratorio de mAbxience comenzará a fabricar el principio activo de la vacuna en Buenos Aires hacia el 26 de noviembre. Los primeros lotes estarán listos a fin de mes. Es una especie de yogur blanco que se envasa en bolsas transparentes y se despachará a México para terminar el proceso en diciembre. Según estimaciones privadas, la firma cobrará alrededor de un cuarto del costo de la vacuna (es decir, un dólar por dosis). La compañía va a riesgo: “Interrumpió su producción habitual para dedicar su planta enteramente a la producción de la vacuna, adquirió equipos y tecnología y puso a todo su equipo a disposición, de modo que también corre riesgo si la vacuna no resulta efectiva”, escribió Sigman.

 

Elea, otra compañía de Sigman, testea una de las vacunas chinas que está en estado más avanzado. El antídoto de Sinopharm ya se probó en 300.000 personas en el mundo y Eduardo Spitzer, director científico de Elea Phoenix, lidera los ensayos clínicos para sumar 3.000 voluntarios en el país, junto con la red Vacunar y la Fundación Huésped. “Todas están muy cerquita, más o menos alineadas en el nivel de avance”, dijo. El experto imagina que, para el primer semestre, habrá “tres o cuatro” vacunas disponibles que podrán usarse en distintos rangos de población, según sus características. No está claro si esta vacuna se fabricará en el país o se importará. “Nuestra apuesta es por la soberanía sanitaria”, adelanta Spitzer.

 

SPUTNIK V. En el caso de la vacuna rusa, el presidente Alberto Fernández le remarcó a su par Vladimir Putin la intención de negociar de Estado a Estado. Fue para desterrar suspicacias. Al viaje de funcionarias a Rusia se sumaron directivos del laboratorio HLB Pharma, que aparece como distribuidor de ese antídoto en la Argentina y otros países de la región. El Gobierno no quiere intermediarios. Importará las dosis de India, Corea del Sur y China, que cerraron convenios de producción con el laboratorio ruso Gamaleya.

 

 

 

Según supo Letra P, HLB hizo los primeros contactos en Rusia y registró la Sputnik V en el Anmat (esta vacuna y la de AstraZeneca son las únicas dos ya ingresadas al ente). No buscarían oficiar como intermediarios, pero sí fabricar el antídoto si Rusia decidiera mudar producción a la Argentina. Los nuevos dueños del laboratorio ganaron terreno en la pandemia con ventas de barbijos y otro equipamiento a precios más bajos que sus competidores, pero no contarían con la infraestructura de los laboratorios más grandes para encarar un proceso de millones de dosis.

 

Días después del anuncio de Pfizer, Rusia también comunicó que su vacuna presentaba una eficacia superior al 90 por ciento en las pruebas que se hicieron en más de 20.000 voluntarios, pero la comunidad científica desconfía.

 

PFIZER. Con Pfizer (de las más avanzadas, junto con Moderna), el acuerdo sería por una cantidad de dosis significativamente menor. Extraoficialmente, se habla de hasta tres millones de vacunas. Es el antídoto más problemático de todos para tratar. Requiere una temperatura de -70°C, lo que dificulta su traslado a distintos puntos del país. La vacuna de Sinopharm, por el contrario, se puede guardar a temperatura heladera: 4°C.

 

Otro laboratorio que busca conseguir su vacuna es Janssen, de Johnson & Johnson. Paula Barreyro, directora de Asuntos Médicos y Regulatorios de la compañía, dijo que existen contactos con el Gobierno. “Estamos en conversaciones continuas con numerosos grupos de interés que incluyen a gobiernos nacionales y organizaciones internacionales. Tenemos el compromiso de lograr que nuestra vacuna para covid-19 sea asequible a nivel mundial”, sostuvo. Las dosis, que tendrían un precio similar a las de Pfizer, deberán importarse.

 

Todos estos laboratorios esperan tener los resultados avanzados hacia fines de noviembre y ya empezaron a fabricar, a riesgo, sus vacunas. Las primeras podrían estar disponibles para enero o febrero. El Gobierno comenzó esta semana a coordinar con organizaciones de la sociedad civil cómo será la campaña de vacunación masiva.
 

 

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