Daniel Salomón es un empresario de las plataformas digitales de comercio diferente a aquel típico CEO de e-commerce que sólo entiende el consumo bajo la óptica del liberalismo y la autosatisfacción del consumidor, sino que le da un marco más colectivo y hasta productivo. Cuando empezó a estudiar contabilidad entendió que el problema de la ferretería industrial de su padre en el centro de la ciudad de Córdoba era la competitividad. Lo veía en el día a día cuando trabajaba allí y llegaban los precios inflados de los proveedores mayoristas. Después de pasar por Estados Unidos para finalizar una maestría en empresas, no se encegueció con aplicar la mejor tecnología para llegar a la puerta del consumidor final, sino que se apostó a ofrecer soluciones a los problemas de las pequeñas empresas como las de su familia.
Así como el rey Salomón expandió el comercio hebreo, este Salomón quiere hacer lo mismo con el de las pymes. Al margen del paralelismo derivado de la coincidencia del nombre, lo que busca hacer el empresario de 38 años es dinamizar las posibilidades de los más pequeños. En 2012 desarrolló Comprando en Grupo (CEG), una empresa cordobesa digital que actúa como pool de compras para que los comerciantes minoristas puedan importar productos y a precios competitivos.
Está apuntado a aquel que no puede acceder a un container de productos, por ejemplo, de China, India o Europa, y termina pagando una fortuna a un importador mayorista. Hoy en día integran los pedidos de más de 1.000 comercios pymes de todo el país. Por ahora, trabajan con los rubros electricidad e iluminación, artículos para el hogar, bazar, camping, sanitarios, máquinas y herramientas. Tiene una oficina en China con 20 empleados que realizan el contacto con los fabricantes de productos. La condición sine qua non es que sean productos que no se fabriquen en el país para no perjudicar la industria nacional.
Comprando en Grupo (CEG) es la comunidad de comerciantes minoristas más grande de Latinoamérica. Cuenta con 130 empleados directos y tienen planeado llegar a 300 a fin de 2020. En 2019 fue premiada por Great Place To Work como una de las 20 mejores empresas para trabajar con menos de 200 empleados. El año pasado llevó adelante un volumen de compra de 20 millones de dólares y estima duplicarlo durante 2020.
La plataforma hace de trader: el comerciante elige los productos en la plataforma, pone el dinero y luego le llega a su depósito. No toca un papel, ya que la empresa también se encarga de lo administrativo y cobra una comisión por producto importado. Es una suerte de sustitución de importadores mayoristas, es decir, de evitar a los intermediarios innecesarios en la cadena de valor que hacen que los precios se incrementen. La plataforma da la posibilidad a las pymes de ahorrarse al menos un 30% en el costo de sus productos y que, en definitiva, no se termina trasladando a los consumidores.
El concepto de lo colectivo en el ámbito empresarial termina siendo relativo muchas veces. En el caso de CEG, es vital. Lo asociativo digital es el núcleo de su éxito, pero, también, lo que lo mantiene vivo. De otra forma no serviría. Así lo piensa Salomón. Y agrega que el trasfondo es colaborar con el más desprotegido en el sistema productivo: “El foco es ayudar al minorista, a la empresa familiar de cinco empleados, que no tiene posibilidades de competir con grandes retailers multinacionales. Hay un beneficio emotivo y moral también”.
Por eso conectó con las políticas en pos del mercado interno del Gobierno actual y realza el perfil “con el que favorece a las pymes”. “A los tres meses de asumir, Alberto Fernández bajó al 30% las tasas de interés que durante el macrismo estaban en el 80%. Eso es una decisión política y apoyamos firmemente ese tipo de políticas que vayan en concordancia con las pymes”, sostuvo a Letra P el contador recibido en la Universidad de Córdoba.
Es del pelotón de empresarios que entiende que las empresas deben ser parte de la salida económica de la pandemia con responsabilidad. El cooperativismo ganó oportunidad durante la pandemia y es una de las salidas según entiende Salomón.
Cuando cuenta sus inicios en el emprendimiento, no soslaya la importancia de su sentimiento por lo nacional. La fácil hubiese sido quedarse en Estados Unidos, donde desembarcó para terminar un MBA (Maestría en Administración de Empresas, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Virginia, y desde allí explorar y desarrollar un emprendimiento más ventajoso. En cambio, volvió y desarrolló de cero la plataforma porque no existía algo similar.
El mote de startup quedó en el pasado y ya es una empresa con capacidad de expansión con varios objetivos. Primero, el de seguir sumando rubros para aumentar clientes que se sumen a la plataforma. Después, terminar de desembarcar con un Comprando en Grupo (CEG) en México para comerciantes de allá, y en 2021 hacer lo mismo en España.
Y ya cranea ir hacia el siguiente eslabón que es una plataforma digital del comerciante al consumidor, como un Mercado Libre, pero de las propias pymes que se sumen a Comprando en Grupo para que sea más rápida la entrega. Está verde, reconoce, pero nadie le saca el sueño de terminar compitiéndole a la plataforma de Marcos Galperín.