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Tras el desalojo, Kicillof acelera el plan de hábitat para apagar el fuego

El gobernador ordenó avanzar con la detección de suelo para lotear y evitar un efecto dominó. Las negociaciones truncas y el impacto de la represión.

El desalojo y represión en la toma de tierras de Guernica aceleró los planes del gobernador Axel Kicillof , que imprime dinamismo a la Unidad Provincial de Tierras y Vivienda que anunció hace exactamente un mes. La ministra Teresa García (Gobierno), a quien puso en la coordinación del proyecto, trabaja en la detección de terrenos para que el Estado pueda lotear. ¿El problema? Muchas de las tierras ya calificadas se encuentran lejos de zonas urbanas. En tanto, el ministro Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad) acordó, según dijo, la salida con 750 familias que ocupaban el predio, mientras que hasta el momento ocho familias que resistieron el desalojo se acercaron a los paradores instalados por el gobierno en cercanías del lugar.   

“Era previsible”. Esa es la respuesta de distintos funcionarios del Gobierno provincial ante la consulta sobre el conflicto, desalojo y represión comandado por La Bonaerense de Sergio Berni, la toma de tierras más grande de la provincia, ubicada en el distrito de Presidente Perón. El gobierno de Kicillof intentó desactivar un conflicto que se había iniciado el 20 de julio con un intenso despliegue estatal. Armó un comité interministerial y acordó la salida del 80% de las personas que habían llegado al predio de 100 hectáreas. Pero no alcanzó. 

Según la versión de las organizaciones sociales y políticas que tenían presencia en la toma, en la tarde noche de este miércoles el diálogo se cortó de manera intempestiva justo cuando iban a aceptar el ofrecimiento de una reubicación. Según fuentes del Ministerio de Desarrollo, las organizaciones estiraron una respuesta para tensionar la situación, la Justicia no dio más plazos y ordenó el desalojo. El saldo se vio en vivo y en directo por la televisión: 36 detenidos y una imagen no deseada para un gobierno popular, las fuerzas de seguridad reprimiendo con bales de gomas y gases. 

 

 

“Hace 100 días que el Gobierno está hablando con todas las familias. De hecho, el 80% de las personas se retiró de forma pacífica todos estos días”, dijo en la mañana de este jueves la ministra de Gobierno mientras el conflicto iba desactivándose. 

La llave para destrabar la toma de tierras para Kicillof es el Plan Bonaerense de Suelo y Hábitat: generar suelo urbano y soluciones habitacionales. El programa es a mediano y largo plazo, pero la urgencia lo apremia. Antes del desalojo en Guernica había 80 tomas en la provincia de Buenos Aires. 

La gestión bonaerense propone crear más de 85 mil lotes. Discursivamente apunta a la falta de políticas transversales en esta área. Apunta a la gestión de Vidal y más atrás también. 

 

En lo urgente, esta semana Kicillof creó el “Programa de Asistencia Crítica y Habitacional “, cuyo objetivo es atender a la población vulnerable de la provincia de Buenos Aires que necesite asistencia para acceder a una vida digna, tanto desde el punto de vista alimentario como habitacional, mejorando las condiciones de habitabilidad de grupos en situación de riesgo social, y la calidad de vida. En concreto, actualizó el monto de los subsidios. Serán hasta 6 cuotas de 50 mil pesos como máximo y para casos sensibles. 

La decisión tuvo su correlato político. La oposición de Juntos por el Cambio cuestionó la determinación y pasividad del gobierno provincial para “condenar” la toma de terrenos. Fagocitados por la reinterpretación mediática, los principales diarios titularon por estos días que el Gobierno prácticamente “premiaba” a quienes ocupaban tierras.

 

Axel Kicillof junto al titular de la AFA (izq) y el presidente de la Conmebol (der).
Gabriel Katopodis

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