LA GRIETA

Enfermería: la guerra detrás de la protesta que altera la paz de Larreta

Enfermeros y enfermeras de la Ciudad buscan independencia de SUTECBA y ser reconocidos como profesionales. El rol de otros dos sellos y la dispersión peronista.

El jueves, cerca de 15 mil enfermeras y enfermeros se manifestaron en las puertas de la Legislatura y el Ministerio de Economía porteño en reclamo de mejores sueldos y algo específico: que se los integre en el régimen de carrera profesional del Estado, una categoría que les daría autonomía, un incremento salarial en línea con el que recibe el personal médico y generaría una independencia automática de los grandes gremios reconocidos por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Según los datos del Ministerio de Salud, son menos de diez mil. ¿Por qué la protesta fue masiva y contó con apoyo de otros sectores políticos? Detrás de la discusión paritaria se cocina una sorda batalla gremial que involucra al PRO, al peronismo y al sindicalismo porteño.

 

De acuerdo al encuadramiento oficial, la enfermería está dentro del escalafón general de SUTECBA, el poderoso y mayoritario sindicato de estatales de la Ciudad. Es decir, la paritaria de una enfermera de un hospital público se negocia en la misma mesa que la de un empleado de planta de cualquier otro ministerio. Hace años que profesionales de la salud reclaman independizarse del gremio que conduce Amadeo Genta, pero sus deseos de autonomía chocan con la realidad y la gravitación de la Asociación de Médicos Municipales (AMM) en el gobierno de Rodríguez Larreta.

 

Históricamente, el sindicato de médicos y médicas tuvo influencia en las políticas sanitarias de la Ciudad y en el organigrama de la cartera. Todos los gobiernos, desde Aníbal Ibarra hasta Mauricio Macri, debieron negociar los nombres que propondrían para la cúpula de la cartera sanitaria, una tradición basada en la conveniencia política y el vínculo aceitado. La última experiencia fue Ana Bou Pérez, hoy legisladora porteña y presidenta de la comisión de Salud. El ministro Fernán Quirós fue la excepción que rompió esa regla. Para su segundo mandato, Rodríguez Larreta buscó cortar el cordón umbilical con los municipales, pero lo hizo porque el exdirector del Hospital Italiano estaba en la gestión porteña desde el primer período (2015-2019) y trabajó cuatro años para acercar posiciones con la AMM. Si bien fue la entronización de un outsider del esquema municipal, se trató de un desembarco consensuado.

 

El poder de la AMM se debe medir ante el mismo espejo de SUTECBA que, con idas y vueltas, siempre mantuvo una convivencia pacífica con el PRO. En ese marco, las enfermeras y enfermeros, afuera de la AMM, jamás confraternizaron con la Jefatura de Gobierno. Tampoco el larretismo se rasgó las vestiduras para tender puentes.

 

 

 

En 2018, la Legislatura avanzó con una normativa para regularizar escalas del personal de salud. Se puso en estudio la posibilidad de pasar a la enfermería al régimen de carrera profesional, que incluye cierta autonomía y mejoras salariales. La propuesta jamás avanzó y enfermeros y enfermeras quedaron afuera, nuevamente. En rigor, se mantuvieron en el encuadramiento actual, para beneplácito de SUTECBA que, de esa manera, mantuvo el control de sus afiliaciones. Por eso el sindicato estatal y los médicos municipales no movieron un músculo en 2018 ni ahora para auxiliarlos. El germen de la furia creció en ese momento y llegó hasta la convocatoria del lunes de 21 de septiembre, que terminó con una fuerte represión en la puerta de la Legislatura, y la populosa movilización de este jueves.

 

La concentración estuvo engrosada por columnas empujadas por asociaciones de enfermeras y enfermeros de municipios del conurbano que, con su presencia, llevaron la cifra de protestantes muy por encima de la cantidad de profesionales que trabajan en la Ciudad. También hubo apoyo de dirigentes del Frente de Todos porteño, como Victoria Montenegro y Leandro Santoro; y de la izquierda, como Gabriel Solano y Myriam Bregman. Además, hubo adhesiones de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que hace equilibrio entre su disputa de poder con SUTECBA y el acercamiento al personal de enfermería. En paralelo, ATE Capital concentró en la puerta de los hospitales por una cuestión de criterio sanitario y distanciamiento social.

 

 

 

El área de salud tiene como brazo sindical a la AMM, pero también está la Federación de Profesionales, que agrupa a cargos profesiones no médicos. Es mucho más inorgánica, tiene poca gravitación en el gobierno porteño y se ajusta a la paritaria de la AMM.

 

Dentro de la Federación crece la Asociación de Licenciados de Enfermería (ALE), que es la que movilizó por su cuenta este jueves. A la marcha se plegaron los partidos con representación en la Legislatura y los sindicatos ligados al peronismo. En ese marco, la AMM y SUTECBA juega en tándem, porque una migración de enfermeras hacia la Federación podría desbalancear el juego de poder en el mundillo sindical porteño y la relación con Rodríguez Larreta.

 

La presentación oficial de la XXIV edición de la Cumbre de Comunicación Política.
Carola Pogliano,  Carola Pogliano, secretaria de Hacienda y Finanzas de Neuquén.   

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