El radicalismo reunirá en la tercera semana de enero a sus principales autoridades legislativas y partidarias para definir una “posición común” respecto a la nominación del juez federal Daniel Rafecas como Procurador General de la Nación. El jueves, el presidente Alberto Fernández formalizó la postulación en el Boletín Oficial y su pliego recién ingresará al Senado a fin de mes, cuando se hayan cumplido los 15 días para presentar observaciones ante el Poder Ejecutivo.
Fuentes del Comité Nacional de la UCR confirmaron a Letra P que “a partir del próximo 20 de enero se realizará la reunión”, donde participarán los jefes del partido, los titulares de los dos bloques, Mario Negri (Diputados) y Luis Naidenoff (Senado), y los integrantes de las bancadas que conducen.
El futuro de Rafecas como titular del Ministerio Público Fiscal depende específicamente del acuerdo de dos tercios del Senado. Para que sea nombrado jefe de los fiscales se necesitan 48 de los 72 escaños que lo integran. Con esa aritmética política por delante, ya comenzaron los movimientos internos en el oficialismo, que cuenta con 41 votos propios, y también en Juntos por el Cambio, que debe reunir los 25 votos necesarios para bloquear el nombramiento.
Rafecas y Alberto Fernández, en Casa Rosada.
La primera fuerza opositora en anticipar sus movimientos sobre el pliego de Rafecas fue la UCR, que tiene 14 senadores. Sin embargo, en el bloque macrista de la Cámara alta se mostraron cautelosos ante las consultas de este medio. “Es muy prematuro tomar una definición porque todavía se tiene que reunir la Comisión de Acuerdos. Después cada bloque tendrá que evaluar, luego debatir y también falta la invitación del nominado a la comisión”, opinó un senador del PRO, que prefirió preservar su identidad ante la delicadeza del tema.
Otro escudero del PRO respetó la cautela de sus pares, pero aportó un pantallazo más realista de la situación que afrontará Rafecas. “Más allá de la posición que tenga el radicalismo, el tema está prácticamente resuelto, porque el peronismo tiene casi los números y como son dos tercios de los presentes basta que algún senador se ausente para posibilitar la votación”.
“Nosotros venimos de bocharlo a Rafecas en el Consejo de la Magistratura, pero (Pablo) Tonelli lo avaló. El ruido no lo tiene el radicalismo, sino el PRO”, disparó una fuente del radicalismo. Un colaborador del diputado aludido recordó que la denuncia “de ninguna manera daba para impulsar un juicio político” y destacó que “en uno de los dos casos, la Corte Suprema redujo la sanción, pero la mantuvo, es decir que Rafecas tiene en su legajo una sanción ratificada por la Corte”.
La hiperactividad del radicalismo sobre el postulante a la Procuración contrasta con el tono apacible que utilizan los demás socios de Juntos por el Cambio en los primeros días del año. Detrás del silenzio stampa hay señales de desconfianza entre los socios del bloque opositor respecto a las posiciones que adoptarán cuando tengan que votar la designación de Rafecas como Procurador. En la UCR, la lista de cuestionamientos contra el juez federal tiene su origen en 2005, cuando dispuso ocho procesamientos en la causa que investigó el pago de coimas en el Senado para la sanción de la reforma laboral que había enviado el entonces presidente Fernando De la Rúa en 2000, que además tuvo un embargo millonario en su contra. Todo se diluyó en 2014, cuando los jueces Guillermo Pons, Guillermo Gordo y Fernando Ramírez, del Tribunal Oral Federal 3, absolvieron a los procesados y, por el contrario, ordenaron investigar al magistrado.
La última mácula data de febrero de 2018, cuando la comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura desestimó el pedido de juicio político contra el juez, impulsado por el entonces senador Ángel Rozas, que lo acusó de parcialidad por haberse declarado incompetente, sin investigar, la denuncia que realizó en enero de 2015 el fallecido fiscal de la UFI-AMIA Alberto Nisman, contra la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner y otros funcionarios de su gobierno. La comisión estaba presidida por el diputado Tonelli, que optó por desestimar el pedido de Rozas, y se sumó a un dictamen alternativo que consideraba "desacertado" el fallo de Rafecas, pero sólo planteaba una sanción monetaria porque la medida no había llegado “al prevaricato" ni tampoco "la decisión tuvo consecuencias gravísimas".
Desde la Costa Atlántica, un diputado macrista se animó a hablar en nombre de sus pares y opinó que el candidato a comandar la Procuración “tiene el problema de cargar con la mochila de esa rapidísima decisión que tuvo en la causa de Nisman". "La decisión que tomó fue apresurada y la prueba de eso es que después el (juez federal Claudio) Bonadio hizo todo lo contrario. Pero aún así, considero que es un tipo honesto", aclaró. Para la fuente, las dudas del PRO tienen que ver con la templanza que tenga en el futuro ante la próxima aplicación del Código Procesal Penal, porque "las investigaciones serán conducidas por los fiscales y el próximo Procurador deberá dirigirlos".
El radical Negri, titular del intebloque de Diputados de Cambiemos, anticipó en declaraciones radiales que “la posición final la tendrá que tomar el radicalismo como fuerza política y, si es posible, también Juntos por el Cambio". "Tenemos que dialogar entre nosotros y ver, pero el tema está en el Senado y hay un proceso abierto. No es un tema neutro y es controvertido. A mí me parece que no va a ser un trámite, porque se trata de elegir al jefe de los fiscales y el gobierno anterior ya pasó cuatro años sin poder designar a un jefe de los fiscales sin acuerdo del Senado”, recordó el cordobés que también encabeza el bloque de diputados de la UCR.
"No creo que la designación de un procurador deba ser un motivo para que se divida una coalición, sería fatal que eso sucediera, no debería existir merito para que eso ocurra", agregó el diputado. Con esas palabras le dio otro volumen a las versiones publicadas este domingo por el diario Clarín sobre las internas que atraviesan al bloque opositor respecto a la postulación.