ELECCIONES 2019 | ESCENARIO

Mendoza, ante la grieta: aire para Macri o batacazo camporista

Con Macri fuera de escena, Cornejo designó a un delfín y apostó a una campaña localista. Fernández Sagasti busca que la oleada peronista la consagre.

MENDOZA (Enviada especial) El presidente Mauricio Macri aspira a que el radicalismo le ponga este domingo un freno a la crisis política que vive desde el domingo 11 de agosto, cuando su plan reeleccionista quedó aplastado bajo los cuatro millones de votos de diferencia que le sacó Alberto Fernández. De la mano de Rodolfo “Rody” Suárez, el gobernador Alfredo Cornejo busca asegurarse la continuidad en Mendoza y aislar a la provincia de la ola peronista, que empuja con fuerza a la candidata de la unidad, la camporista Anabel Fernández Sagasti.   

 

El radicalismo y el peronismo mendocinos pulsearon toda la campaña con estrategias opuestas, no solo en términos partidarios. Acompañado por Cornejo, Suárez intentó por todos los medios provincializar la elección y se despegó en varias ocasiones del gobierno nacional, que sufrió en las PASO nacionales una derrota también en Mendoza. A contramano de esa línea, Fernández Sagasti recibió en Mendoza al candidato presidencial del Frente de Todos y a todos los gobernadores peronistas que viajaron esta semana para darle su apoyo.

 

“No soy el candidato de la Casa Rosada ni el candidato de Cambiemos", dijo esta semana el intendente de la capital provincial en diálogo con Futurock. Las palabras de Suárez, aunque ruidosas, no motivaron ningún reproche desde Buenos Aires. Hace tiempo que el Gobierno asumió que la prioridad de los candidatos es salvar sus distritos, aunque eso implique desentenderse de la suerte del Presidente.

 

Desde julio, cuando viajó para habilitar junto a Cornejo un nuevo tramo de la ruta 40, Macri no volvió a aparecer por la provincia. Un mes antes, el delfín del gobernador le había ganado con comodidad la primaria al referente del PRO Omar de Marchi y al también radical Fernando Armagnague. En total, el Frente Cambia Mendoza había obtenido el 42,89% de los votos, siete más que el peronismo, unido bajo el lema Frente Político y Social Elegí.

 

 

 

En el peronismo la sorpresa había sido total. Por una diferencia de apenas un punto, la camporista Fernández Sagasti se impuso al intendente de Maipú, Alejandro Bermejo, la apuesta del PJ tradicional mendocino. El frente obtuvo 35,64% de los votos y empezó a reorganizarse para terminar encolumnado y sin fisuras detrás de la senadora y discípula de Cristina Fernández de Kirchner.

 

Para entonces, los pronósticos auguraban un triunfo sin sobresaltos de la UCR en las generales del 29 de septiembre, hasta que el Frente de Todos consiguió 47,65% de los votos en las primarias de agosto. Ni siquiera Mendoza, bastión del radicalismo, escapó a la victoria peronista. En la provincia que gobierna Cornejo, uno de los dirigentes de Cambiemos más críticos de la política impuesta por la Casa Rosada, Fernández cosechó el 40,48%, frente al 37,33% de Juntos por el Cambio.

 

 

 

Los números mandaron y Cornejo decidió aislar a la provincia de la realidad nacional. Suárez hizo campaña como el candidato de Cambia Mendoza, una fuerza “mucho más plural” y amplia que Cambiemos. Aunque en la provincia todos entienden que un triunfo de Suárez le dará algo de aire a la Casa Rosada en plena crisis.

 

Cornejo, por su parte, piensa en su propio futuro. El gobernador desembarcará en diciembre en la Cámara de Diputados. Su banca valdrá más o menos según el resultado que obtenga en su provincia. Un triunfo le allanaría el camino en la construcción del postmacrismo que ya imaginan muchos dirigentes de Cambiemos, le daría chapa para ser el jefe de la bancada en Diputados y lo fortalecería en la pelea interna por la UCR, que renovará autoridades en diciembre. La suerte de Macri ya no es la suya.

 

 

 

A contramano, el peronismo se mueve al compás de la ola nacionalizadora. Con la bendición de Cristina, Fernández Sagasti empapeló Mendoza con fotos en las que se la ve acompañada por Alberto Fernández, que este martes viajó a la provincia para pedirle a la ciudadanía que le dé su voto de confianza. En tierra mendocina, algunos empresarios antes reticentes al peronismo empezaron a mirar también con entusiasmo la idea de poner a la provincia en sintonía con un plan nacional de reactivación económica que propone Fernández, a quien ya ven sentado en la silla que hoy ocupa Macri. Resta saber si el mensaje del candidato presidencial de Todos es capaz de mover también los votos provinciales.

 

Además de Fernández Sagasti y Suárez, también competirán por la gobernación Noelia Barbeito, del Frente de la Izquierda, que obtuvo 3,67% de los votos en las PASO, y José Luis Ramón, de Protectora, que se llevó el 7,29%.  

 

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