Los gobernadores peronistas fueron confirmando uno a uno su presencia en el acto del cierre de campaña. Aunque está siempre a mano para el diálogo, no fue Alberto Fernández el encargado de convocarlos a Rosario para el miércoles 7 y negociar con ellos el compromiso que firmará con cada distrito. El candidato presidencial del Frente de Todos derivó esa tarea en Felipe Solá, el dirigente que cree que mejor expresa su pensamiento político y a quien le pidió que salga a hablar ante los medios de comunicación.
Solá aceptó el pedido. En las últimas horas, el ex gobernador bonaerense no solo se puso al frente del diálogo con los gobernadores sino que se subió a recorridas por la provincia de Buenos Aires y levantó el perfil ante los medios para atender las demandas del candidato presidencial.
Tras volver de México, donde viajó a mediados de julio junto a Carlos Tomada y Jorge Taiana para participar de un encuentro de dirigentes progresistas latinoamericanos, Solá empezó a acompañar a Fernández en actividades de campaña en territorio bonaerense, donde también le dio su respaldo al candidato a gobernador Axel Kicillof, con quien logró una muy buena sintonía.
El ex gobernador fue parte del acto que Fernández y Kicillof compartieron con estudiantes y jubilados en Almirante Brown y Lomas de Zamora, donde el candidato presidencial anunció su propuesta de proveerle medicamentos gratis a los jubilados, lo que le valió días de explicación y terminó en un fuerte debate sobre las Letras de Liquidez (Leliq), al que Solá acudió en auxilio en diferentes medios en lo que va de la semana por pedido del propio Fernández.
En la intimidad, Fernández dice que el ex gobernador es el dirigente que mejor expresa su pensamiento político, con cuya palabra más se identifica. La presencia en medios de Solá le evita la exposición a la que se somete de manera permanente, muchas veces para ser exégeta de otros dirigentes que complican su campaña con sus declaraciones, como sucedió con los dichos de Aníbal Fernández sobre María Eugenia Vidal.
El ex gobernador prefiere salir a instalar temas de la agenda del Frente de Todos, básicamente relacionados con la economía, que a apagar incendios mediáticos. En otras palabras, preferiría explicar el problema de las Leliq y no tener que explicar qué quiso decir Cristina Fernández de Kirchner al referirse a “Cuchuflito” y “Pindonga”.
“Lo más importante de una campaña es que quede clarísimo qué quiere cada uno y de qué lado está frente a cuestiones sencillas y vitales del presente y del futuro. Esta no es una campaña del pasado contra el futuro, es una campaña de este presente pésimo y de un futuro que nos parece que puede ser totalmente distinto”, explicó el miércoles en diálogo con Ernesto Tenembaum en Radio con Vos, donde le preguntaron sobre los permanentes desajustes de comunicación en el comando albertista, que el candidato a presidente le pidió que lo ayudara a manejar.
Solá también quedó al frente del contacto con los gobernadores para el acto del cierre de campaña, el 7 de agosto en Rosario. En el Frente de Todos creen que es positivo que sea un ex gobernador quien se comunique con los mandatarios provinciales en su mismo lenguaje.
Esa pericia fue la que había llevado al bonaerense a construir su propia candidatura presidencial con un perfil parecido al que tiene Fernández: un dirigente más moderado, que rompió con el kirchnerismo tras el conflicto con el campo, saltó la valla para criticar a Cristina, estuvo al lado de Sergio Massa, volvió para trabajar por la unidad peronista y para formar un gran frente que fuera capaz de vencer a Mauricio Macri y se reconcilió con la ex presidenta. Siguiendo esa lógica, Cristina podía haberlo ungido como candidato. Pero se inclinó por Fernández.
“Mi candidatura tenía una única misión: construir una unidad amplia para defender al trabajo, a los humildes y a la clase media. Ese objetivo está cumplido. Celebro la decisión de Cristina. Felicito a Alberto”, se alineó rápidamente Solá el mismo sábado 18 de mayo, menos de tres horas después de que se conociera la nominación de Fernández.
Una vez procesada la noticia, el bonaerense puso sus recursos a disposición del candidato presidencial. En efecto, gran parte del equipo de campaña con el que trabaja Fernández en su comando de la calle México, comenzando por el jefe de comunicación, Juan Courel, viene del equipo que Solá había armado para su propio proyecto. El diálogo entres los dos dirigentes es permanente y el candidato presidencial decidió darle un rol central en su campaña.
Este viernes, el bonaerense acompañará a Fernández en su segunda gira por Córdoba, la tierra más hostil al kirchnerismo, donde el Frente de Todos busca levantar el caudal de votos. Allí, Solá será un actor clave en el diálogo con el campo.