Apenas aterrizó en territorio cordobés para realizar su décimo octava visita a esa provincia, el presidente Mauricio Macri fue recibido con el protocolo oficial y, apenas concluyeron los saludos, recibió el afecto de un viejo conocido: el pastor José Sanz, el mismo que hace diez años reunió a 9.000 fieles provenientes de todo el país para hacer valer el peso del “voto evangélico” en la capital mediterránea. Por entonces, Sanz era subsecretario de Pequeña y Mediana Industria de la administración de Schiaretti y, para exhibir su fidelidad, les dejó a los creyentes que colmaban el Orfeo Superdomo una frase que todavía le adjudican: “Después de dios, el gobernador es mi jefe”.
Este viernes, una década después de aquella escena para respaldar a Schiaretti, Sanz fue uno de los primeros en recibir a Macri. Esta vez, el líder del PRO viajó a La Docta para presentar al senador Miguel Angel Pichetto como su compañero de fórmula en la búsqueda por la reelección. La foto del abrazo con Sanz pasó casi inadvertida por la comunicación presidencial, pero una alta fuente de la Casa Rosada confió a este portal que se trata de “un puntero evangélico de Córdoba que va armar algunas cositas para nosotros”.
Ante las consultas de Letra P, un funcionario nacional que participó de la comitiva presidencial buscó minimizar el calibre de la foto. Dijo que solo hubo un saludo, sin charla, y que Macri siguió con su visita para recorrer la central aeroespacial de la CONAE.
La coordinación de la campaña cordobesa de Juntos por el Cambio ahora está en manos de la senadora nacional Laura Rodríguez Machado. Sus colaboradores no explicaron cuál será el rol que tendrá el pastor y ex funcionario de Schiaretti, que durante años buscó representar “el voto evangélico”. Con ese objetivo, Sanz fue cofundador del partido "Primero La Gente" y juntó votos para Unión por Córdoba en 2007. Luego lanzó el sello "Fuerza Transformadora", una de las primeras escuderías políticas que impulsaron pastores evangélicos para expresar en las urnas su rechazo contra el matrimonio igualitario y el aborto.
Uno de los contactos iniciales de Sanz fue el ex intendente, ex embajador y actual funcionario y candidato a diputado nacional Luis Juez, del Frente Cívico. “Ese vínculo cambió cuando Luis votó a favor del matrimonio igualitario, pero ellos han seguido con su línea de intervención, algunos pastores retomaron la relación y otros no”, explicó una fuente vinculada al actual titular del Instituto Nacional de Capacitación Política, que depende del Ministerio del Interior.
En medio de las esquivas respuestas oficiales sobre las razones que le permitieron al pastor estar tan cerca del Macri apenas pisó Córdoba, un participante de la campaña local justificó los motivos. “De ahora en adelante, todo lo que es inherente a Schiaretti no es contrario a Macri. Es más, podríamos decir que no tiene contraindicación y eso explica la presencia del pastor”, dijo la fuente. El político cordobés consultado, que integra Juntos por el Cambio, no descartó que Sanz pueda aportar su acumulación territorial en las zonas más postergadas de la capital provincial a favor de la fórmula Macri – Pichetto.
Los rastros que el PRO actualmente prefiere omitir fueron revelados en septiembre de 2009 por el cronista Fernando Agüero, del diario La Voz del Interior, en una nota periodística donde cuenta que “Sanz tiene una estrecha relación con el (entonces) jefe de Gobierno porteño a partir del titular de la cartera de Obras Públicas de la capital, Daniel Chain”, que fue ministro de Desarrollo Urbano capitalino, aunque su buena estrella se extinguió apenas Macri asumió la Presidencia.
Un conocedor de la breve prehistoria porteña del macrismo detalló que el vínculo de Sanz con Macri “siempre fue bueno” y ambos comparten la “buena relación con el Gringo (Schiaretti)”.
Resta saber si esa relación le llevará dividendos electorales a Juntos por el Cambio, dentro de “los misterios de la boleta corta”, como le llaman en el PRO a las alternativas que baraja el Gobierno ante la decisión del reelecto mandatario cordobés de no adherir a ninguna candidatura presidencial. Dentro de esas incógnitas, la foto de Macri con Sanz aporta algunos contornos sobre la estrategia que desarrollará la Casa Rosada para cazar votos entre los sectores evangélicos más conservadores. En su mayoría, están aglutinados detrás de cualquier proyecto político que antagonice abiertamente contra los sectores que buscan transformar en ley el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y reclaman la plena vigencia de la norma de Educación Sexual Integral.
El PRO busca contener esa plataforma ideológico religiosa bajo el paraguas de "Celestes por el Cambio", con la presencia de candidatos evangélicos antiaborto como la aspirante a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires Dina Rezinovsky, que además es funcionaria del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación, conducido por Carolina Stanley.