Cuando ponía las elecciones presidenciales en la mira, la CGT tenía claras algunas posiciones. Que la candidatura de Cristina Fernández de Kirchner era un problema y que, para sortearlo, había dos posibilidades: impulsar un candidato que pescara fuera del estanque peronista, como Roberto Lavagna, o un pacto de renunciamiento mutuo entre la ex presidenta y Sergio Massa que abriera el escenario. Para ellos, la confirmación de la postulación de Alberto Fernández saldó gran parte del conflicto. Eso, sumado a que el ex ministro de Economía trastabilló en el inicio de su campaña y forzó una alianza con sectores que no comulgan con la central obrera, reordenó el mapa sindical de cara a las PASO y las elecciones de octubre.
Desde las elecciones legislativas de 2017, los principales dirigentes de la CGT consideran a Cristina una traba electoral, no sólo por el estilo confrontativo, lejano al estilo de la conducción actual de la central, sino también porque estaban convencidos de que su figura no tenía chances de sumar más votos. Esa lectura fue la que arrimó a un grupo de dirigentes a buscar la alternativa que, inicialmente, encontraron en Lavagna. En ese esquema se embarcaron Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingieri (Obras Sanitarias).
Pero la irrupción de la candidatura presidencial de Alberto Fernández surgió casi en paralelo a la ruptura de Lavagna con Alternativa Federal y su paulatino aislamiento político. Es sabido que una de las condiciones que el sindicalismo le puso al ministro de Economía para sostener su candidatura era que no se perdiera la identidad peronista del espacio. Con el lanzamiento de Consenso 19 dieron por finalizada la alianza.
"El resto de la CGT va a terminar jugando acá, la decisión de Cristina fue un gesto indiscutible", asegura con inocultable optimismo un sindicalista que ya se sumó al, por ahora, modesto pelotón de dirigentes gremiales que empezaron a habitar el entorno de Fernández, sin que todavía se haya conformado una mesa sindical que respalde su candidatura.
Más allá de las expresiones de deseo, buena parte de los integrantes de la cúpula de la central obrera enfrió su participación en la mesa de debates del peronismo y redujeron su expectativa a que sean "los políticos" los que terminen de ordenar el armado.
La decisión de los sindicalistas se tomó después de una reunión que tuvieron la semana pasada con Massa, en sus oficinas de la avenida Libertador, antes del Congreso del Frente Renovador. Allí, Martínez, Rodríguez, Carlos Acuña y Luis Barrionuevo insistieron con la necesidad de que se flexibilicen las posiciones para unificar la oferta electoral del peronismo. La excepción fue el jefe de los gastronómicos que insistió en que el ex intendente de Tigre juegue dentro de Alternativa Federal. Ese fue el último movimiento de ese bloque de sindicalistas, que no es el único de la CGT que opera en el campo político.
ALBERTISMO SINDICAL. Desde el anuncio de la fórmula que encabeza, el ex jefe de Gabinete de Néstor Kirchner ya se mostró públicamente con el secretario general de la CGT Héctor Daer y el jefe del gremio de los encargados de edificios y presidente del PJ porteño, Víctor Santa María. No obstante, los dos sindicalistas niegan que vayan a ser los interlocutores con los gremios.
"Alberto se maneja con una lógica radial, habla con los dirigentes personalmente, sin interlocución", indicó un dirigente de la CGT, que precisó además que mantiene un diálogo permanente con diferentes gremialistas. Los contactos se aceleraron a medida que se fue desinflando la candidatura de Lavagna y se empezó a resquebrajar el frente interno de Alternativa Federal al calor de los gestos hacia Massa.
Sin embargo, el camino no está allanado. Así como los sindicalistas clamaban por un gran acuerdo del peronismo para alcanzar una fórmula única, ahora los principales gremios de la CGT condicionan su respaldo a los Fernández a que los gobernadores peronistas hagan lo suyo. El anuncio de la fórmula, el sábado 18 de mayo, provocó un efecto cascada en una decena de gobernadores que saludaron a través de la redes sociales los nombres elegidos. Pasado el impacto inicial, los mandatarios provinciales se centraron en los comicios locales y todavía no se mostraron con Alberto Fernández, aunque el sanjuanino Sergio Uñac, más tímidamente, y el riojano Sergio Casas, más explícitamente, ya comenzaron a recorrer ese camino.
Ese movimiento y la decisión final de Massa son las señales que esperan los sindicalistas para iniciar la migración. El inminente inicio del encuentro anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en Ginebra, les garantizará a varios de ellos seguir involucrados en la discusión pero sin exponerse a definiciones políticas incómodas.
EL MOYANISMO PIDE PISTA. Quienes sí tienen resuelto jugar y disputar fuerte los espacios en las listas son los gremios opositores a la conducción de CGT, alineados con el jefe de los camioneros, Hugo Moyano. "Tenemos aspiraciones a conseguir que nuestros compañeros ingresen en las listas provinciales y nacionales" señaló a Letra P el titular del sindicato de canillitas, Omar Plaini, uno de los principales negociadores de ese espacio.
Una de las expectativas que tenían en este sector era colocar al candidato a vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, algo que se frustró con la fórmula Axel Kicillof-Verónica Magario. Ahora, la apuesta es repetir lo que ocurrió en 2017, cuando Cristina le habilitó el 30% de las listas a los gremios. En esa oportunidad, la apertura benefició a Vanesa SIley y Walter Correa, de la Corriente Federal de los Trabajadores, y Hugo Yasky, el secretario general de la CTA, hoy con bancas en la Cámara de Diputados. El moyanismo cree que ahora es el turno de ellos y no se limitan sólo a las bancas de diputados nacionales.
Para apurar las gestiones, Moyano encabezó este miércoles el relanzamiento del Partido de la "Cultura, Educación y Trabajo". En la sede del SMATA de La Matanza, el jefe camionero y su hijo Pablo tuvieron el respaldo de Fernando Espinoza y Magario, la intendenta de La Matanza.
Las gestiones para acceder a esos lugares corren por dos vías paralelas, que hasta ahora no incluyen al candidato presidencial. Por un lado, el activo diálogo entre Moyano y la ex presidenta, que conversan asiduamente. Al mismo tiempo, esperan que el regreso del camionero a la vida política del Partido Justicialista se vea expresado en las listas electorales.
Unos días después del anuncio de la candidatura Fernández-Fernández, Pablo Moyano y Plaini primerearon al resto de los sindicalistas que integran la Mesa de Acción Política del PJ y pactaron con su presidente, José Luis Gioja, que la futura mesa gremial, que se lanzaría después del 22 de junio, esté conducida por el sector que responde al camionero. Sería impensado que el moyanismo esté al frente de ese espacio sin tener representación en las listas.