El cierre de listas no solo sirvió para ordenar la puja interna de los distintos sectores que componen cada una de las alianzas que competirán en las presidenciales 2019 sino que, también, para dar cobijo a una extensa lista de derrotados. Son diez ex candidatos a gobernador, que perdieron en sus provincias en las elecciones de este año, que fueron reconocidos con lugares muy expectantes y tienen casi garantizado una banca en el próximo Congreso.
Además de ellos, cuatro actuales mandatarios provinciales también se reciclarán en el ámbito parlamentario, ya que, por distintas razones, se vieron imposibilitados de buscar un nuevo mandato o, tal el caso de la catamarqueña Lucía Corpacci, decidieron no buscarlo.
El caso más fresco es el de la fueguina Rosana Bertone, quien no solo tuvo que enfrentar en su provincia a un rival que llegaba del mismo lado de la grieta sino que, además, la venció. Gustavo Melella ganó Tierra del Fuego y en la exigente primera vuelta: necesitaba el 50% de los votos y rozó los 51 puntos.
En Mendoza, que aún no tuvo sus elecciones a gobernador, sí buscarán una banca en la Cámara de Diputados los derrotados en las PASO de los dos espacios más potentes: Cambiemos y el peronismo.
En la boleta de Juntos por el Cambio estará tercero Omar de Marchi, derrotado en la interna oficialista por Rodolfo Suárez, el delfín del actual gobernante, Alfredo Cornejo. Mientras que Alejandro Bermejo, víctima de la camporista Anabel Fernández Sagasti en la primaria peronista, aparece segundo en la nómina de diputados que llevará arriba la fórmula Fernández-Fernández.
La alianza de gobierno anotó otros tres derrotados en las listas. Su lista en Córdoba la encabeza Mario Negri, en Neuquén Horario “Pechi” Quiroga y en San Juan Marcelo Orrego, aunque este tendrá competencia en las PASO contra otra lista que también busca colarse en la boleta que, al margen izquierdo, tendrá al presidente Mauricio Macri y al senador peronista Miguel Pichetto como su candidato a vice.
Por el lado del peronismo, también surgen tres nombres que intentaron este año, sin éxito, gobernar sus provincias. Son el jujeño Julio Ferreyra, el rionegrino Martín Soria y el neuquino Darío Martínez.
En estos dos últimos casos, los de Martínez y Soria, emerge un agravante: ambos pretendían ser candidatos a senador por sus provincias y debieron resignarse a encabezar la lista de aspirantes a diputados. Un caso idéntico al de Bertone.
Bertone tiene también una condición que la distingue del resto: de los perdedores premiados, es la única que fue derrotada siendo gobernadora. Todo el resto fueron aspirantes a desbancar al oficialismo de cada uno de los distritos o pujaban en una interna en un mismo frente.
Por último, además de la decisión personal de Corpacci de no buscar un nuevo mandato, otros tres gobernadores con mandato vigente pelearán en octubre una banca en el Congreso.
Uno de ellos es el actual presidente de la UCR, el mendocino Cornejo, a quien la legislación provincial le impedía la reelección. Los otros dos son el rionegrino Alberto Weretilneck y el riojano Sergio Casas. Ambos hicieron los máximos esfuerzos para quedarse un período más en el sillón de gobernador, pero la Corte Suprema volteó sus candidaturas por considerar que incurrían en un caso de re-reelección. Mientras Casas ya había tenido un mandato como vicegobernador de Luis Beder Herrera, Weretilneck llevaba casi dos gobiernos completos: en el período 2011-2015 gobernó desde el 1 de enero de 2016, cuando fue asesinado quien había asumido al frente de la provincia apenas unos días antes, el “Gringo” Carlos Soria.