La licencia que solicitó el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, el vidalista Manuel Mosca, envuelto en un presunto episodio de acoso sexual y denunciando a la vez ser víctima de una extorsión contra su persona, despertó un sinfín de especulaciones sobre cómo continuará la vida legislativa bonaerense.
Mosca era la voz de la gobernadora María Eugenia Vidal en la Cámara baja y el encargado de cerrar y negociar parte de los acuerdos con la oposición que le permitieron al Ejecutivo aprobar leyes como el endeudamiento o las emergencias en seguridad e infraestructura. Ahora no hay conducción, pero sí enojo y temor en el oficialismo legislativo. Además, empezó la disputa por la sucesión.
En el bloque oficialista, como también en la oposición, la decisión de Mosca fue llamativa o al menos inesperada. Hizo ruido en la bancada que conduce el radical Maximiliano Abad. Ningún legislador o legisladora se anima a dar un diagnóstico u opinión al respecto. En reserva, el bloque se divide entre el enojo hacia el Poder Ejecutivo por la decisión de “entregarle” la conducción de la Cámara a la oposición en pleno año electoral y la omisión. “Va a estar todo bien”, repiten algunos diputados que intentan relativizar los hechos.
Mosca junto al presidente del bloque de Cambiemos, Maxi Abad (Foto: AGLP)
El sábado último hubo una presentación de una mujer, cuyas iniciales trascendieron como V.A, ante la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación. Algunos medios nacionales dieron cuenta del hecho e informaron que ese testimonio habría servido para realizar una denuncia que estaría radicada en un juzgado civil de la Ciudad de uenos Aires. Luego la denunciante, asesorada por funcionarios nacionales, fue recibida por la gobernadora. Tras ello, Vidal habló con Mosca y acordaron el pedido de licencia. Por ahora, es un misterio si la oposición se la otorgará o no.
FUEGO AMIGO. El bloque de Cambiemos es un hervidero. Muchos diputados temen que el efecto Mosca siente un precedente. Algunos lo traducen como un mensaje al interior del oficialismo bonaerense y a la propia Vidal de parte del gobierno nacional por fogonear primero el desdoblamiento electoral y después por alimentar el Plan V cuando la imagen de Macri empezó a caer. El golpe fue para Mosca, pero también para Vidal.
La propia oposición le advierte a Vidal que “no va a sacar ningún proyecto más; se cerró la Cámara”.
El poder que construyó Mosca en la estructura legislativa y política de Cambiemos tenía sustento. En la elección 2017, por ejemplo, la gobernadora le encomendó estar al tanto de los armados oficialistas en el interior bonaerense. Por ahora, ningún legislador del oficialismo habla a micrófono y agenda abierta.
Una diputada de la oposición le transmitió a Letra P que sospecha que el gobierno nacional puso a los servicios de inteligencia “a buscar mugre” y que “encontró algo (un testimonio) y sembró”. No se descarta que puedan aparecer más casos que tengan al presidente de la Cámara como protagonista. En lo que hace a su actividad dentro de la Cámara, Mosca ha podido congeniar con la diversa oposición. Ahora es la propia oposición la que le advierte a Vidal que “no va a sacar ningún proyecto más; se cerró la Cámara”.
POST EXPLOSIÓN. ¿Por qué se “cerraría” la Cámara? Porque, si todo se diera según el proceso que marca el reglamento interno, debería asumir la presidencia Marisol Merquel, una legisladora que responde al bloque de los intendentes del peronismo, mientras que la vicepresidencia quedaría a cargo del kirchnerismo en la figura del diputado Carlos “Cuto” Moreno. “Le dieron la agenda a Unidad Ciudadana, no tienen ni idea de lo que hicieron”, advirtió una diputada oficialista.
Un diputado opositor se preguntó: “¿Quién va a respetar los acuerdos políticos que teníamos, el compromiso del oficialismo a apoyar algunos proyectos que estábamos trabajando?”. Ya hubo una muestra clara de que, desde que estalló el caso de Mosca, la Legislatura entró en una parálisis de la que hoy no hay muchas certezas sobre cómo salir.
El jueves, tres días después de la denuncia que realizó Mosca y el anuncio de que iba a pedir licencia, el bloque oficialista faltó a un plenario de comisiones donde se iba a tratar el proyecto de extinción de dominio en la provincia de Buenos Aires. Fue una idea original de la bancada del Frente Renovador que contaba con el acuerdo de Cambiemos, vía el presidente de la Cámara baja. En reserva, los massistas explican que a sus pares del oficialismo les avisaron “desde calle 6 (por la Gobernación) que no fueran a la reunión” en la que iba a obtener dictamen favorable la iniciativa que promueve el recupero de los bienes vinculados a delitos complejos.
“Es una falta total de compromiso, no sabemos si son vagos o a qué están jugando, si es una interna del oficialismo o no les interesa que rescatemos los bienes de los corruptos, de los narcotraficantes”, dijo el massista Rubén Eslaiman sobre aquel faltazo oficialista.
El bloque del Frente Renovador (FR), que tiene 12 integrantes, dijo que no votará a favor el pedido de licencia, aunque sí el desafuero para que Mosca se someta a la Justicia. Considera que la licencia sienta un precedente riesgoso. Se lo dijo Eslaiman, titular del bloque, a Letra P: “No corresponde: mañana, a cualquier diputado le formulan una denuncia infundada, falsa, ¿y va a pasar lo mismo? No corresponde”.
Unidad Ciudadana votaría a favor el pedido de licencia, pero no el desafuero, por entender que debe ser pedido por el Poder Judicial. Para que se apruebe la licencia de Mosca, se necesita mayoría simple, es decir, el acompañamiento de la mitad más uno. A priori, el vidalista no debería tener problemas para conseguir esos 47 votos.
Mosca convocó a una sesión para el jueves 9 de mayo. Allí se sabrá cómo sigue la dinámica legislativa de la provincia de Buenos Aires. Vidal tiene entre sus prioridades que el Senado trate el proyecto de la ley de góndolas, una iniciativa que giró semanas atrás a la Cámara alta, cuando el caso Mosca no asomaba. Una vez aprobado en ese cuerpo, el proyecto, que propone darles lugar en las góndolas de los hipermercados a pequeñas marcas alimenticias y dotar de competitividad a las pymes a través del consumidor final, deberá pasar por Diputados. Para ese entonces, es probable que la Cámara baja esté al mando del peronismo.