Hugo Moyano consiguió este martes realizar con éxito el mayor desafío que afrontó la actual conducción de la CGT: un paro desconocido por la cúpula de esa central y saboteado desde los despachos oficiales del Ministerio de Producción y de Transporte. Aunque sin paralizar al país, el paro se sintió fuerte en el área metropolitana, donde los sindicatos agrupados en el Frente Sindical por el Modelo Nacional, la CTA y los movimientos sociales le pusieron el broche de oro con una movilización y un acto en plena Plaza de Mayo.
"El paro fue contundente en todo el país, más allá de que algunos funcionarios dicen que no se notó. El paro ha sido total en algunas provincias", dijo Pablo Moyano desde el escenario, donde respondió los comentarios de los ministros Dante Sica (Producción y Trabajo) y Guillermo Dietrich (Transporte).
Fuera del acto, Moyano sostuvo que en las paritarias de los camioneros, que comenzarán "dentro de 15 días", el gremio pedirá un aumento salarial "no menor al 45%, 50%". "La dignidad tiene que vencer al miedo", sostuvo, y tildó de "triste" a la postura de la cúpula de la CGT.
La estrategia oficial de lanzar conciliaciones obligatorias a diferentes gremios en la ante sala de la protestas no hizo otra cosa que recalentar el clima en la previa de la movilización. Al contrario, la ofensiva oficial provocó que organizaciones internacionales del mundo sindical expresaron su respaldo. Así lo hicieron la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) y la Confederación Sindical Internacional, dos de las principales asociaciones de trabajadores del mundo.
Los organizadores aseguraron que más de 70 gremios pertenecientes a la CGT paralizaron sus actividades.
El cese se sintió fuerte con la paralización de los aeropuertos y de la actividad portuaria, pero también del transporte de carga, la administración pública, la actividad docente, los judiciales y los portuarios.
Eso se complementó con un hecho tan insólito como fundamental. Un sector disidente a la conducción de la Unión Tranviaria Automotor (UTA), que conduce Roberto Fernández, se rebeló y se sumó a la medida del gremio opositor, afectando medio centenar de líneas de colectivos metropolitanos. A eso se sumaron los piquetes que algunas agrupaciones de izquierda hicieron a primera hora del martes en diferentes accesos a la Capital Federal.
De la movilización también participaron dirigentes del Sindicato de Trabajadores Viales y Afines de la República Argentina (STVyARA), de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval (FeMPINRA), de la Juventud Sindical Nacional (JSN), y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa, entre otros.
"Invitamos a aquellos compañeros que decidieron no sumarse a la medida que recapaciten, que piensen que acá, si bien el problema es político, los trabajadores tienen necesidades. Tenemos la obligación de interpretar esas necesidades, y los que nos pedían a gritos un paro nacional, acá lo tenemos, con CGT o sin CGT a la cabeza", desafió durante el acto el secretario general de la Asociación Bancaria, Sergio Palazzo, otra actividad en la que tuvo alto impacto la medida.
Por su parte, el titular de la CTA y diputado nacional de Unidad Ciudadana, Hugo Yasky, dijo que "la unidad -de los trabajadores- va a abrir la posibilidad de tener un país digno para todos, porque lo que queremos es laburar. Ese país se puede hacer con la unidad del pueblo y llegar peleando a octubre".
