El radicalismo romperá este martes el silenzio stampa que se autoimpusieron sus principales dirigentes respecto al congelamiento de precios para 64 productos que lanzó el Gobierno antes de Semana Santa. Será mediante los gobernadores Alfredo Cornejo (Mendoza), Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), que participarán junto a sus dos pares del PRO, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, de una nueva reunión en la Casa Rosada para hacer “un primer balance” respecto a las medidas que están en proceso de aplicación.
Los cinco mandatarios que tiene Cambiemos serán recibidos por el presidente Mauricio Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Fuentes del radicalismo confiaron a Letra P que sus tres caciques provinciales llevarán “un pedido para que se controle bien la provisión de los 64 productos y que, aquellos que no cumplan, que reciban fuertes sanciones”, explicó a este portal una fuente vinculada a la presidencia del Comité Nacional de la UCR, en manos de Cornejo. Todo será dentro de una “una serie de aportes y sugerencias para reforzar y respaldar el plan de precios esenciales”, aclaró la fuente para explicar que “no serán reclamos”.
Pero los planteos que retumbarán este martes en el primer piso de la Casa Rosada están más motorizados por la preocupación que por el ánimo colaborativo. Desde hace dos años los tres mandatarios radicales son parte de una ofensiva, dentro de Cambiemos, que reclama “aplanar” el tarifazo y frenar el impacto de la inflación. Se lo recordaron a Peña y a Frigerio durante el primer encuentro que encabezó el jefe de Gabinete hace dos semanas para acordar los paliativos.
Apenas las medidas fueron lanzadas, no sólo despertaron insatisfacción en el seno de la conducción radical, sino preocupación sobre el verdadero alcance del acuerdo de precios. En la Casa Rosada dicen que tienen cartas para contener los planteos radicales, a partir de la publicación este lunes del Decreto de Necesidad y Urgencia 274/19 que establece un nuevo régimen de controles respecto al abastecimiento y publicidad de los productos, con nuevas multas que serán competencia de la Secretaría de Comercio Interior, en manos de Ignacio Werner, que está bajo la órbita del ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.
“La aplicación del nuevo sistema de precios esenciales todavía está muy en pañales en el interior del país e incluso en la provincia de Buenos Aires. Tampoco ayuda mucho que el núcleo duro del Gobierno deslice que no están convencidos con este tipo de medidas”, se lamentó una fuente del PRO para confirmar el tono de las inquietudes que comparten los mandatarios macristas y radicales.
La geografía para aplicar los paliativos económicos ofrece una imagen muy acotada a Cambiemos. En la reunión de este martes el diseño de las medidas será revisado por cinco de las 24 provincias. En la Casa Rosada impugnaron ese número reducido y recordaron que los dos distritos que gobierna el PRO, como la Capital y la provincia de Buenos Aires, albergan al 40% de la población nacional.
Sin embargo, en La Plata también reconocen dudas sobre los métodos que deberá utilizar la administración bonaerense para controlar el cumplimiento del acuerdo y que los productos estén efectivamente en las góndolas. Algunos apuestan al despliegue de un ejército de inspectores y otros a la exhumación de aplicaciones virtuales, como las que fueron utilizadas hace un lustro atrás por el kirchnerismo durante el lanzamiento del plan Precios Cuidados. En tierra bonaerense el temor pasa por la demora del impacto que puedan tener las medidas, al calor de la cuenta regresiva que imponen los tiempos electorales.
A esos cálculos se suman otras dudas en el seno de Cambiemos, especialmente sobre el alcance que tendrá la cuota semanal de 120 toneladas de carne que los frigoríficos exportadores se comprometieron a vender a 149 pesos el kilo. Lo harán a partir de la semana próxima en el Mercado Central y en las sedes de los frigoríficos. En todos los casos, se trata de puntos muy alejados de los principales puntos poblacionales del área metropolitana. Esa distancia no sólo preocupa, sino que alimenta temores respecto de una imagen de desabastecimiento que dañe el plan antes de su aplicación. El tema está en la agenda de Vidal y de Larreta, mientras que los mandatarios radicales directamente descreen que llegue una parte de la cuota cárnica a sus provincias.