Neuquén, una elección que puede sacudir las expectativas

Brandon Sanderson suele decir que las expectativas son como la cerámica fina, cuanto más fuerte la sostenés más fácil es que se rompa. Comprender cómo funciona el mecanismo de esperar que algo suceda puede ser muy útil para entender cómo podrá evolucionar la dinámica, porque lo que esperamos que suceda en materia electoral condiciona nuestro comportamiento como votantes.

 

Al comenzar 2019, subsistía en el escenario cierta expectativa (sobre todo en agentes económicos) que era altamente probable que Mauricio Macri, pudiera ser reelegido. De hecho, sigue siendo hoy el escenario base en todos los informes de bancos de inversión sobre el panorama electoral argentino. Esa expectativa está construida sobre la base de dos supuestos: 1) que en el momento de votar, la economía se va a estar recuperándose, y 2) que finalmente Macri enfrentará a Cristina Kirchner en el balotaje, lo que le garantizaba el apoyo de todos los que no quieren que CFK vuelva al poder.

 

En definitiva, se trata de una expectativa (la de la reelección de Macri) que le devolvía al mercado cierta certidumbre respecto de la continuidad de ciertas reglas de juego. Pero, ¿qué tan probable son ambos supuestos? O, si se quiere, en términos de Sanderson, ¿qué tan aferrado, está el mercado a esa expectativa? Y, ¿qué riesgo hay de que esa expectativa se rompa?

 

 

 

Las señales económicas de esta semana han sido muy negativas para la expectativa que tiene el mercado de que se cumpla el primer supuesto de su escenario base: la recuperación económica en el momento de votar. De continuar estas turbulencias los próximos días, decididamente se pondrá en duda este supuesto tan central para la expectativa de reelección de Macri.

 

Y lo que suceda en Neuquén hoy también puede ser disruptivo de la expectativa depositada en el segundo supuesto (Macri le gana cómodo a CFK). No tanto por una eventual derrota del candidato de Cambiemos en la elección (se descuenta que muy probablemente “Pechi” Quiroga quede tercero), sino porque pudiera darse un triunfo de Ramón Rioseco, el candidato que promueve Cristina Kirchner, que hasta esta última semana estaba cabeza a cabeza con el candidato del oficialismo provincial Omar Gutiérrez

 

Un triunfo de Rioseco sería definitivamente un evento disruptivo para las expectativas que había depositadas en Neuquén (que ganaba nuevamente el MPN), y por ello podría también afectar las expectativas sobre el proceso electoral nacional. Sobre todo porque una victoria histórica del kirchnerismo en Neuquén podría empezar a poner en duda seriamente el supuesto de que CFK no puede ganar una segunda vuelta. 

 

En definitiva, por ser la primera de las elecciones provinciales y por las expectativas que se han depositado allí, la elección en Neuquén se ha vuelto un comicio mucho más relevante que lo que el peso electoral de la provincia podría indicar (menos del 2% del padrón nacional). Porque podría haber allí novedades decididamente desafiantes de los supuestos con los que la mayoría estamos pensando el proceso electoral nacional.  

 

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