- Temas del día
- Javier Milei
- José Luis Espert
- Santa Fe
- PASO
- Axel Kicillof
Otro aniversario más. Otro 24 de marzo. Un día como como hoy pero en 1976 se dio comienzo al periodo de mayor horror y sufrimiento para el pueblo trabajador, sin olvidar los sucesos como el bombardeo a Plaza de Mayo en 1955 en su intento de matar a Juan Domingo Perón. Un día como hoy, pero hace 43 años, cuando el manto más oscuro cubría a los argentinos Clarín titulaba cínicamente: “Total normalidad”, igual que hoy. ¿Cierto?
Esta vez, el gobierno de Mauricio Macri no necesitó de las “botas” para hacerse del gobierno. Esta vez para alcanzar el sillón de Rivadavia se valieron de las mentiras y del monopolio de la comunicación. Las operaciones mediáticas y las bajezas de Partido Judicial hicieron el trabajo sucio. Los esbirros de Héctor Magnetto escupen ráfagas de tinta y bombardean a la sociedad a diario.
Sin dudas, Macri cuenta con legalidad más no con legitimidad. Y es en este contexto, en donde observamos cómo, bajo una nueva metodología, se pone en marcha un nuevo “Plan Cóndor” que afecta a nuestro país y el conjunto de los países de Latinoamérica. Así como a partir del 24 de marzo del 76 los grupos económicos se apoyaron en el poder de fuego de la Junta Militar, a fuerza de torturas, desapariciones y todo de tipo de vejaciones, para instaurar un verdadero plan económico en beneficio de las clases más pudientes en desmedro de los trabajadores y del pueblo argentino.
Para ello necesitaron intervenir sindicatos, hacer desaparecer dirigentes combativos, derogar leyes. Y en algunos casos, como en el ingenio Ledesma y la fábrica Ford, fueron los propios gerentes los que prestaron las instalaciones y ofrecieron la logística para hacer desaparecer a los delegados de base. De muestra, léase la reciente sentencia judicial que condenó a prisión a dos gerentes de la empresa de los Falcon verde.
Por ello es urgente que se profundicen los juicios sobre “Memoria, Verdad y Justicia” para que se castigue todas las responsabilidades civiles, militares y eclesiásticas durante los años de la dictadura militar.
Y sin dudas es una verdad de Perogrullo tener que aclarar por qué, después de cuatro años, aún no se avanzó en nada en la conformación de la Comisión Bicameral de Identificación de las Complicidades Económicas y Financieras en el Congreso.
También resulta obvio tener que explicar la preocupación de los organismos y organizaciones de Derechos Humanos en cuanto a la falta de impulso en lo que se relaciona a los juicios a miembros de las fuerzas armadas, tal cual lo reveló hace unos meses la Procuraduría de Crímenes Contra la Humanidad. Y allí subyace la diferencia y la voluntad política emanada en los periodos presidenciales de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Repasar la carta de Rodolfo Walsh para el primer aniversario del golpe militar me obliga a realizar paralelismos principalmente en materia económica y de la situación social. Tanto en aquel periodo como en la actualidad, la clase trabajadora es golpeada con una la miseria planificada: Salarios congelados o con magros aumentos y muy por debajo de la inflación; despidos en el Estado y el sector privado; flexibilización laboral; cambios en los convenios colectivos de trabajo, caída en el consumo –principalmente- en alimentos y falta de acceso a medicinas.
El periodista y escritor se refería a “las ciudades a media luz”. Y 43 años después estamos parados en el mismo umbral: Pensar en quienes hoy no pueden pagar los servicios básicos como la electricidad o aquellos usuarios, alrededor de 90.000, que optaron por dar de baja al servicio de gas y volver a la garrafa.
La carta de Walsh también denunciaba a los accionistas y especuladores de turno de la Bolsa de Valores, que ganaban entre el 100 y 200% sin trabajar; el brutal endeudamiento; la especulación financiera y la desnacionalización de la banca. Y así como ayer: hoy la importación indiscriminada, las altas tasas de interés y la falta de políticas proteccionistas provocan la extinción de la industria nacional.
Que cada cual de manera rigurosa evalúe los indicadores actuales y saque sus conclusiones.
Por eso en este nuevo aniversario es necesario reforzar una idea que debe ser de acción cotidiana; de constancia militante, de solidaridad de clase y para plasmar un proyecto que nos permita crear un gran frente nacional para poner límite a este plan salvaje del macrismo.
Es necesario construir un proyecto solidario y de inclusión social que exprese y contenga a toda la clase trabajadora. Eses es el mejor homenaje que le podemos hacer a los 30000 compañeros detenidos desaparecidos. Pudieron desaparecer cuerpos, más no sus ideas.
Ver al pueblo feliz. Esa es nuestra consigna. “Vamos a Volver”