Cambiemos resolvió un escenario que se encaminaba a una interna ineludible y, previo telefonazo de la Casa Rosada, alcanzó una lista de unidad detrás de la figura del intendente de la ciudad capital, José Corral.
Cambiemos resolvió un escenario que se encaminaba a una interna ineludible y, previo telefonazo de la Casa Rosada, alcanzó una lista de unidad detrás de la figura del intendente de la ciudad capital, José Corral.
Desde que se lanzó, el radical habló de “propuesta de unidad”. Se esforzó en ser cuidadoso, no herir susceptibilidades y dijo que respetaba las intenciones del diputado provincial del PRO Federico Angelini. Con menor énfasis, al comienzo del recorrido, el legislador nacional Lucas Incicco también quería anotarse en una PASO del macrismo.
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Corral nunca se corrió de eje. Defendió a capa y espada la gestión del presidente Mauricio Macri desde que decidió abandonar el Frente Progresista. Fue el dirigente santafesino más fiel a lo que determinó la Convención nacional de la UCR de Gualeguaychú, allá por marzo de 2015.
Sin mucha estridencia, nunca se corrió del libreto. Del otro lado, Angelini, el presidente del PRO provincial, no quería atravesar el sufrimiento que ya habían padecido los PRO en 2017, cuando la Casa Rosada decidió lista única y encabezada por un radical.
Angelini y toda su gente se juraron que la situación no se repetiría en 2019. Le gustara a quien le gustase, el PRO iba a tener precandidato a gobernador. Federico, cómodo en la rosca y en las sombras, asomó la cabeza y empapeló la provincia con su cara.
En carrera, el amarillo le reprochó a Corral que en pos de la unidad no ponía a disposición su precandidatura sobre la mesa de negociaciones. Él, en cambio, aceptaba correrse si se elegía un nombre que contuviera a todos. Tiró el del embajador en Uruguay, Mario Barletta. Aseguró, además, que el propio Macri lo alentó a jugar la interna.
Pero Corral siguió en la suya y empezó a conseguir gestos y a entablar acuerdos a la altura de su objetivo. Primero cerró con un sector del PRO, liderado por Incicco, que no comulga con Angelini. Incluso, el diputado nacional se anotó como su compañero de fórmula. Se mostraron juntos más de una vez como si fueran a serlo.
Luego, revirtió los dardos envenenados que Elisa Carrió le propinó tiempo atrás y selló un acuerdo con la Coalición Cívica. De a poco, engordó su precandidatura. Encima, festejó cuando el Comité Nacional de la UCR, liderado por Alfredo Cornejo, decidió que el sello del partido se quedase en Cambiemos y no en el progresismo.
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Diez días antes del cierre y ante una realidad ineludible, empezaron los contactos entre Corral y Angelini. “Nos ofrecen mucho”, se sinceraba un allegado al diputado PRO. Llamado de la Rosada mediante, Federico se tomó un mate con José y decidió bajarse. Se garantizó poner la compañera de fórmula y encabezar en diputados provinciales.
A mediados de semana, Corral se sacó la foto presentación con la concejala rosarina Ana Martínez en el Parque España de Rosario. Los bendijo el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que se inmiscuyó en la rosca.
Fue un cierre a la medida del intendente. Consiguió un binomio bipartidario, el acompañamiento de una mujer del centro sur de la provincia y el aval de la Rosada y el PRO.