La transición | Buenos Aires

Entre la obsesión por la herencia y el alivio del retiro post derrota

Kicillof ordenó un análisis exhaustivo. Vidal colabora, mientras inicia su reconversión a jefa opositora. Ministeriables ultra kicillofistas y vidalistas resignados avanzan en el proceso.

Obsesivo en conocer el detalle de la información para saber la herencia que recibirá y con un equipo de ultra fieles, Axel Kicillof inició finalmente el proceso de transición con la gobernadora María Eugenia Vidal. Sucede dos semanas después de que ambos dirigentes tuvieran su primera reunión en la Casa de Gobierno, en La Plata, y tras el puntapié inicial dado en la reunión entre el jefe de Gabinete de Vidal, Federico Salvai, y Carlos Bianco, hombre de máxima confianza del gobernador electo y quien ocuparía ese cargo a partir de diciembre. Tiempo antes Vidal había ordenado a sus ministros preparar la salida de la forma más prolija y ponerse a disposición de los futuros funcionarios. Cuentan que el proceso, post golpe de las PASO cuando tuvieron la evidencia de la derrota electoral, transitó con cierta bronca, tristeza y, finalmente, ahora, el alivio, se sinceraron ante Letra P varios funcionarios.

 

Mientras tanto, sin perder tiempo, la gobernadora inició su reconversión en busca de erigirse como jefa de la oposición, una tarea que en lo inmediato la llevó a concertar reuniones con todo el espacio de Cambiemos, compuesto por intendentes, legisladores, representantes de la UCR y candidatos que compitieron en distritos opositores. Vidal puso en marcha un plan urgente para contener una estructura que perdió solidez.

 

PROCESO. Más de dos horas estuvo Kicillof reunido con Vidal en la Casa de Gobierno aquel 31 de octubre por la mañana. Era la primera cita y la extensión del encuentro se debió, según confirmaron luego a este portal, al exhaustivo listado de pedidos que realizó el diputado nacional, quien le aclaró a la mandataria que entre ellos no habría “interlocutores”, que su contacto sería directo. Eso en cuanto a lo político. La parte técnica o de organización fue delegada a sus respectivos hombres de confianza.

 

Esa primera visita marcó lo que sería la posición del futuro gobernador: obtener toda la información sobre las cuentas, las deudas, las obras realizadas, las pendientes, la situación en educación, en salud y demás áreas que conforman la extensa estructura del gobierno de la provincia de Buenos Aires.

 

 

 

 

Kicillof pidió todo y más. Según confiaron a Letra P funcionarios vidalistas, también requirió lo “pendiente” de la gestión actual, es decir, lo que estaba proyectado y no se hizo.

 

El esquema, que se centró en los pedidos del futuro gobernador, se terminó de ordenar el pasado martes 5, cuando Bianco se reunió con Salvai en las oficinas que el gobierno tiene prestadas en el Museo Ferroviario, en la Ciudad de Buenos Aires.

 

Le siguieron luego una lista de pedidos de información concreta y puntual direccionados a cada una de las áreas del Estado provincial y que implicó la tarea de los equipos ministeriales, que debieron recopilar toda la demanda.

 

“Fueron pedidos de alguien que conoce la administración pública”, sopesó un funcionario provincial, quien indicó con ironía: “Espero que tengan tiempo para leer todas las carpetas con información que pidieron”.

 

 

 

 

Lo cierto es que los pedidos del equipo de transición de Kicillof, compuesto por el mencionado Bianco, Augusto Costa, Federico Thea, Agustina Avila, Juan Cuattromo, Pablo López y Agustín Simone es el encargado, en delante, de ordenar el proceso.

 

Cada uno de estos futuros funcionarios bonaerenses y algunos que se sumarán en los próximos días tienen la tarea analizar la información suministrada a partir de las reuniones que ya iniciaron con los respectivos ministros.

 

El proceso se lleva delante de manera “prolija”, aunque –por le momento- con algo de “incertidumbre”, ya que en la mayoría de los casos se trata de figuras del kirchnerismo que no tienen historia en la provincia y que, además, son casi desconocidos para la mayoría del gabinete de Vidal, según refieren actuales funcionarios.

 

Las críticas que durante la campaña se vertieron contra la gestión de Cambiemos, de un lado, y contra el candidato opositor, por el otro, no parecen colarse en el proceso de transición.

 

 

 

 

Incluso el ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre, quien tiene a Bianco como encargado de la transición de su área –el hombre fuerte de Kicillof había dicho que la gobernadora “empeoró todo” durante su gestión– desestimó cualquier discusión de esa índole.

 

“Las críticas que hacen a la política hay que dejarlas en ese plano, no hay que llevarlas al terreno de lo personal. Además, una persona que estaba queriendo llegar a la gobernación y participando como opositor a María Eugenia lógicamente debía mostrarse crítico. También, quienes acompañaban a ese candidato”, dijo el ministro saliente.

 

El pase de mando de Vidal a Kicillof inició su despegue y transita por ahora en aguas calmas y sin pronóstico de tempestades. Aunque existen algunos puntos aún sin desarrollo, como el número real de endeudamiento y el salvataje o no que pueda hacer la Nación a la provincia en la proyección del presupuesto 2020, que podrían abrir una caja de pandora.

 

Las tres mesas políticas imposibles del peronismo estallado
Axel Kicillof junto al titular de la AFA (izq) y el presidente de la Conmebol (der).

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