Trabajadores despedidos de la fábrica de lubricantes para autos Petronas, situada en la localidad de Ezpeleta, distrito de Quilmes, movilizaron el lunes desde la estación hasta la delegación local del ministerio de Trabajo. Reclamaron la reincorporación de los 14 empleados que quedaron en la calle tras el cierre de la planta.
La medida se tomó en el marco de plan de lucha que los trabajadores llevan adelante ante el cierre de la fábrica y el despido del personal. Según El Termómetro, la planta funcionaba desde 2010 frente al cementerio municipal de Quilmes, pero sin la habilitación del gobierno local.
“Desde la empresa nos dijeron que el intendente Martiniano Molina no les quiere habilitar el lugar. Con esa excusa nos despidieron”, relató al medio citado Jonathan Mendoza, uno de los operarios afectados, y señaló que en los últimos tiempos no existió “ningún problema ni derrame” que haya modificado la situación.
El operario denunció que pese a esta situación “la empresa no dejó de producir”, sino que tercerizó el trabajo en la empresa Dapsa de Dock Sud” y derivó a la sede de Puerto Madero a quienes cumplían funciones administrativas. Por esta razón, los ahora desempleados sostienen que “las necesidades productivas continuaban y que los despidos son ilegales e injustificados”.
“Nosotros hacíamos una producción de un millón de lubricantes para autos por mes y exportábamos a Chile, Paraguay y Uruguay”, relató y reparó en que la compañía es “una multinacional que hace negocios multimillonarios en Vaca Muerta junto a YPF”.
Ante esto movilizaron a la delegación quilmeña del Ministerio de Trabajo para exigirle al intendente y a la gobernadora María Eugenia Vidal “que se hagan responsables de esta situación intolerable e intercedan” para que puedan recuperar los puestos de trabajo. Sostienen que se trata de “un caso de discriminación a un grupo que está sindicalizado”.