El oficialismo ya se prepara para ser oposición. A dos días de la derrota en las elecciones presidenciales, los referentes de Juntos por el Cambio en el Congreso ya debaten cuál será el perfil que tendrá el interbloque durante el gobierno de Alberto Fernández y cómo convivirán, sin liderazgo presidencial, las diferentes alas del espacio.
Gracias a la remontada en el resultado que el oficialismo hizo entre las primarias de agosto y las elecciones del domingo, a partir del 10 de diciembre el interbloque que hoy conduce el radical Mario Negri en la Cámara de Diputados será la primera minoría, con 119 bancas, pero sufrirá cambios en el equilibrio interno de poder.
Por primera vez desde que se constituyó Cambiemos, el PRO y la UCR invertirán los roles y el partido de Mauricio Macri pasará a ser el bloque más numeroso dentro de la bancada, con 52 diputados, mientras que el radicalismo será la segunda fuerza, con 47. Ese cambio en el número traerá aparejada la renovación en el liderazgo del interbloque, que en Diputados dan por descontado que estará ocupada por un legislador del PRO.
La interna por el liderazgo del PRO se pondrá sobre la mesa rápidamente. En agosto, la presidencia del bloque quedó en manos del diputado Álvaro González, que reemplazó en ese lugar a Nicolás Massot, quien viajó a Estados Unidos por una beca. González es el referente en la Cámara de Horacio Rodríguez Larreta y quiere trabajar para que el jefe de Gobierno porteño, ganador de su elección, se convierta en el nuevo líder de Juntos por el Cambio, lugar que todavía ocupa Macri. En el oficialismo entienden que el Presidente todavía en ejercicio querrá ubicar como titular del bloque –y, en consecuencia, del interbloque- a alguien que le responda directamente, como la diputada Carmen Polledo.
PUJA BOINA BLANCA. En el radicalismo también habrá tensión interna. Negri, que lleva seis años al frente del bloque y cuatro como titular del interbloque, se prepara para el desembarco del mendocino Alfredo Cornejo, que llega con intenciones de disputarle el liderazgo. En los pasillos del Congreso aseguran que, por ahora, las gestiones del gobernador de Mendoza fueron infructuosas y que el cordobés, de relación muy estrecha con Macri y con Elisa Carrió, tiene la continuidad asegurada. Cornejo también dará otra batalla, en diciembre, por la presidencia del partido, que le podría disputar Gerardo Morales.
Ya renunciada, Carrió dejó, sin embargo, algunas advertencias. Sus diputados formarán parte del interbloque Cambiemos pero la diputada plantó bandera en la reunión que mantuvieron este lunes los jefes de Juntos por el Cambio en la Casa Rosada. “No van a poner de jefe del interbloque a alguno que yo tenga denunciado”, dijo Lilita antes de despedirse mirando a la gobernadora María Eugenia Vidal. Los dardos apuntaron al ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, que quedó vetado, so pena de que Carrió retire del interbloque a los 14 diputados que tendrá la Coalición Cívica a partir de marzo.
Cuál será el perfil que tendrá el interbloque es otro tema en discusión. En el sector más cercano al presidente Macri celebran el desempeño final en las urnas, en comparación con las PASO, y dicen que los 40 puntos obtenidos deben marcar el rumbo. “Parte del juego también es cuidar nuestro capital político. El 40% nos votó para que hagamos oposición al peronismo”, dice una de las espadas legislativas de Juntos por el Cambio.
En esa mirada, no entra la opción de hacer una “oposición más amigable” a Fernández que plantea internamente otro sector de Juntos por el Cambio, más ligado al actual presidente de la Cámara, Emilio Monzó, que suena para ocupar la Defensoría del Pueblo. Monzó fue la voz de la disidencia interna del oficialismo durante todo el gobierno de Macri y planteó en varias oportunidades la necesidad de abrir el espacio al peronismo dialoguista, ligado a los gobernadores. “El que saque los pies del plato se equivoca. El perfil de la oposición va a estar marcado por lo que haga el Gobierno”, avisan en el ala más dura del oficialismo.
Al margen del perfil, dialoguista o duro, puertas adentro de Juntos por el Cambio, referentes de diferentes alas coinciden en que lo que viene a partir de diciembre es una organización más horizontal. “Los liderazgos van a estar en discusión”, le dijo un diputado del PRO a Letra P. En el radicalismo, coinciden en que, sin Macri en la Rosada, la conducción pasará más por una mesa colegiada que por una individualidad. En el equipo de decisiones ya se anotaron Cornejo, Rodríguez Larreta y el propio Macri, quien les hizo saber a sus referentes que su prioridad es “mantener la unidad” del espacio.