La decisión de Hacienda de suspender baja en las retenciones y reducir los reintegros a las exportaciones despertó la queja de diferentes sectores empresarios afectados por la medida. Luego de que la Unión Industrial Argentina (UIA) saliera a cruzar el anuncio lo propio hicieron los bonaerenses de UIPBA y CIARA-CEC, la cámara que agrupa a los exportadores de cereales.
“Es inadmisible que mientras algunos funcionarios nacionales admiten que la industria atravesará una fuerte recesión en los próximos meses, un sector del Gabinete económico tome medidas que ponen en jaque a las fábricas que exportan y que son parte de la solución a la crisis cambiaria actual, ya que tienen la capacidad de exportar valor agregado y generar dólares genuinos para el país”, se lamentó Martín Rappallini, jefe de la UIPBA. Y agregó que “la UIPBA pide a las autoridades nacionales una urgente marcha atrás en esta materia, dado que desalienta la actividad exportadora de las industrias de la provincia de Buenos Aires, en un contexto en el cual es fundamental la generación de dólares por esta vía. Además, disminuye la capacidad de afrontar el desafío que el propio Gobierno había planteado de salir a competir en el mundo”.
También por medio de un comunicado, la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) manifestó "sorpresa y preocupación" por los "perjuicios" que ocasionará la suspensión por seis meses la baja establecida en derechos de exportación de harina y aceite de soja.
La agroindustria prevé, como probables efectos negativos, la "caída de transacciones de principal sector exportador de la Argentina, lo que afectaría la recaudación fiscal que se ha proyectado". Además, la "menor capacidad de compra de la agroindustria y la elevación de la capacidad ociosa del principal complejo oleaginoso del mundo, estimulando la primarización de la agroexportación al exportarse con menos valor agregado".
"El diferencial en los derechos de exportación entre materias primas y productos industrializados es el modo en que los países estimulan la exportación de empleo e inversión locales", señaló y aclaró que “evitan el proteccionismo creciente de buena parte del comercio internacional, con el objetivo de fortalecer el desarrollo del complejo oleaginoso argentino que lleva tres décadas de crecimiento". Alertó que la medida "paraliza las nuevas inversiones del sector agroindustrial y podría derivar en el cierre de plantas industriales, lo que perjudicaría especialmente a los productores y se perdería empleo".