El Gobierno evalúa sumar un segundo aumento del 8% para contener a los efectivos de las tres Fuerzas Armadas, cuya oficialidad hizo llegar al Ministerio de Defensa el malestar por el atraso salarial y por la situación presupuestaria del aparato militar. La incomodidad de los uniformados obligó al Ejecutivo a suspender un desfile previsto en la Ciudad de Buenos Aires, que había sido planificado durante meses para conmemorar el 202° aniversario de la Declaración de la Independencia. En lugar del costoso despliegue previsto, las celebraciones oficiales serán trasladadas a la ciudad de San Miguel de Tucumán, que carga con un denso pasado en la historia reciente, por tratarse del epicentro del Operativo Independencia, ordenado por Isabel Martínez de Perón e Ítalo Luder durante 1975 antes del golpe militar que los derrocó como presidenta constitucional y titular del Senado respectivamente. El próximo desfile tucumano contará con un despliegue austero y será encabezado por el presidente Mauricio Macri y el gobernador provincial Juan Manzur.
Hasta el momento, la cartera de Defensa dispuso un incremento del 8% sobre los salarios castrenses, pero un colaborador presidencial confirmó a este medio que la intención es implementar un segundo aumento del mismo monto. Cerca del ministro, Oscar Aguad, confirmaron la evaluación de un nuevo incremento, pero buscaron relativizar el monto del porcentaje. Sin embargo, por fuera de los matices, los funcionarios consultados confirmaron que Macri analiza una segunda suba salarial para los militares que será anunciada luego del 9 de julio.
“Entre hoy y mañana se anunciará un aumento del 15 por ciento”, explicó Aguad en declaraciones a Radio Mitre. Según dijo, “intervino directamente el Presidente para solucionar el conflicto". "Me hago responsable del bono del 8 % que generó malestar con las Fuerzas Armadas, fue un error y está en vías de corregirse", sostuvo el funcionario de origen cordobés.
Para los planes oficiales, de acuerdo a las fuentes consultadas, la aplicación de un segundo incremento no estaba en duda ante el deterioro salarial. Los tiempos comenzaron a acelerarse por los planteos de disconformidad dentro de cada una de las fuerzas y por la ventilación de cartas públicas difundidas en las redes sociales por oficiales en ejercicio y en situación de retiro que cuestionaron la política de Defensa de la administración de Cambiemos.
Esos mensajes incrementaron la molestia de la Casa Rosada. “El jefe de las Fuerzas Armadas es el Presidente de la Nación y deben subordinarse al poder civil. No hay espacio para que hagan planteos públicos, sino para acatar las órdenes de sus superiores. Es la carrera que eligieron y esos son los códigos que deben respetar”, bramó una fuente con despacho en el primer piso de Balcarce 50, donde las cartas que circulan en las redes fueron “atentamente leídas”.
Uno de los pronunciamientos lleva la firma del Coronel (RE) Jorge Tisi Baña, hijo del fallecido coronel José María Tisi Baña, que fue “profesor emérito de la Escuela Superior de Guerra del Ejército, asesor en temas militares durante el gobierno de Raúl Alfonsín” y activo participante del intento de golpe de 1951 contra el presidente Juan Domingo Perón. Según reseñó el diario La Nación, fue en esos años “detenido y dado de baja”, pero reincorporado “tras la Revolución Libertadora de 1955”.
Su hijo Jorge, activo agitador conservador, cuestionó a Macri. “Hace menos de un mes prometió a las Fuerzas Armadas que continuaría con el blanqueo, la recomposición salarial y la jerarquización. No sólo no lo hizo, sino que nos tira hacia atrás y otra vez produce un achatamiento en la pirámide, y otra vez nos paga en negro. Hoy nos da el 8% y una suma fija no remunerativa sin cláusula gatillo, con una inflación que ronda el 30%. Sigue dejando morir en prisión a los viejos, gracias a los cuales Ud. hoy es presidente. Sigue desmantelando, desarmando y descapitalizando a las Fuerzas Armadas. Sigue permitiendo y promoviendo que los miembros de las Fuerzas Armadas emigren hacia las fuerzas de seguridad, no por vocación de servicio, sino en busca de mejoras salariales”, dice una parte del texto.
En el Gobierno confirmaron la veracidad del texto y le restaron importancia con la misma firmeza con la que desmintieron otra carta, presuntamente firmada por el coronel Juan Pablo Alsina, donde solicitaba su pase a retiro.
El seguimiento oficial de los planteos castrenses no se concentra en la estética discursiva de los mensajes firmados con nombre, apellido, rango y número de documento, sino en la expresión de malhumor que pertenece a una masa de votantes de Cambiemos, que forma parte del núcleo duro de voluntades que apoya a Macri. Ese universo incluye a los efectivos del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, junto a los numerarios de las fuerzas de seguridad federales y a las policías provinciales. Esa comunidad, según el politólogo y especialista en temas militares Rosendo Fraga, llega al millón de uniformados.