Una misma semana y un mismo discurso. En la última conferencia de prensa que brindó en la quinta de Olivos y ante la cumbre de los BRICS, el presidente Mauricio Macri ensayó el discurso del optimismo, habló de “tormenta” para explicar la crisis económica que atraviesa la Argentina y militó el ajuste que encara su gobierno sobre el gasto público para cumplir la meta del 1,3% del déficit fiscal que reclama el Fondo Monetario Internacional.
En Sudáfrica, y ante la mirada de los presidentes del grupo BRICS, Macri sostuvo que la Argentina “está transitando un período de cambios profundos” pero subrayó que “los argentinos decidimos avanzar en un nuevo camino”. Según el Presidente ese sendero implica, cuestionamiento velado al kirchnerismo mediante, “enfrentar los problemas y tratar de resolverlos en lugar de esconderlos”.
A su vez, Macri calificó de “tormenta” la situación económica argentina y la justificó por la “volatilidad externa y a algunos factores domésticos”. Sin embargo, aclaró que “tenemos las herramientas para superarla y mantener el curso”. “Estamos convencidos que estamos haciendo los esfuerzos correctos”, apeló con un dejo de optimismo.
Tras ese análisis sobre la economía argentina, cuestionó a la guerra comercial al hablar de una “escalada de medidas unilaterales y represalias” que “tienen un potencial impacto sistémico en el crecimiento y ejercen presión sobre la eficacia del multilateralismo”. “Debemos ser capaces de construir consensos que acomoden las diferencias e impulsen los intereses comunes”, destacó.
“Es momento de fortalecer la gobernanza global. Con franqueza pero con respeto; con principios pero con soluciones prácticas. El multilateralismo no es, ni debe ser, un ritual de fotos para la prensa, es un seguro contra la discrecionalidad del poder y un compromiso con la coexistencia global a la que estamos destinados”, concluyó el Presidente.