TURBULENCIA PERMANENTE

Macri llenó de elogios a Aranguren porque teme "fuego amigo"

El Presidente dedicó la asunción de Iguacel a valorar al ex ministro de Energía de quien dicen en Casa Rosada es dueño de un carácter conflictivo. No lo quieren en contra de la nueva gestión.

En medio de uno de los momentos más críticos de su gestión, Mauricio Macri protagonizó un particular gesto durante el juramento de los nuevos ministros de Producción, Dante Sica, y de Energía, Javier Iguacel. Con su habitual brevedad para esos eventos, el Presidente dedicó más palabras para el saliente titular de la cartera energética, Juan José Aranguren, que a su reemplazante. El objetivo, según confiaron a Letra P altas fuentes de Cambiemos, tuvo que ver con el interés presidencial por contener el malestar de Aranguren, que atraviesa "momentos de furia" desde el crepúsculo del sábado, cuando Macri ordenó blanquear su reemplazo. 

 

"Juanjo ya había tenido un diálogo tenso con Macri y con (el jefe de Gabinete Marcos) Peña y se enteró de su partida cuando estaba viendo un partido con su par de Energía de los Estados Unidos", confió  un funcionario de Balcarce 50 en referencia al silencio que buscó mantener el Gobierno sobre el malestar que respira el ex CEO de Shell. Ese interés oficial fue el disparador presidencial para prodigarle elogios al despedido ministro, uno de los más defendidos por Macri, pero también el más criticado dentro del gabinete, y también en las entrañas de la alianza gobernante. 

 

Desde que fue confirmado el desplazamiento de Aranguren circularon distintas versiones sobre un malestar acumulado por parte del ex Shell ante los cambios ordenados por Macri en la política tarifaria: desde la renegociación de los aumentos con las petroleras (sólo postergados por 60 días) hasta un presunto plan oficial para "aplanar" los aumentos previstos por la Revisión Tarifaria Integral (RTI), que el funcionario no quiso aplicar.

 

 

Aranguren les habría enrostrado a Macri y Peña que no había dejado su carrera gerencial exitosa para borrar con el codo lo que había escrito con la mano. Dentro de la Casa Rosada, Aranguren es reconocido por "sus pocas pulgas", un defecto de carácter que comparte con otros integrantes del gabinete, como Gustavo Lopetegui, secretario de Coordinación Interministerial.

 

En la última reunión que mantuvo con Macri, Aranguren habría hecho gala de esa aspereza para manifestar su "desgaste, cansancio, incertidumbre y desacuerdo" sobre un posible giro en la política energética que, en rigor, si se concreta, sólo reordenaría los aumentos en gateras, con el fin de "cuidar el poder adquisitivo de los argentinos", el nuevo elemento discursivo que Cambiemos utilizará para afrontar el segundo semestre de este año, que estará marcado por alta inflación y una pronunciada recesión. 

 

"Aranguren no le debe nada a nadie del Gobierno. Era un interlocutor confiable para las empresas y ahora está afuera del Ejecutivo", definió una fuente del equipo económico para minimizar cualquier efecto corrosivo de Aranguren, aunque el ex ministro podría transformarse en una voz crítica sobre la nueva política energética, en el caso de que perjudique los intereses de las empresas petroleras, eléctricas y gasíferas, tres de los sectores más beneficiados por Cambiemos y los destinatarios de una nueva interlocución de la Casa Rosada para pactar una nueva agenda para los aumentos de los próximos meses. 

 

 

 

FLORES PARA JUANJO.  En su discurso, Macri privilegió a su amigo, el saliente ministro de Producción Francisco Cabrera, a quien le agradeció "estos doce años" y haber convencido "juntos" a Sica, su reemplazante en el Ministerio. Luego le dedicó la contención prevista a Aranguren, que al cierre de esta nota mantiene un estricto silenzio stampa, algo que Macri la habría pedido expresamente como gesto de fidelidad.

 

"Ahora quiero referirme a Aranguren que, como diríamos en el barrio, 'le tocó bailar con la más fea'. Porque si ha habido una política pública equivocada -en el gobierno anterior- ha sido la política energética. Y acá están los ex ministros y secretarios de Energía, que no me dejan mentir", comenzó el Presidente.

 

"Es, tal vez, la peor política energética de la historia de nuestro país, que nos llevó de ser un país exportador neto de energía a importador neto de energía, teniendo todos los recursos, como la gran labor del ministro Aranguren puso de manifiesto, porque en tan sólo dos años y medio pasamos de una declinación de la producción de petróleo y gas a un aumento sostenido, basado en este maravilloso nuevo recurso natural, que Dios nos ha dado, que es Vaca Muerta", siguió.

 

"Pero no sólo eso, el ministro Aranguren, tuvo que recibir como carga pública, sino que tuvo que lidiar con todos los contratos del sistema energético caídos, incumplidos, llámese generación, transporte y distribución y distribución y transporte de gas. Todo estaba patas para arriba y hubo que lidiar con muchos años de reclamos de las empresas de falta de reglas para emprender el camino de la inversión. Camino que era absolutamente necesario para que volvamos a tener energía, porque sin energía un país no crece y, por si esto fuera poco, había que mejorar empezando por la calidad de los servicios, porque íbamos a cortes crecientes de energía", repasó Macri, sin mencionar que el nuevo ministro de Energía deba cambiar ese rumbo ante el calor de la crisis. 

 

 

"Para mí, Juanjo, fue un verdadero honor trabajar, estos dos años y medio juntos, lo valoro enormemente. Por eso, en nombre mío, de nuestro Gobierno y de los argentinos, te quiero agradecer profundamente por la tarea desempeñada. Muchas gracias. Y ahora vamos a tomarle juramento a un petrolero oculto, que teníamos en Vialidad Nacional haciendo rutas y que lo hemos convocado para seguir con esta tarea, que todavía tiene mucho por recorrer", arengó Macri antes de tomarle juramento a Iguacel, delante del rostro impasible de Aranguren.
groggy
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