La remoción de los ministros de Energía y de Producción, Juan José Aranguren y Francisco Cabrera, respectivamente, fue apoyada por la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, quien afirmó que los cambios "eran imprescindibles".
"Mi total acompañamiento a los cambios en el gabinete. Eran imprescindibles", tuiteó una de las principales socias de la coalición gobernante Cambiemos en referencia a los nombramientos de Javier Iguacel en Energía y de Dante Sica en Producción.
Carrió había sido en el último tiempo una crítica abierta de Aranguren. "Por más que lo quiera mucho a Juanjo, con mi Gobierno no sigue bajo esas circunstancias. Pero yo no soy presidente. Nunca tuve depósitos en el extranjero; yo confío en esta nación, aun en los peores momentos. Aranguren no es hipócrita y si todavía no terminó de creer en el país… yo habría tomado otra decisión", dijo en abril después de que el ex ministro defendiera su decisión de mantener sus ahorros fuera de la Argentina.
En tanto, las críticas fueron fuertes en la oposición más dura, tanto kirchnerista como de izquierda.
El diputado nacional Agustín Rossi , jefe fe la bancada K, consideró que con estos cambios el presidente, Mauricio Macri, cambia algo para "que no cambie nada".
"No es una cuestión de nombres. El problema es la política económica. Macri apela al gatopardismo: cambiar algo, para que no cambie nada", sostuvo el legislador kirchnerista en la misma red social.
Su compañero de bancada, Daniel Filmus, se manifestó irónico sobre la posibilidad de que el Gobierno enderece el rumbo. "Si con el mejor equipo de los últimos 50 años nos fue tan mal, no me quiero imaginar cómo nos va a ir ahora que entran los suplentes", escribió.
Por el mismo sector político, la diputada Gabriela Cerruti advirtió que "Aranguren y Cabrera se vuelven a sus mansiones a seguir disfrutando las fortunas que multiplicaron en estos dos años. #ElGobiernoDeLosMillonarios sigue saqueando la Patria".
En tanto, el diputado nacional del Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT) Nicolás del Caño consideró que "el mejor de los equipos de los últimos 50 años le entrega el poder a Christine Lagarde y el FMI", por lo que llamó al "paro nacional".