En entrevistas concedidas durante la cumbre del Grupo de los 7 principales países industriales en Canadá y que publican este domingo los diarios La Nación y Clarín, el jefe de Estado pidió que “no nos anticipemos” cuando se le preguntó si ese entendimiento va a suponer una reducción de los giros a las provincias. “Dejemos que el ministro de Hacienda (Nicolás Dujovne) y el jefe de Gabinete (Marcos Peña) hagan su trabajo. He hablado con los gobernadores. Son conscientes de que hay muchas cosas que se han hecho mal y de que llegó el momento de ponerlas sobre la mesa. Recién dije acá (en la Cumbre del G-7) cuando me tocó hablar: la Argentina hace dos años y medio emprendió un cambio que se basa en poner los problemas sobre la mesa”.
En el marco de dudas sobre un respaldo al Presupuesto 2019 de los legisladores opositores que responden a los gobiernos provinciales, se le preguntó que perdió la confianza en los gobernadores tras la saga sobre la ley anti tarifazo, a lo que respondió: “Los conozco hace mucho. Por eso vamos a apostar a que cada uno ponga lo mejor de sí”.
"El peronismo sabe que no hay lugar para la locura", puntualizó.
En ese sentido, pareció sugerir que el esfuerzo del recorte se extenderá a ámbitos como el educativo. "El Estado no puede seguir gastando más de lo que tiene. Y esa es una discusión que se va a dar en los próximos meses entre todos los dirigentes de la política, el empresariado, las universidades, los gremios. Todos debemos recuperar una sensatez que no hemos tenido en 70 años, porque lo que está en juego es el futuro de los argentinos", advirtió.
El crédito de 50.000 millones de dólares otorgado por el FMI tiene un componente precautorio, esto es que no es de utilización obligada. Al respecto, Macri señaló que “preferentemente, uno quisiera no tener que usarla (esa plata). En la medida en que bajemos el déficit más rápido, menos vamos a tener que usarla. Y sería lo mejor, para no seguir acumulando deuda para nuestros hijos y nietos”.
"El despilfarro y la corrupción jamás pueden ayudar a crecer a un país", añadió al valorar como positivo el acuerdo con el Fondo. Hubo "un apoyo único en la historia no solo de Argentina sino del Fondo (…) Esto que se ha logrado -que es algo inédito en nuestra historia en términos de apoyo mundial, en cantidad de dinero y en la flexibilidad y el acompañamiento del plan por parte de los argentinos- es una oportunidad para que la Argentina consolide un camino de crecimiento y desarrollo", apuntó.
Para Macri, en el mundo "nadie discute que Argentina es una potencia futura si hace las cosas que tiene que hacer". Pero consideró que para eso lo que se requiere es "responsabilidad de toda la dirigencia argentina, en la que el Estado no puede gastar más de los ingresos".
En este sentido, señaló que se trata de "una discusión que se tiene que dar en los próximos meses entre todos los dirigentes de la política, el empresariado, las universidades y los gremios".
A todos esos sectores, Macri les pidió "tener una sensatez que no hemos tenido en 70 años porque está en juego el futuro de los argentinos".
"El despilfarro y la corrupción jamás pueden ayudar a crecer a un país. Estamos buscando que se acabe el despilfarro, la corrupción y los privilegios mal habidos. Eso va a potenciar el crecimiento", puntualizó.
"La Argentina de la equidad macroeconómica es imparable", remarcó el jefe del Estado al vaticinar que será "el país que más va a crecer en los próximos 20 años".
Macri señaló que la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, con quien se reunió el sábado en Canadá, le dijo que que "todos los accionistas" del organismo financiero "se habían manifestado públicamente en favor de apoyar" al país.
Lagarde "estaba fascinada con la calidad del equipo de Argentina, tanto de Hacienda como del Banco Central", aseguró.
Dijo que se propuso al FMI un "proceso de aceleramiento (del acuerdo) que ellos aceptaron" y de ahí salió "esta propuesta que sorprendió al mundo entero y a los argentinos que opinaban" en forma escéptica.
Macri insistió en debatir los problemas del país "con la verdad sobre la mesa" en vez de seguir "engañando a la gente diciendo que hay soluciones mágicas".
"Si queremos acelerar ese crecimiento, tenemos que tener una política con la que se pueda vivir con lo que tenemos. Además, necesitamos bajar los impuestos, porque los argentinos están pagando impuestos por demás, y eso hace que crezcamos menos", resumió.
"No hay otro camino hacia el progreso que el que estamos recorriendo, que es integrar a la Argentina al mundo, tener un gobierno que combata la corrupción, el narcotráfico, que apoye la libertad de expresión, que apoye el acceso a la información para que la ciudadanía pueda saber qué se hace con sus recursos", expresó.
Acerca de la actitud que tomará el peronismo, consideró que esa fuerza de la oposición "ya se ha dado cuenta de que ha hecho mucho daño en el último gobierno y no hay más lugar para la locura, para la demagogia, la mentira". En este sentido, pidió seguir el ejemplo "de la gente común, que se levanta a las 6 de la mañana" y "trabaja todos los días".
Consultado sobre la posibilidad de un escenario de mayor conflictividad social, el mandatario señaló: "Yo creo en el diálogo".
"Es al revés. Es otra mentira que se le dijo a la gente", reacción consultado sobre si el entendimiento con el organismo financiero va a derivar en una recesión.
"En el presupuesto público no puede haber más privilegios de gente que no trabaja, que se jubila mucho antes, que cobra por cosas que no existen", puntualizó, al apuntar implícitamente contra los regímenes jubilatorios especiales.
"La gente común nos pide que tengamos una sociedad donde domine la cultura del trabajo, la superación personal, que no va más ese que encuentra un atajo, el que se acomoda con un político y se salva. No: se salva el que trabaja más y mejor", subrayó Macri.