La Confederación General de los Trabajadores (CGT) anunció el jueves al mediodía que posponía, hasta la semana que viene, el encuentro con los senadores nacionales del Bloque Justicialista que conduce Miguel Ángel Pichetto, uno de los espacio que protagonizó el revés parlamentario que recibió el oficialismo con la aprobación de la ley anti tarifazo. Antes del veto anunciado por el presidente Mauricio Macri, durante la tarde, se especulaba que la cumbre entre sindicalistas y senadores fuera el lugar elegido para anunciar la convocatoria a un paro general, tal como lo habían anticipado algunos de los secretarios generales de la central obrera y varios sindicalistas de peso. Finalmente, no pasó. Pero la idea giró y fuerte durante todo el día.
Hasta el momento la cúpula sindical se limitó a emitir un documento crítico con el veto presidencial, en el que instó al Gobierno "a que apele a la sensibilidad que tanto ha esgrimido en campaña y tenga la templanza que exige su investidura para orientar el peso del 'gasto público' sobre sectores que pueden soportar la carga del desbalanceo fiscal que viene sufriendo el país".
Por el contrario, la CTA que conduce Hugo Yasky y la central que encabeza Pablo Micheli convocaron a un plenario nacional para discutir un paro que para ellos ya tiene fecha: viernes 8 de junio.
"La iniciativa conjunta responde así al mandato de millares de trabajadores que han decidido rechazar el ajuste, los despidos, el FMI y en particular, la decisión presidencial de vetar la ley contra los tarifazos" dice el comunicado.
Si bien el argumento de la CGT para posponer el encuentro con los senadores fue el horario en el que terminó la votación parlamentaria, diferentes fuentes gremiales aseguraron que detrás de la decisión estuvo la necesidad de abrir la instancia de debates.
Los encuentros se sucedieron durante esta tarde en la sede de la central donde confluyeron, principlamente, los triunviros y los gremios del transporte, que no tomaron una decisión sobre la medida de fuerza.
Una de las principales preocupaciones de los sectores que impulsan una medida de fuerza nacional es el inminente inicio de la 108° Asamblea Anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La cumbre sindical de Ginebra, que reúne anualmente a los principales referentes sindicales, patronales y gubernamentales, se inició el 28 de mayo aunque el grueso de la delegación argentina viajará este fin de semana, lo que va a complicar la convocatoria a una huelga general.
La posibilidad de acordar un paro volvió a tomar fuerza esta semana cuando se empantanaron dos negociaciones paritarias de peso que grafican el cambio de clima en la discusión hacia adentro de la central y con el gobierno nacional.
El martes, la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), que conduce Andrés Rodríguez, se declaró en estado de alerta y movilización cuando planteó un "rechazo contundente" a la oferta salarial presentada por el Ministerio de Modernización. Esa cartera propuso una recomposición salarial del 12% para los estatales que perciban menos de 30.000 pesos, una suma fija para los que cobran menos de 100.000 y 0% para los que superan esos sueldos.
El "rotundo rechazo" de UPCN a la propuesta oficial provocó que Rodríguez, un dirigente moderado, anticipara que "vienen tiempos de confrontación".
Este viernes, el gremio estatal comenzará a calentar motores movilizando fuerte a la Marcha Federal convocada por la Confederación de Trabajadores de Economía Popular (CTEP), una convocatoria a la que adhirió toda la conducción sindical. Se espera que a Plaza de Mayo se acerquen con fuerza los gremios del transporte alineados con Juan Carlos Schmid, principal aliado sindical de los movimientos sociales, pero también gremios como los metalúrgicos y el de los trabajadores de edificios que conduce Víctor Santa María.
La otra negociación que recalentó la semana fue la de la Federación de Camioneros, que ratificó frente al Ministerio de Trabajo la exigencia de una pauta salarial del 27%. Fracasada la negociación, Hugo y Pablo Moyano advirtieron que van a realizar paros sorpresivos en el sector por la propuesta patronal de modificar el Convenio Colectivo de Trabajo.
"El lunes vamos a hacer una reunión de urgencia para exigirle al Consejo Directivo de la CGT un paro nacional", anticipó Moyano hijo, dejando la puerta abierta para que las medidas de su gremio coincidan con un eventual paro general de la central.
La Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), sector interno de la CGT que lidera el bancario Sergio Palazzo, también volvió a reclamar la convocatoria a una medida de fuerza de carácter nacional después de un plenario de los secretarios generales de los gremios que la componen.
La CFT "resolvió plantearle al Consejo Directivo de la central la necesidad de rechazar el inadmisible veto presidencial a la ley antitarifazos", dice el comunicado del sector que viene coordinando acciones tanto con Camioneros como con la CTA que dirige Yasky, en el espacio conocido como 21F, por la masiva movilización a la 9 de Julio que realizaron en febrero.
El dirigente docente fue uno de los sindicalistas que de manera más insistente llamó a la convocatoria de un paro general que finalmente fue anunciado por esa central a última hora del jueves. ”El sindicalismo está en el momento justo para que la respuesta al veto insensible del Gobierno sea un paro general”, agitó Yasky. Y aseguró que con el veto oficial "se le cae la careta al gobierno: sólo gestionan para los ricos”.