El ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza, dio a conocer este miércoles, durante la reunión de gabinete que se desarrolló en La Plata, las cifras de pobreza e indigencia correspondientes al territorio bonaerense. Según los números, que luego del encuentro difundió el ministro de la gobernadora María Eugenia Vidal, la pobreza bajó en territorio bonaerense del 33 al 28 por ciento en el segundo semestre de 2017. Los datos van en línea con las cifras que el INDEC mostró a nivel nacional, donde se registró un descenso del 28,6 al 25,7%.
“Durante la reunión repasamos la evolución de la pobreza en los últimos dos años”, relató Lacunza tras el encuentro comandado por Vidal. “En la provincia hoy es del 28% y cuando arrancamos era del 33%; tuvo una mejora significativa en el último año”, remarcó el ministro e indicó que los motivos son el “aumento del empleo, una baja de la inflación y una recuperación de los salarios reales”, entre otros.
“Vemos también que el poder adquisitivo de los segmentos más bajos fue los que más creció" y "eso nos permite decir que estamos en el sendero correcto de baja de la pobreza, que es el objetivo primero”, afirmó.
Lacunza aseveró, además, que existe una sintonía en números entre la Nación y Buenos Aires porque “la provincia es el 40% de la Argentina, así que siempre hay consonancia y sincronía en la evolución”.
“Hoy, uno de cada cuatro argentinos es pobre -dijo-, lo cual es mucho, pero menos que en los últimos 35 años, cuando eran uno de cada tres”.
Para Lacunza, no existe el fantasma de 2018, donde muchos temen que la pobreza vuela a dispararse fruto del aumento de los servicios y la canasta básica, entre otras cosas.
“En los cuatro semestres de 2016 y de 2017 ha bajado el índice de pobreza; creemos que estamos en una tendencia que se va a sostener, no necesariamente en este ritmo, pero estamos en el camino correcto”, dijo el ministro.
Lacunza habló, además, de la indigencia, que también descendió el año pasado en territorio bonaerense.
“La pobreza se mide por una canasta básica y la indigencia, por una canasta básica alimentaria. Vimos que el poder adquisitivo de los ingresos de los perfiles más bajos, la población con menos recursos, fue el que más creció en términos de cantidad de canastas. Tienen mejor poder adquisitivo de alimentos para salir de la pobreza”, remarcó.
