A diferencia del resto de los gobernadores del peronismo que mantienen una buena relación con Cambiemos, el mandatario cordobés Juan Schiaretti no viajó a Buenos Aires para encontrarse con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio: jugó de local. Este lunes se mostró en la capital mediterránea con la secretaria de Infraestructura, Marina Klemensiewicz, y un día después mandó a sus ministros a reunirse con Frigerio y con su viceministro, Sebastián García De Luca. “Fue una reunión positiva. Bajamos los decibeles. Vamos a hacer obras sin importar el color político. Repasamos las obras en ejecución y los fondos de coparticipación”, confió un funcionario que pasa sus días en el Patio de las Palmeras.
A pesar de la cercanía que mantienen Schiaretti y el presidente Mauricio Macri, el gobernador cordobés no se movió de su terruño y se diferenció del desfile de mandatarios peronistas que este lunes pasaron por la Casa Rosada, como Omar Gutiérrez, de Neuquén; Sergio Casas, de La Rioja, y Juan Manuel Urtubey, de Salta.
El doble minué con Schiaretti gira en torno a dos temas que le preocupan al gobernador: la gestión del Programa de Mejoramiento de Barrios (PROMEBA) y la negociación de la deuda por coparticipación que el Estado nacional mantiene con la provincia. Este lunes, junto con Klemenziewicz lanzó la urbanización de cuatro villas del Gran Córdoba. Pero un día después sus funcionarios volvieron a insistir que son postergados de la agenda de obras públicas federales proyectadas en la provincia.
Sin embargo, la ausencia de Schiaretti resultó notoria, especialmente ante los gestos que le prodigaron a Frigerio los otros gobernadores peronistas que protagonizaron la romería del lunes en Balcarce 50: Gutiérrez se llevó los detalles de la licitación del tren de Vaca Muerta y una obra para reconstituir un puente clave en el sur de su provincia, además de 250 viviendas. Casas volvió a su provincia con la promesa para construir otras 200 viviendas. Y Urtubey anunció que revisó los fondos de financiamiento nacional a las obras de provincia para destrabar viviendas, cloacas y agua potable.
En dos días, el Gobierno mantuvo encuentros directos e indirectos con tres gobernadores, aunque con Schiaretti no hubo encuentro. “Parte de las diferencias fueron habladas con Macri durante la visita del presidente Mariano Rajoy”, agregó una alta fuente del Ejecutivo nacional para justificar la ausencia del mandatario provincial este martes en Casa de Gobierno. En el almuerzo oficial con el presidente español, en el Museo del Bicentenario, el cordobés acordó destrabar la asistencia federal para las villas cordobesas, dentro de una hoja de ruta negociada con Klemenziewicz este lunes, que también mantuvo negociaciones con la diputada Alejandra Vigo, esposa de Schiaretti. La mujer redobló el malestar del cordobesismo peronista sobre el congelamiento de la billetera federal con temas sensibles, como el PROMEBA, una iniciativa que el macrismo decidió reactivar, pero que data de la gestión de Cristina Fernandez de Kirchner.
El mar de fondo de las quejas del cordobés es el impacto de la inflación y el deterioro de las condiciones de vida de los sectores más populares de la provincia, en un marco habitacional en constante degradación. Ante el pelotón de interlocutores peronistas, Frigerio se fotografió con el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodriguez Larreta, pieza clave del oficialismo.