El Gobierno de Mauricio Macri salió a negar rotundamente que haya intervenido en la deslucida cumbre del peronismo en San Luis ante los cuestionamientos y acusaciones del kirchnerismo acerca de “presiones” para que los gobernadores no asistan al Encuentro Nacional de la Militancia.
El ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio, negó que la Casa Rosada haya presionado a los mandatarios provinciales y subrayó que el Gobierno está “enfocado en resolverle los problemas a la gente y no en cuestiones partidarias”.
Los hermanos y caudillos puntanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá pensaron la cumbre de la localidad de La Pedrera como un encuentro para fomentar la unidad del peronismo, kirchnerismo, massismo y randazzismo, pero el kirchnerismo duro y hasta Hugo Moyano decidieron copar la reunión y lograron ahuyentar a otros dirigentes del Partido Justicialista y a los gobernadores.
Ante la ausencia de gobernadores, dirigentes kirchneristas acusaron públicamente a Cambiemos de fomentar esos faltazos. “Negamos absolutamente las versiones sobre aprietes o presiones a los gobernadores para que no asistan a la cumbre. Eso sería subestimarlos y no entender la relación que hay entre el Presidente y los gobernadores”, remarcó Frigerio en diálogo con Radio Mitre.
En ese marco, aseguró que se trata de “falsas acusaciones del kirchnerismo” que, según dijo, “en sus 12 años de gobierno ninguneó a los gobernadores a través del látigo y la chequera”.
“Nosotros en estos dos años hemos podido alcanzar importantes acuerdos fiscales y tributarios fruto del diálogo y el consenso, aún en las diferencias. Hablamos permanentemente con todos los mandatarios provinciales y lo hacemos porque tenemos que gobernar. Ellos son las provincias y nosotros la Nación”, subrayó.
Y agregó: “Nosotros estamos enfocados en resolverle los problemas a la gente. No tenemos tiempo ni ganas de meternos en cuestiones partidarias de la oposición”.
Por último, opinó: “La cumbre del PJ en San Luis es una foto del pasado, es una imagen a la que los argentinos no quieren volver. Son los responsables de haber llevado al país a una crisis social y económica muy profunda. Estuvimos muy cerca de ser Venezuela”.