ALMUERZO EN LA ACDE

Un jesuita retó a los empresarios con el libreto de “Pancho” Cabrera

El sacerdote Rodrigo Zarazaga disertó ante CEOS de la Asociación Cristiana y dijo que “se necesita que el empresario arriesgue más”. Son “liberales en terreno ajeno pero piden protección”.

Rodrigo Zarazaga, un sacerdote jesuita que es una especie de hombre de consulta de los empresarios argentinos y que fundó un club de entrenamiento social para políticos jóvenes, volvió a sorprender con un discurso picante ante un grupo de empresarios. Fue en un almuerzo organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), donde tuvo posiciones históricas para su doctrina, y plasmó un discurso muy similar al del Gobierno Nacional en el marco de la pelea reciente con los industriales de la UIA. Pedidos de mayor compromiso y toma de riesgos, línea calcada a la que retomó el ministro de la Producción, Francisco “Pancho” Cabrera, en el marco de la contienda en la que calificó a los empresarios de “llorones”.

 

“Se necesita que el empresario empiece a ganar legitimidad, que arriesgue más. Muchas veces el empresario es liberal en terreno ajeno, pero en el de uno mismo quiere que lo protejan. Necesitamos empresarios que no le transfieran el riesgo empresarial al Estado”, aseveró ante una platea compuesta por dirigentes de ACDE, Banco Galicia, Clarín y Telecom, entre otros 80 convidados. Según pudo reconstruir Letra P, el encuentro fue cerrado y hermético, casi sin comunicación, por pedido expreso de Zarazaga. La idea del evento, el eje del mismo, fue charlar sobre “los prejuicios” de la grieta. Pero el sacerdote matizó la charla con afirmaciones que ya había realizado en 2016, en una visita de alto voltaje al Coloquio de IDEA, donde confrontó incluso con la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.

 

Agregó en este contexto que “como empresarios cristianos están llamados a colaborar en la elaboración de un modelo de país que implique desarrollo e inclusión”. Fue el mensaje de cierre de una charla que no sorprendió a los empresarios. Ya conocían su carrera y sus predicas sociales. Zarazaga se graduó en Filosofía y Teología en el Seminario Jesuita. Es politólogo e investigador del Conicet, y forjó su ideología leyendo textos de Marx y Heidegger.

 

Antes de referirse a la pobreza en la Argentina y los alcances de la grieta, consideró que “se quiere deslegitimizar a quienes defienden a los trabajadores” y realizó un paralelismo entre el sindicalismo y el empresariado corrupto diciendo que “hay que terminar con el sindicalista corrupto pero no con los sindicatos”. A continuación, afirmó que “la grieta es un problema real que se traduce en el modo de vida, con quien se habla, con quien se vive y quienes pertenecen a ese círculo”. Explicó en esta línea que la grieta mundial tiene un eje problemático central relacionado con la redistribución de la riqueza.

 

Tal como informó ACDE en una nota interna, el primer prejuicio de la grieta, según Zarazaga, tiene que ver con las desigualdades a las que el mundo no le ha encontrado solución. Para graficar esa realidad en nuestro país, explicó que Argentina tiene “un 30% de pobreza de la cual un 6% vive en la indigencia”. Agregó que es un problema que la Argentina no ha podido resolver en años y que continúa acentuándose: “Luego de las dos crisis recientes que tuvimos, la redistribución de los ingresos ha sido cada vez peor”.

 

 

La ponencia de Zarazaga en el Coloquio de IDEA 2016. Generó fuerte revuelo entre CEOs

 

El segundo prejuicio que señaló Zarazaga es la negación de la legitimidad al otro. Para el invitado este prejuicio es “la lógica de la grieta”. Sostuvo que una de las causas de este prejuicio es el creer que lo que uno hace es lo mejor para el país mientras que lo de los demás no sirve. De esa forma, reconoció que muchas veces se le quita mérito al empresariado, teniendo una opinión negativa sobre ellos. Pero en la misma línea destacó que se considera al necesitado o al pobre como alguien que vive de planes y se preguntó cuántas posibilidades de progresar pueden tener los niños que nacen en un contexto negativo. Adviertió que muchas veces se plantea como un problema de voluntad aquello que es un problema estructural.

 

Por último, apuntó que hay “creación de nuevos guetos”. “Los guetos son grupos donde se vive culturalmente de una forma distinta. Para explicar este prejuicio en la Argentina se refirió a una encuesta realizada a dos mil personas. Los resultados señalaron que “un 66% de los empleadores no contrataría gente que reside en una villa para trabajar y a su vez la mitad de ese 66% contestó que no los emplearía simplemente por el lugar en el que residen”. Lo mismo, a la inversa: “el 75% de los encuestados que residen en un asentamiento informal no trabajaría en countries porque el 90% de ellos piensan que la gente de allí es mala”. A partir de esta situación el sacerdote señaló que “esto es muy destructivo para propiciar un desarrollo colectivo”.

 

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