El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, arribó a la Legislatura porteña a escasos minutos de las 9 acompañado por su esposa, la wedding planner Bárbara Diez. Repasó las líneas discursivas en la oficina de Vicepresidencia I, pegada al salón Eva Perón, y luego ingresó al recinto de sesiones.
Sin embargo, la previa se extendió más de la cuenta. Estaba previsto que el alcalde se dirigiera a los 60 legisladores a las 9 en punto, pero la ceremonia se retrasó unos quince minutos. Desde las 7 de la mañana, la manzana que rodea al Parlamento porteño estuvo vallada y custodiada por efectivos de la Policía de la Ciudad. Las vallas de contención también se colocaron para contener a columnas de partidos de izquierda y organizaciones sociales que buscaban acercarse a Plaza de Mayo. El mismo miércoles por la noche, el acceso había sido restringido para dejar el carril exclusivo por el que se trasladó Mauricio Macri desde la Casa Rosada hacia el Congreso para presidir la Asamblea Legislativa.
Lo de Rodríguez Larreta fue más sencillo. Llegó en auto oficial, pero sin custodia. Ingresó al edificio de Perú 130 y se encerró a releer el discurso que diseñó el equipo de la Subsecretaría de Contenidos, que conduce Christian “el Negro” Coelho. A diferencia de otras oportunidades, no hubo cánticos ni banderas en apoyo al mandamás porteño. Sin embargo, la Juventud PRO se las ingenió para alabar al alcalde: estamparon una remera blanca con la cara de Larreta en el cuerpo de Superman y lo bautizaron "SuperHoracio".
A primera hora de la mañana, los alrededores de la Legislatura estaban desiertos. Después de las ocho, llegaron algunos diputados y dirigentes del PRO, pero, como el edificio permanecía semi vacío, se recluyeron en los bares cercanos al Parlamento. El comunero macrista Diego Weck y la diputada Lía Rueda desayunaron en la confitería Los Cabildos, aunque en mesas separadas. Al mismo tiempo, el ministro de Gobierno, Bruno Screnci Silva, conversaba con el legislador José Luis Acevedo y su hermano comunero, Gustavo. El trío que responde al vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, se congregó en la esquina de Perú e Yrigoyen por unos minutos.
Pasadas las 8.30, la Legislatura empezó a tomar color. En el Salón Eva Perón, ubicado detrás del recinto, legisladores, ministros y asesores mataban el tiempo con un agasajo ofrecido por la Legislatura. En el Salón Eva Perón hubo medialunas, budín, sanguches de miga y bandejas con mix de frutas.
Mientras tanto, los diputados del bloque Unidad Ciudadana y del FIT colgaban carteles en sus bancas con referencias a despidos, paritarias y el aumento en los servicios públicos. Minutos después, cuando Larreta leía su discurso, una joven de la tribuna gritó: “Basta de despidos en el Canal de la Ciudad y la Villa 31”. Fue el único reclamo en voz alta durante la sesión. El alcalde se mantuvo inmutable e hizo caso omiso al grito, que fue acallado por legisladores del oficialismo.
El Gobierno convocó a ocho vecinos a participar de la apertura de sesiones y los hizo ingresar al Salón Eva Perón. Al terminar el “repaso íntimo” del discurso con Bárbara Diez, Rodríguez Larreta pasó unos minutos por el salón central para saludar a los vecinos invitados. Se tomó una foto junto a Santilli y el vicepresidente I de la Legislatura, Francisco Quintana, y partió raudamente hacia el estrado.
Ubicados en la primera bandeja lo esperaban ministros, legisladores y funcionarios de su gabinete. Estuvieron el jefe de Gabinete de la Ciudad, Felipe Miguel, y los ministros Martín Mura (Hacienda), Enrique Avogadro (Cultura), Bruno Screnci Silva (Gobierno) y Martín Ocampo (Seguridad). También, dijeron presente el presidente del Banco Ciudad, Javier Ortiz Batalla; el procurador Gabriel Astarloa, la secretaria de Legal y Técnica, Cecilia Montiel y la ex legisladora y actual senadora nacional por la Ciudad Marta Varela.
Además, fue invitado especial el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires, Manuel Mosca. En la primera bandeja del recinto estuvieron el secretario general y de Relaciones Internacionales, Fernando Straface; el Defensor del Pueblo porteño, Alejandro Amor; la presidenta del Consejo de la Magistratura, Marcela Basterra, y el secretario de Medios, Marcelo Nachón.
En el sector reservado para asesores y otros dirigentes del Gobierno porteño, se ubicaron los secretarios Fernando Benegas (Planificación y Coordinación de Gestión, Fernando Benegas), Facundo Carrillo (Atención y Gestión Ciudadana), Paula Uhalde (Cultura Ciudadana y Función Pública) y Matías López (Desarrollo Ciudadano).
“Gracias, Fran”, arrancó con tono informal Rodríguez Larreta su discurso de apertura. Con camisa blanca y sin corbata, se sentó en el sillón principal del edificio, tras saludar informalmente a Francisco Quintana (vicepresidente I). Abajo, en las bancas, la oposición lo esperaba con carteles en rechazo a políticas de su administración. Al finalizar la sesión, los diputados del FIT hicieron lo propio y se solidarizaron con los trabajadores despedidos del Canal de la Ciudad.